Aunque Poe es un tipo increíblemente tímido la mayor parte del tiempo y con la mayor parte de personas, Ranpo sabía que había mucho más de lo que parecía. Edgar era un buen amigo, una vez que conocías sus otras facetas llegas a la conclusión de que es humilde, modesto y un buen oyente.
Edgar también es muy inteligente, lo que es un elogio cuando proviene de Ranpo; quien no suele decirle esto a la gente, pero a veces también es innegablemente un idiota, como ahora, que enrosca uno de sus rizos para luego ponerlo detrás de la oreja izquierda, lo que era increíblemente molesto, considerando que es la acción más obvia a la hora de coquetear.
Ranpo sacó un caramelo duro de su bolsillo y se lo metió en la boca.
—Realmente amo sus libros, Poe-san— el nuevo editor de Edgar a dicho la misma frase por cuarta vez en lo que va esa reunión.— Es usted un gran escritor—, Ranpo se pregunta si ese hombre no se cansa de repetir lo obvio.
—Y-Yo gra-gracias — Edgar tartamudeó y se sonroja tontamente, luego parece recordar que Ranpo está con ellos, porque se gira para mirarlo cuando el detective rompe el caramelo con más fuerza de la necesaria, provocando un sonido molesto.
Tarō Hirai también lo mira y para Edogawa no pasa desapercibido la clara irritación del hombre ante su presencia, Ranpo casi quiere arquear una ceja y sonreír burlonamente.
Adora arruinarle los planes a la gente. Sobretodo los de este hombre, quien no ha parado de coquetearle a Poe desde que lo ha conocido personalmente.
—Hirai-san, ha sido un placer para mi conocerlo... — comienza el escritor mientras vuelve a jugar con un mechón de pelo, ugh Ranpo desenvuelve y se lleva otro caramelo duro a la boca.
—Lo mismo digo, Poe-san.
La sonrisa del editor es obviamente seductora mientras garabatea un par de números en la servilleta y se lo pasa a Edgar, claramente es su telefono y… ¿No se supone que está prohibido el coquetear con los clientes o algo así? ¿Y a qué número debería llamar Ranpo para reportarle esto a la editorial?
—Puede llamarme cuando termine el manuscrito y vendré a buscarlo, nos podemos reunir aquí, en el café...— comienza, mientras guarda sus cosas en su maletín, se detiene un momento antes de mirar al escritor.—, o en su casa.
Muerde el caramelo con más fuerza y el sonido es casi doloroso.
—Tch.
— ¿Sucede algo, Ranpo-kun?
—Nada, ¿esta reunión durará mucho? Porque voy a necesitar más caramelos entonces.
Poe parpadea confundido mientras mira al detective quien está bastante huraño el dia de hoy.
—No, de hecho ya estábamos terminando— mira a su editor, quien asiente confirmando lo dicho.— Pero si quieres caramelos… — se detiene para hurguetear en sus bolsillos y sacar dos caramelos más.—, aquí tienes.
—Gracias.
Menos mal que ya no tiene que verle la cara a este sujeto.
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