Alastor Vs BlackHat; El verdadero combate de demonios

5. Lo cortés no quita lo valiente

― Bow (Organización BlackHat a la orden, ¿con quién desean hablar?) ―5.0.5. Atendió el teléfono de la mansión BlackHat.

― ¿Ehh? ―Sir Pentious intentó descifrar aquello que escuchó detrás de la línea sin resultado.

― Bowow (¿Desea algo de nuestro catálogo de compras o alguno de nuestros servicios?)

― ¿Bollos de qué? ¡¿Hay acaso alguien que hable castellano por allá?! ―se quejó el gánster serpiente, siseando en donde había las "s".

― Booow (En seguida le paso a alguien más) ―dijo 5.0.5. Decepcionado y llamó a Flug, quien revisaba los cálculos del calibrador de un lanzamisiles antiaéreo ―Booow Boooow (Flug, un cliente en el teléfono no me entiende, por favor habla con él).

― ¿Sí, pachoncito? ¿Un cliente llamando? En seguida ―el científico se levantó de su silla y tomó el teléfono―. Organización BlackHat a la orden, ¿qué se le puede ofrecer?

― ¡Al fin, alguien que habla español! ―celebró Sir Pentious―. Quisiera adquirir una línea de arsenal para conquistar toda una ciudad, desde armas hasta un ejército de tanques y helicópteros, incluyendo una nave nodriza.

― ¿Podría especificar su motivo de por qué desea el paquete Premium de conquista malvada?

― ¡Vengarme de un par de suripantas que destruyeron mi territorio!

― ¡Perfecto! ¿Qué tan rápido quiere que llegue su pedido?

― Mientras más pronto, mejor.

― Sale orden ―y Flug colgó―, hacía tiempo que no pedían el servicio express...

― ¿Ya terminaste de escribir tu testamento, saco de toxinas? ―le preguntó Cherry Bomb agarrándolo del cuello.

― Sí cariño, mi testamento... ―contestó Sir Pentious.

― Espero que no se te haya ocurrido pedir refuerzos, porque de lo contrario te voy a convertir en un bolso que usaré en las fiestas de año nuevo ―le dijo amenazante la chica bombas.

Y sin avisar un gancho levantó al gánster serpiente, elevándolo por los aires hasta una gran nave en forma de sombrero de copa. Llegó su pedido: una flota de naves de ataque a su disposición. Sir pentious entró al hangar de aquel armatoste gigante y contempló todos los juguetes que le presentó su compra.

― ¡Vaya! ¡Fue más pronto de lo que creí! ―y entonces contempló su pedido― Genial, luce mejor que el dirigible patético de la otra vez.

― Parece que sí los pidió ―añadió Demencia― ¡Un momento! ¡Eso es de la empresa de mi Black!

― ¿Tu novio tiene una empresa?―le preguntó Cherry Bomb― Vaya que son un par de raros. En fin, ¿Lista para el segundo asalto?

― Uhhh, claro que sí ―y Demencia se dirigió hacia la nave donde estaba Sir Pentious― ¡Escucha, miseria arrastrada, voy a hacer que te meriendes los artilugios del patético de Flug con todo y garantía!

Sir Pentious arqueó la ceja al escuchar esa extraña declaración de guerra.

― ¿Y a esta loca que le ocurre?

Cada vez aparecían más y más naves con forma de bombín que se lanzaban contra el par de chicas. Y entonces, el gánster serpiente habló por un megáfono.

― ¡Llegó la hora de Sir Pentious, malditas perras! ¡Mis torpes secuaces ovíparos, venguemos nuestro territorio y descarguemos mi ira hacia este par de arpías insulsas!

― Ohhh, me aseguraré de que te duela bastante ―dijo Demencia―. Mira que usar la mercancía de mi black ¡Aaaaahhhhgggg! ¡Lo voy a despellejar! ¡Le voy a arrancar la piel escama por escama!