Capítulo 72

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Antes de llegar a mi casa me solté él pelo haciendo que cubiera parte de mi mejilla así cubrir él moretón que pronto estaría morado las puertas se abrieron y entré al parecer estaban dormidos y me apresuré a subir pero una voz me lo impidió.

— señorita — habló mi padre saliendo de la cocina

— si pa— respondí como una niña pequeña con la cabeza agachada

— todo bien — preguntó

— si — Sonreí

— era eso , aunque ya seas grande sigues siendo mi pequeña — dijo y Sonreí

Subí y me metí al baño me duche por un buen rato luego me fui a dormir.

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Ala mañana siguiente mamá estaba loca para que le contará como me fue y obvió que tuve que contárselo.

— él vecino es un mentiroso que no es quien dice ser — dije sin importancia. Mi padre se sentó a nuestro lado y prendió la tele al ver la noticia quedé impactada a razón lo de franco

Y te sugiero que veas las noticias

— para ti te fue bien — mi padre me miro de reojo

— papá él se lo busco — reproché

— pero y tú que hacías ahí — preguntó serio

— no sabía que Cristopher me llevaría ahí — aclaré

— pues ya no saldrás con ese imbécil ese lugar es peligroso — advirtió

— tampoco lo hacia — alce los hombros sonriendo

— traviesa ,yo creo que después de lo que le dijiste no te vuelva a molestar — río mi madre

— voy a salir esta joven cita hoy no salé — advirtió mi padre para irse

— y mi beso — reprochó mi madre

— lo siento — se acercó y beso a mi madre

— no me puedes castigar papá — reí

— eso crees — arqueó una ceja y se fue.

— no debiste retarlo ahora yo no podré salir — chilló mi madre

— porque — alce los hombros desconcertada

— activará las alarmas y las puertas no se abrirán — dijo triste

— entonces nadie entra ni sale si papá no lo permite — frunci el ceño

— no — contestó mi madre molesta

— wow papá es algo así como Jack todo motorizado — reí — lo siento mamá — 

— tu papá suele ser estúpido a veces — comentó rodando los ojos.

— no decías lo mismo anoche — la mire con picardía.

— oye niña de que hablas — dijo ella casi ya roja.

— como que de que, nisiquiera me dejan dormir — aclaré

— niña respetarme soy tu madre — me arrojó una almohada del sofá

— a puesto que lo hacen todas las noches y por cierto gritas demasiado — lo último lo dije entre susurró como si estuviera contando un chisme.

— y a ti desde cuando te gusta hablar de eso ,antes huías de hablar de eso — acordó

— será porque tengo un esposo que me ha hecho sentir bien y que no es nada de otro mundo — Alcé los hombros y reí

Amada por un hombre Peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora