cursed; Kakashi Hatake [editando]

Capítulo 8: "Kakashi Hatake"

*letras en cursiva harán referencia a flashbacks/acontecimientos pasados*

Hiruzen miró con una ceja arqueada los documentos que recién le había entregado.

— ¿Estás segura que quieres que ellos formen parte de tu equipo, Nashiro? —asentí con mi cabeza— Bien, apenas te vayas estaré mandando a un subordinado para enviar el aviso. Lo más probable es que el día de mañana los mande a reunir aquí mismo para informarles su misión.

Mi boca se entreabrió.

— ¿Mañana mismo dejaremos la aldea? —interrogué casi en un susurro.

— ¿Quieres pasar más tiempo con Naruto, es eso? —me interroga y pasa una mano por su barbilla.

— Si —admití cabizbaja. El viejo dejó ir un suspiro y reposó su espalda contra el respaldo de su silla.

— Muy bien, tienes tres días, comenzando a contar desde mañana. Después, saldrás de expedición con tu escuadrón y cumplirán con lo que esté instruido en su pergaminos —sonreí de oreja a oreja y asentí repetidamente con mi cabeza.

— Es usted muy amable, Hokage-sama, gracias.—me levanté enérgica del lugar en el que estaba sentada.

— No tienes nada que agradecerme, siempre has estado muy distanciada de Naruto y creo que es lo menos que puedo hacer por ti después de tantos años por tu trabajo y esfuerzo.

— Después de todo soy una kunoichi y no puedo cambiar mi estilo de vida, es así como debe de ser. Naruto crecerá y estoy segura de que lo entenderá. —objeté.

El anciano asintió con su cabeza y volvió y acarició los vellos de su barbilla.

— ¿Estás conforme con el instructor de Naruto? —me interroga sin quitarme la vista de encima.

— ¡Por supuesto! —admití — Kakashi es un excelente shinobi, estoy segura que será un excelente sensei para Naruto. —mascullé con entusiasmo. Hiruzen cierra sus ojos suavemente y asiente con su cabeza.

— Espero que algún día llegues a tener un equipo como Kakashi, Minato, Jiraiya y yo... —devuelve su vista y una sonrisa melancólica se forma en su rostro — se que tienes mucho que enseñar.

Le sonreí de lado.

— Solo el tiempo lo sabrá.

***

Los espiaba entrenar desde lo alto en las ramas de algunos árboles. Cada uno del equipo mejorando su puntería con el kunai y el shuriken. Unas de mis cejas se arquea al notar la buena puntería que Sasuke tenía, no se comparaba aún con la de su hermano, pero no estaba nada mal. Desvíe mi vista hacia el cielo, estaba hermoso, el azul de este se podía confundir con el mismo del mar, el color naranja comenzaba a difuminarse entre su profundidad. Dejé ir un surpiro y recargué mi mentón encima de mi rotula. Repentinamente, mi atención es captado por un revoltijo que ocurría entre las ramas que se encontraban sobre de mi. Algo alarmada guíe mi vista hacia el alboroto y me encontré con un ave... cuervo, para ser específico. Por alguna razón que desconocía, estaba inquieto, sacudiendo su plumaje y aleteando. Con ayuda de mi mano retiré las hojas que habían aterrizado encima mío.

Miré mal aquel cuervo, el cual me observaba con bastante curiosidad.

— Pajarraco estúpido. —susurré entredientes y quité mi atención de él, fijándome en mi sobrino.

Naruto limpió el sudor que reposaba en su frente y miró concentrado su blanco. Cuatro shuriken salieron disparador por una de las manos del rubio y una amplia sonrisa se formó en mi rostro tras ver que las estrellas de metal dieron justo en el centro del objetivo. Tenía potencial, mucho. A decir verdad el equipo era bueno. Mi vista ahora se fija en el Uchiha, mi ceja se enarcó cuando vi el jutsu que estaba poniendo en práctica.