Extra #5 (parte 2)

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La nueva vida de Easton (Parte 2)


7:03 am

Si creyó que su nueva casa era espectácular, entonces no sabía que adjetivo usar para llamar a la que tenía en frente. El porche era enorme, y la casa tenía unas decoraciones en piedra que la hacían ver sofisticada y hermosa. Estaban frente a la puerta de madera del hogar Milestone, y fue entonces cuando comenzó a sentirse intimidado. Conocería a un montón de personas, un montón de familiares ¿Y si lo odiaban?

Dalia tocó el timbre mientras él seguía inspeccionando la fachada de la casa con atención. Podía escuchar a Tyler explicarle que esa era la casa de sus tíos Eve y Calvin, que vivían ahí junto a su prima Cristal. Pero lo cierto era que estaba pensando en como presentarse ¿Qué les diría a esas personas?

¿Hola, soy Easton y he venido porque ahora soy parte de ustedes? ¿Hola, Dalia y Donovan me adoptaron y ahora soy su familia? ¿Hola, no me odien...por favor? No sabía como presentarse ante unos familiares que no conocía principalmente porque no tenía idea de como ellos iban a reaccionar. Por eso, y por andar distraido, casi cae al suelo cuando un par de brazos pálidos lo rodearon por el cuello en un efusivo abrazo.

—¡Bienvenido, Easton! —escuchó gritar a la chica abrazándolo. No lo soltó y, aunque quizá debió quejarse del ruido, no pudo hacerlo. Aquella era la voz más dulce y ángelical que había escuchado, y ese abrazo el más cálido que había recibido —. ¡Eres mucho más alto de lo que esperaba! A ver, quiero verte bien.

Ella lo separó del abrazo, y entonces East se encontró cara a cara con una de las niñas más hermosas que había visto en su vida. Sus ojos eran una bonita mezcla entre azul y verde, cubiertos de unas largas pestañas que le servían como cortinas a esa hermosa mirada. Sus labios delgados eran de un bonito color rosado, y habían pecas decorando su pálido rostro de una manera encantadora. Su cabello, incluso más naranja que el de Tyler, iba en un moño del que algunos mechones se habían liberado, pero le quedaba precioso. Ella en sí era bellísima.

Dedujo que debía tener unos doce, quizá trece años. Era más baja que él, pero tenía la cara ángelical de una niña. A su sonrisa la acompañaban un par de hoyuelos, unos hoyuelos hermosos. Él solo pudo pensar que su corazón jamás había latido tan rápido, y que él nunca se había sentido tan cohibido y callado frente a alguien más...

—¡Vaya! ¡Tus ojos son hermosos! —exclamó ella, tomándolo por las mejillas para verlo mejor. La niña examinaba sus ojos sin saber que estaba alborotando su corazón —. Tienes un par de lagunas atoradas ahí adentro ¡Son geniales!

—Eh...¿gracias? —terminó por decir Easton una vez ella lo soltó. Tyler negó con la cabeza, divertido, y observó a la chica.

—Por supuesto que tendrías que darle una de tus entusiastas y peculiares bienvenidas, Cris —sonrió él, para luego ver a Easton —. East, ella es Cristal Milestone, mi prima más cariñosa, melosa y soñadora.

—No olvides amorosa y graciosa —añadió Cris.

—No eres graciosa. Tus chistes son un asco.

—¡Sh! ¡Pero East aún no lo sabe! —soltó ella, riendo sola. Ty rodó sus ojos, pero la observó con una sonrisa —. En fin, estoy feliz de conocerte, Easton. No sabes el tiempo que llevo esperando a otro primito con apellido Cooper ¡Es tan emocionante tenerte frente a frente! ¡Esto podría ser un sueño! Pellizcame para saber si es real.

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