EXTRA¹

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“Mira, como va junto a ella...

Cuando me amabas...

JiMin caminaba con dulzura, sonriendo en grande y siento su corazón latir con tremenda fuerza.

Aquél día llevaba un suéter color azul marino y con un pequeño bordado de un gatito, se sentía tan afortunado.

JiMin nunca había tenido tantos sentimientos mezclados por un sola persona, pero cuando se referían a Min YoonGi, dentro de sí todo se volvía inexplicable, y no sabía si temer o amar a aquello que se daba paso.

Pero sí sabía algo, que quería a YoonGi, más de lo que le gustaría admitir.

Su cuerpo dio un leve salto cuando sintió los manos de alguien tomar su cintura, pero se relajo al sentir el perfume de YoonGi, el mayor lo jalo hacía él, apoyando su barbilla sobre el hombre del chico que quería, soltando un sonido de satisfacción cuando el menor se giró entre suaves empujes entre sus dos cuerpos, para luego aferrarse al cuello del más alto, mientras sonreía. Ni siquiera le importaban las miradas sobre ellos, era como si cada vez que su piel tenía siquiera un leve contacto con la del otro, se creaba un mundo, uno donde sólo ellos estaban presentes y nunca podría entrar alguien más.

JiMin era feliz, más de lo que podía demostrar, por qué tenía a YoonGi y YoonGi lo tenía a él.

—Hola bebé.—YoonGi rio con suavidad, haciendo que una corriente  eléctrica de satisfacción y amor puro recorreriera todo su cuerpo.—Ese hermosi suéter te da el detalle, bebé.

—Oh, vamos Min, la belleza es mía y no de tu adorable suéter.

Ambos rieron y se separaron, pero antes de que rompieran el contacto por completo, YoonGi tomó un mechon del rubio cabello de JiMin y lo dejó detrás de su oreja, para luego acariciar la mejilla izquierda con la misma mano que había acomodado el mechon. JiMin sintió el tacto caliente. No, JiMin sintió el tacto cálido y recorfontante, justo como un abrazo de mamá luego de un largo día de trabajo.

YoonGi se acercó con suavidad, y por reflejo sus ojos se cerraron, luego de quizás dos segundos que parecieron un eternidad para ambos sus labios se unieron en un suave e inocente movimiento, y antes de que terminara el beso ambos rieron, como si lo que acabarán de hacer fuera un pequeña travesura que nunca nadie debía enterarse, pero estaban a mitad de pasillo, entre murmurós y miradas.

—Y dígame, señorito Park, ¿Sería tan amable de acompañar a este tonto de interminables suéteres a por un soda Coca-Cola y papas con queso y tocino un poco bastante grasosas?

—Mmm...—Acarició su mentó mientras miraba al pálido techo de la institución.—Sí, soy tan amable de acompañar al tonto guapo.

—¿Una cita?—YoonGi extendió su mano hacia JiMin.

El rubio sonrió en grande, haciendo que sus ojitos se hicieran un línea y que sus mejillas levemente se sonrojaran.

YoonGi sonrió y soltó un suspiro enamorado, a YoonGi le gustaba JiMin, quizás con la misma intensidad que a JiMin le gustaba YoonGi, ciertamente nunca podría decirlo con lucides, por qué el amor que JiMin y YoonGi tenían, era como el efecto del alcohol, te podía marear en segundos, para luego simplemente te hacía ver la realidad de tu vida o te hacía imaginar una, para ambos eso era lo que sentían.

—Una cita.—JiMin tomó la mano y entrelazo sus dedos, mientras sonreía.

Y JiMin rogó en silencio que esto nunca se acabará.

Y YoonGi rogó en silencio siempre poder querer a JiMin.

Todo era mejor.

Tomando su mano.”

Me dolió escribir esto y es una parte soft, ay-

HeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora