Harry
-Oye, pequeño, ven aquí.- Una voz conocida para mi llamó desde un lado. Mi pequeño cuerpo se movió intentando seguir la voz
-¿Mamá?- Chillé en voz muy baja buscándola con la mirada en todas las direcciones
-Pequeño, ven conmigo.- Su voz empezaba a sonar desesprada. Abrazé mi pequeño peluche contra mi pecho viendo a mi madre en una silla, atada.
-¡Mami!- Grité intentando correr, pero dos grandes brazos tomaron mi pequeño cuerpo de 8 años.- Suéltame, déjame ir. Mamá .-Gritana una y otra ve sin lograr safarme de aquel fuerte agarre
-No Harry, mírala bien, mira bien a tu madre.- dijo aquella voz en mi oido haciéndome estremecer.- Tal ve sea la última vez
Al fin me pude soltar y corrí hacia ella con todas mis fuerzas, pero entonces una gran grieta nos separó y quedé de un lado mientras la veía a ella del otro lado; siendo golpeada y violada por 2 hombres.
Fácilmente los reconocí, uno de ellos, mi padre. Alto, fuerte, cabello oscuro y ojos iguales. Maldad pura en él. Y el otro, mi tío, más alto que mi padre, igual de fuerte. Ojos oscuros y cabello rojizo.
-Harry, corre.- Mi hermana mayor tiraba de mi mano haciendome retirar la vista justo en el momento en que mi tío introdujo su miembro en mi madre que chillaba y rogaba que los golpes de mi padre pararan.
-¡Esto es lo que mereces puta, pedazo de mierda!- Escuché como mi madre seguía llorando y empecé a temblar
-Gemma, ayuda a mami.- Supliqué y ella me miró llorando
-No puedo Harry, no puedo. Perdóname.- Me cargó en sus brazos y corrió a una puerta mientras que sobre mi hombro veía como mi tío se corría dentro de ella gritando de placer, mientras, ella gritaba de dolor. Mi padre se apartó de ella, pateó sus costillas y salió de la casa junto con mi tío.
-¡Mami!- Me retorcí en los brazos de Gemma, pero aquella puerta se cerró frente a mi