Midoriya Izuku estaba alucinando.
El unicornio azul en la esquina de su habitación podía comprobarlo.
Probablemente tuviera esa falta de energía y vista nublada debido al hecho de que la noche anterior, no había podido dormir un carajo. Pero aunado al insufrible calor que estaba haciendo, bien podían ser ambas cosas.
A las nueve de la mañana de un domingo cualquiera, Izuku estaba tirado sobre su cómoda pero caliente cama, sudando por cada uno de sus poros y maldiciendo el no tener un aire acondicionado.
Porque, demonios, la tierra se estaba quemando.
Pero aún así, con las ganas de salir corriendo a darse un urgente baño, era incapaz de salir del shock.
La razón de no haber dormido se resumía a esos dos últimos mensajes que su amiga había enviado en plena madrugada de la noche anterior. Las únicas dos razones por las que ahora mismo no estaba comiendo uno de los deliciosos desayunos de Shou.
Y sí, no había una justificación para desvelarse tratando de descifrar a que se refería Ochako, pero su cerebro no se había desactivado por completo con la curiosidad comiéndole desde adentro. Incluso había buscado en Google algunos códigos como el Morse, solo para comprobar que todo no había sido nada más que un mensaje cifrado que le indicara que ella estaba secuestrada.
Pero miren el lado positivo: ¡ahora sabía decir "quiero usar el baño" en Morse! Y de paso descubrió... que el código morse no tenía absolutamente nada que ver con letras normales.
Tal vez la verdadera razón que le tenía tan inquieto no era otra que la urgencia por verse.
Si fuera algo completamente casual, Uraraka esperaría para ir ella misma a su casa. Pero no. Ella le pedía que fuera lo más rápido posible a la escuela donde enseñaba: el único lugar al que le había dicho no se acercara.
Media hora después de despertarse, Izuku finalmente se levantó.
Y cuando salió de la habitación, se encontró con el único otro chico en su casa, a punto de entrar.
—Buenos días Midoriya. —saludó con una media sonrisa en su boca. Sobre sus manos sostenía una bandeja con un plato con huevos y tocino y un vaso de té helado—No quería despertarte para decir que bajaras a comer, así que te traje el desayuno a la cama.
Midoriya se quedó en su lugar, pensando quizá demasiado las cosas.
Se le hacia realmente tierno cada uno de los detalles del chico. Probablemente Izuku había exagerado demasiado en explicarle las actividades cliché de una pareja, aunque también le había especificado que eran solo realizadas entre personas enamoradas. Pero Izuku no lo estaba, y Shou tampoco podía estarlo.
Todo lo que Shou podía sentir, no eran más que comandos en binario ejecutándose de forma involuntaria.
—No tenías que hacerlo, Shou-chan. —sonrió con gentileza, tomando la bandeja entre las manos y regresando a su cama para usarla como silla. Shou entró detrás de él—Gracias por la comida.
En serio intentó comer en total paz y armonía, pero los 30 grados que hacían afuera, se lo dificultaban de una sobremanera.
Cuando Midoriya estaba a punto de sucumbir ante su impaciencia y dejar el hambre a un lado para irse a dar un baño, Shou se sentó tímidamente a su lado izquierdo, dedicándole una mirada contrariada.
—Solo dime si te molesta. —habló antes de actuar.
Midoriya lo comprendió hasta el siguiente segundo, en que el otro cuerpo se recargó sobre su hombro, llenándolo de dudas en un principio. ¡Shou no podía hacer eso! ¡Eso era acoso! ¡Pensaba que lo había entendido la primera vez!
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Dieciséis Pixeles [TodoDeku]
FanficMidoriya Izuku conoció al chico perfecto. Es dulce, amable, y atento con él. ¿Su único defecto? Que no es real.