Capítulo 20

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Narrador Charlie

Las patrullas pasaban cada vez más seguido por frente a la casa, al parecer pese a no encontrar nada peligroso la policía había decidido otorgar protección, incluso llamaron para avisar de ello; Los movimientos dentro de casa comenzaban a ser cada vez más restringidos, empecé por no poder bajar al primer piso y ha llegado a quedarme en el sótano por algunas horas, a pesar de que lo limpiáramos y lo hiciéramos habitable seguía siendo un poco incómodo, y todo debido a las visitas sorpresa que hacía Lotte acompañada de Keith y ocasionalmente de Moe, quién parecía tan incómoda como nosotros, o tal vez más por aquello de estar en ambos lados al mismo tiempo.

La vida antes difícil ahora era bastante complicada, más no era completamente insoportable cuando todo seguía el ritmo normal que habíamos adoptado antes, Guro y yo pasábamos unos lindos momentos juntos Incluso confinados en casa, el estar juntos sería suficiente para sentir que todo estaba bien, ¿verdad? ...

-Charlie, quiero hablar contigo

-¿Qué sucede?

- Ya no puedes estar aquí

-¿Que?

- Es demasiado peligroso que sigas aquí si esto continúa así te encontrarán...

- Pero ...¿a dónde iré ahora?

- Tranquilo ya pensado en eso y tengo un lugar para ti, hace poco tiempo empecé a buscar opciones por si algo así llegaba pasar y creo que es hora de usar el Plan B, conseguí una casa en otra ciudad para poder resguardarte, así que esta noche te llevaré a tomar un avión hacia esa ciudad para que puedas instalarte en la nueva casa...

Guro me abrazó tratando de consolarme, aun así, no pude evitar llorar, las lágrimas salían por sí solas y no podía detenerlas...

-No te sientas triste, todo va a estar bien ya verás, justamente hago todo esto por tu bien, para protegerte, ya lo sabes, por favor no te sientas mal

- No quiero que pienses que todo esto se va a poner peor, pero creo que también tendremos que suspender nuestra comunicación un tiempo, pero no todo está mal, la policía no podrá encontrarte y no dejaremos de hablar para siempre, sólo por un pequeño periodo de tiempo, te prometo que ni siquiera sentirás cuando dejaré de hablarte cuando empezaremos a hablar de nuevo...

Sabía que me estaba hablando, pero ni siquiera podía escucharlo realmente, sabía que intentaba consolarme, pero nada de lo que intentara me haría sentir mejor en ese momento, porque justo en ese instante todo mi mundo se derrumbó, no quería abandonar mi estilo de vida otra vez, mucho menos ahora.

En todo ese día no pude parar de llorar, en la tarde Guro me ayudo a empacar mis cosas para poder irme al día siguiente, no puede dormir en toda la noche pensando que todos esos momentos en que estábamos juntos habían terminado, así que cuando el avión despegó me quedé invadido por un sentimiento de soledad muy intenso y con un sueño enorme.

Llegué a la nueva casa que era más pequeña que la anterior ,pero aun así bastante grande como para que yo y Randy pudiéramos vivir cómodamente, sin embargo no podría decir que vivía cómodamente si él no estaba a mi lado, ya que a todas horas me hacía falta su compañía, los primeros días traté de acostumbrarme pero sentía que dentro de la casa sólo me sofocaba, así que decidí empezar a dar vueltas por la calle, pero aún con mis caminatas no podía dejar de pensar que todo lo que me estaba pasando era mi culpa, si tan solo no hubiese hecho las cosas de esa manera, si tan solo hubiese tomado más precauciones, si hubiese elegido otra persona, no estaría huyendo de todo, no me sentiría tan mal de estar solo... no sentiría el peso de la soledad ahora que no estaba...ahora que él no estaba... pero tampoco sabría lo que era estar juntos, tal vez si él pudiese estar conmigo...

De repente escuche un crujido detrás de mí, escuchar un sonido que no provenía de mis propios pasoso hizo que perdiera mi concentración y regresara a la realidad, por primera vez había visto la situación en la que estaba, me había encerrado involuntariamente en un callejón sin salida, un sujeto extraño y corpulento era quien había provocado aquel ruido y ahora se encontraba detrás de mí, apuntándome con un arma que no podía distinguir bien en la obscuridad.

- ¿No escuchaste? ¡Que me des todo lo que tengas!

Incapaz de reaccionar sólo me quedé ahí inmóvil viendo como el tipo se aproximaba a mí, entonces cerré los ojos y luego de algunos segundos logré escuchar un fuerte golpe y entonces todo terminó.

FugitivosWhere stories live. Discover now