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PDV LOUIS.

Una vez me levanto bajo a desayunar, encontrándome a Nate ya vestido, comiéndose una manzana.

Él todavía seguía estudiando, ya que después de terminar el instituto quería estudiar química en la universidad.

Yo, desgraciadamente, tuve que dejar el instituto a los 16 años, ya que mi madre empezó a empeorar, tenía la baja del trabajo, pero debido a que no iba a mejorar, si no todo lo contrario, tuvo que dejarlo, y no podía pagarme los dos últimos cursos que me quedaban.

Busqué trabajos, de hecho, estuve en una tienda de mascotas, pero el jefe era un cretino que solo se aprovechaba de la necesidad de la gente por unos pocos de euros. Siempre buscaban a gente con experiencia, si no tenía que conformarme con trabajos mal pagados, y mi madre no me dejaba cogerlos.

El gobierno nos concedió una ayuda económica dada nuestra situación, pero solo daba para los gastos necesarios de la casa y para los tratamientos de mi madre.

- Sírvete lo que quieras- dice Nate mientras se deshace del resto de la naranja, tirándola a la basura.

- ¿A qué hora vuelven tus padres?

- Mi madre estará aquí para comer, mi padre hasta la noche no llega- responde colgándose la mochila en el hombro, cogiendo su chaqueta azul.

Asiento, sentándome en la isla que separaba el salón de la cocina, ya que era abierta.

- Y tú ¿qué vas a hacer?

- Seguramente me acerque a casa a por algo de ropa y eso.

- Bueno, a las 2 nos vemos- dice chocando su mano con la mía, saliendo de la casa.

Me sirvo un poco de leche, calentándola.

Saco el bote de cacao y los cereales, dejándolos en la isla junto con una servilleta y una cuchara.

Una vez suena el pitido del microondas saco la taza de leche, echándome un poco de cacao y removiéndolo, para apto seguido echar los cereales.

Mientras empiezo a desayunar pongo la tele, encontrándome con Phineas y Ferb empezado.

Mastico bien mis cereales, jugueteando con la cuchara mientras.

Mi teléfono suena, así que dejo de comer y me levanto, bajando la tele y descolgando, ya que era Patrick:

- Buenos días, Louis.

- Hola, Patrick- respondo sentándome de nuevo en la isla, siguiendo con mi desayuno.

- He hablado con tu padre, y dice que le parece perfecto que hayas cambiado de opinión.

Ruedo los ojos, metiéndome otro puñado de cereales en la boca, escuchándole.

- Por él estaría bien que te mudases mañana mismo. Cuanto antes mejor.

Me atraganto, tosiendo, y poso mi mano en mi pecho, dando unos cuantos golpecitos.

- ¿Ya, mañana?- pregunto con un hilo de voz, dando un sorbo a mi leche con cacao.

- Bueno, dice que cuanto antes se ponga en venta la casa antes se venderá, y antes tendrás el dinero en la cuenta.

Respiro hondo, mordiendo mi mejilla.

- Muy bien, pues dile que esta tarde nos vemos en mi casa, y que traiga un camión o alguna mierda para transportar mis cosas.

- Muy bien, ¿a las cuatro?

Asiento, despidiéndome de él y colgando.

Lanzo el móvil al sofá, aunque debido a la lejanía cae al suelo, pero no me importa.

Don't Let It Break Your HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora