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PDV LOUIS.

A la mañana siguiente me levanto sin ganas, abriendo la ventana y mirando hacia el jardín, divisando unos cuantos pájaros por ahí piando.

Suspiro, mirando el agua de la piscina. Hacía un día increíble para ser mayo, y la verdad que me tiraba de cabeza en ella.

Unos ruidos en la puerta llaman mi atención, y abro la puerta, encontrándome con un pastor alemán.

- ¡Qué coño!- grito, asustándome, sin esperarme un perro- ¿pero tú de dónde has salido?- susurro, acariciándole.

Mueve el rabo, lamiendo mi mano.

Siempre quise tener un perro, pero mi madre nunca me dejó.

- Globo, te he dicho que no entrases mojado- dice Harry apareciendo sin camiseta y algo mojado- perdón- dice mirándome- odia bañarse y siempre se me escapa- dice cogiéndolo.

- No te preocupes, me encantan los perros- digo encogiéndome de hombros- ¿de dónde ha salido? Ayer no estaba.

- Lo he ido a buscar al veterinario. En el jardín le picó una avispa en la lengua.

- Vaya, pobre- digo acariciándole.

- Esto sí que es raro- dice mirándome.

Frunzo el ceño, sin entender.

- Generalmente es muy arisco con los extraños.

- Bueno, yo no soy un extraño, hermanito- bromeo, a lo que éste sonríe.

- ¿Estás mejor?- me pregunta.

Ayer apenas salí del cuarto después de la pelea con Karl. Kate vino a verme, diciéndome si saldría a cenar, a lo que negué, así que me trajo la comida a la habitación, cosa que le agradecí.

- Sí, gracias- susurro, evitando su mirada.

- Bueno, voy a seguir bañando a este. Cuando te duches y eso si quieres puedes ayudarme con el jardín- dice cogiendo del collar al perro, tirando de él hacia el baño.

Me meto de nuevo en el cuarto, cogiendo un pantalón de chándal, una camiseta y unos calzoncillos, dirigiéndome al baño.

***

Una vez termino de ducharme y desayunar salgo al jardín, divisando a Harry en lo que debía de ser una huerta.

- Hey- saludo, encendiéndome un cigarro.

- ¿Sabes que fumar mata?

- Fíjate que no, gracias por la información- digo guiñándole un ojo, dándole una calada.

Éste carcajea, posicionándose a mi lado.

- Bien, tú plantarás tomates y guisantes, y yo espinacas, pimientos y zanahorias.

- Que divertido- digo sarcásticamente.

- Entiendo que un niño de ciudad como tú esté acostumbrado a comprarlo todo en el supermercado, pero te prometo que no te mancharás mucho las manos- dice entregándome los paquetes de mis hortalizas.

Le miro mal, cogiéndolas.

Una vez termino de fumarme el cigarro me arrodillo a su lado, empezando con la labor.

- ¿Hoy no trabajas?- le pregunto, echando las semillas en el pequeño hoyo.

- No. Los fines de semana los tengo libres. Enchufe con el jefe- dice sonriendo- ¿tú estudias o algo?

- Ni estudio ni nada- respondo, regando un poco la zona, para ponerme ahora con los guisantes.

- ¿No estudias porque no quieres o por algo más?

Don't Let It Break Your HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora