Capitulo Uno

517 39 21
                                    

Plann

Ocho años después

Recordando el día que mis padres decidieron enviarme a vivir a Chachoengsao, teniendo una casa para mi solo, salgo del cuarto de baño, relajado después de una larga y relajante ducha.

No solo en aquel entonces me trajeron dándome una casa para vivir de forma independiente, valiéndome por mi mismo. Tambien me dijeron que tendría que vivir con una responsabilidad y por eso mismo llevo cuatro años trabajando en el restaurante, tambien hotel, como chef principal.

Mi padre con el tiempo, controlando que todo fuese bien, y hablando con mi madre, se reunieron conmigo para contarme que me haría cargo de todo.

Ahora vivo solo, tengo un negocio propio y eso con veintisiete años que tengo, sucediendo realmente cuando contaba con veintitrés años y mucho tiempo ocupado en una recuperación física y mental. La física fue la mas difícil porque tenia que recuperar la movilidad de mis piernas, de mi cuerpo por completo.

Entrando en mi vestidor, siendo que del baño a mi habitación solo tenia que cruzar una puerta, dejo caer la toalla enganchada en mis caderas, dejándola atrás acercándome ahora a donde tengo mis pijamas bien colocados.

Hace calor, siendo verano en pleno mes de junio, asique de entre lo que tengo de invierno y lo que tengo de verano, poniéndome primero un bóxer blanco, cojo un pantalón corto azul marino, poniéndomelo al igual que la camiseta a juego.

Recojo la toalla del suelo, volviendo unicamente por un momento al baño para dejarla en el cesto de la colada, ponerme esa crema que mi madre tanto insistió que me pusiese, ahora haciéndolo ya por instinto, aplicándola más que nada en la marca que ha quedado permanente en mi mejilla izquierda.

Saliendo del baño, de mi habitación, voy a la cocina ahora.

Mirando todo, las ganas de cocinar que tengo son nulas. Pero debo hacerlo porque no he traído nada del restaurante y debo comer algo, no irme a dormir con el estomago vacio.

Acercándome al frigorífico, sujetando la manilla del mismo dispuesto a abrirla me detengo al escuchar el timbre sonar.

Soltándolo me dirijo allí, sorprendiéndome al ver a Kitiwhut frente a mi a estas horas, tan tarde en la noche.

— ¿Alguien ha pedido comida a domicilio? —su sonrisa y comentario me hacen sonreír —se que es tarde pero supuse que a estas horas no habrías cenado y no tendrías ganas de prepararte nada.

— Siempre piensas en todo y no importa la hora —le dejo pasar —¿tu has cenado?

— He esperado para cenar contigo —acaricia mi mejilla —no puedo dejar cenar a mi dulce Plann solo.

— Eres un idiota Kitiwhut —le quito las bolsas.

Yendo a la cocina, sintiendo sus pasos a mi espalda, llegamos entrando yo primero. Sacando un par de platos, sirviendo la cena que ha traído y huele de maravilla, los coloco en la mesa, cogiendo también dos vasos y un par de cervezas que sirvo en los vasos aunque Kitiwhut siempre me dice que no lo haga.

— Tu no puedes beber alcohol —me quita el vaso —tu beberás agua.

— Ha pasado mucho tiempo —me quejo —dejame beber un poco.

— Beberás agua.

A regañadientes termino por aceptar, más que nada porque ya me ha servido y el vaso está puesto frente a mi plato.

Cenamos, yo bebiendo mi agua, Kitiwhut bebiéndose su cerveza y la que me voy a quedar con las ganas de beberme. La cena por suerte está rica y quedo satisfecho cuando los últimos fideos de ramen pasan por mi garganta.


La cena ha sido una velada de amigos tranquila. Después de terminar y de limpiar los platos y vasos usados, Kitiwhut se ha empeñado en ver una película a pesar de que yo estaba cansado. Aún así he aceptado a verla y ahora me encuentro, siendo las dos de la madrugada, levantándome de mi cama con ganas de ir al baño.

Después de hacer mis necesidades, por las cuales ya sentía una urgencia demasiado fuerte, me lavo las manos, mirándome al espejo. La palidez en mi rostro es demasiado notable, al igual que la cicatriz de mi mejilla izquierda. Acariciándola en un cuidadoso roce con la yema de mis dedos, cerrando por un momento, intento pensar, recordando cuando pregunte como es que me hice esta cicatriz.

La respuesta de mi madre fue que la causa fue que se trataba de una caída que hizo que me cortase ahí justamente. Después de tanto tiempo sigo pensando que esa explicación, ese razonamiento es algo estúpido porque no recuerdo haberme caído sobre o contra algo como para herirme así.

Tampoco es que recuerde mucho.

Tan solo despertar y de lo poco que las lagunas que sufro siempre me viene un recuerdo borroso de alguien hablándome.

Tan solo es un recuerdo y no exacto como para reconocer a esa persona.

Secándome las manos, saliendo de esos pensamientos que ya empezaban a surgir en mi, apago la luz, volviendo ahora a mi habitación donde me dejo caer sobre mi cómoda cama, durmiéndome casi al momento.


— Disculpe..

Sin detenerme en el preparado del plato que ya estoy finalizando en su preparación, viendo por un momento a Kulap intentando comprender que hace aquí y no está en el hotel atendiendo a todo aquel que está hospedado o pretende hacerlo, le hago un gesto para que siga hablando sin que se acerque, evitando así que se pueda quemar.

— Siento molestarle pero como usted es el dueño ahora supe que tenia que informarle —sirvo la comida en los platos, dirigiéndome ahora a Kulap —han hecho una reserva importante para dentro de dos noches. Quieren la suite para una semana y no está en estado de ser ocupada.

— ¿Qué es lo que le falta a esa suite para que no se pueda usar? —pregunto —¿Limpiarla? ¿Cambiar la ropa de cama? Estoy seguro que eso lo podéis hacer sin consultármelo.

— Es que.. la suite no está en condiciones estéticas para recibir al cliente que la ocupará —Kulap baja la mirada a sus manos —cuando tenga un tiempo m..me gustaría que lo viese por usted mismo.

— Me ocuparé yo del resto de pedidos.

Viendo al otro cocinero que es quien me ha dicho eso sigo a Kulap fuera de las cocinas.

Siguiéndole a través de todo el restaurante, saliendo del mismo para acceder a la parte del hotel, pienso en lo agotador que es tener que llevar todo esto solo. Estoy acostumbrado después de tanto tiempo pero eso no hace que sea menos agotador tanto físicamente como mentalmente.

Subiendo junto a Kulap al ascensor, dirigiéndonos ahora a la planta donde se encuentra la suite, pienso en quien podrá ser ese huésped por el cual me encuentro dejando las cocinas sin mi presencia.

— ¿Cómo se llama el huésped que en dos días ocupará la suite?

Kulap revisa los papeles que hasta ahora no vi que tenia en sus manos. Son un par de minutos los que tarda en encontrar de quien se trata, teniendo ahora su atención puesta en mi.

— La reserva está hecha para un actor bastante famoso llamado Phiravich Attachitsataporn, aunque en la reserva la han firmado a nombre de un tal Mean —lo miro quitándole los papeles de las manos —debe ser muy importante para solicitar esa habitación por tanto tiempo.

Devolviéndole los papeles, saliendo ahora del ascensor encontrándome directamente en la suite, pienso en lo confuso que me siento ahora mismo, más bien desde el momento en que he escuchado ese sobrenombre por parte de Kulap, no sabiendo con exactitud de quien pueda tratarse aunque obviamente el trabajo que hay que hacer para arreglar todo este desastre tiene que iniciarse ya.

Y yo tengo que poner todo de mi para que todo salga a la perfección antes de que llegue el tal Phiravich Attachitsataporn.

MÁS ALLÁ DE...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora