Capítulo 7

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Lugar: bosque de los herbívoros (aldea de los simios)
Hora: 1:00am
Cinco meses un día y una hora después del impacto

Una gran fogata fue construida en el terreno árido que estaba en el interior de las paredes de piedra, a unos veinte metros de distancia de la puerta, las llamas de la fogata se expandirán a menos que el destino quiera que así sea, por ahora tres Grupos de animales mutantes se encuentran festejando la unión temporal de los tres clanes, los animales cazados días atrás para este propósito fueron todos deborados constantemente por las lamias criaturas mitad serpiente, mitad humanas, parece que el vapor evolutivo fue caprichoso con como quería evolucionar a las serpientes. A un lado del grupo de las lamias se encontraban simios jóvenes que veían como la comida que les costó recolectar era consumida en cuestión de minutos, lo que antes era un banquete para tres aldeas en una hora fue consumido por una sola. En los cielos de la aldea se encontraban volando las arpías, aves mutadas de forma que tenían cuerpo de una mujer joven de baja estatura, pero con alas envés de brazos y tibia envés de piernas, estas criaturas volaban en el cielo lleno de estrellas con la falta del satélite terrestre conocido como luna, la cual había caído de los cielos como un meteoro resplandeciente.

Mientras que esto pasaba islam, la líder temporal del clan de los simios se encontraba mirando todo con una leve sonrisa con la espalda apoyada justo al lado de la gran puerta de madera que estaba abierta en estos momentos, en su mente recuerdos del día que Mark y cientos de simios guerreros fueron a la cueva, pasaban rápidamente tratando saber que pasó para que aun meses después no volvieran, en las primeras semanas en las que Mark no volvía tenía en mente salir a buscarlo pero al ver que la aldea no tenía un líder apto en la aldea solamente podía quedarse y esperar, no podía enviar a ningún simios para la misión de búsqueda pero todo eran muy jóvenes si bien el crecimiento de los simios era más rápido al de un humano aún tendrian entrenarse para los peligros que salir al bosque conlleva, con eso en mente le pidió ayuda a zeta para poder construir una pared que protegiera mejor la aldea; hablando de zeta, el se encontraba ahora mismo en la casa del jefe de la aldea mirando al bosque mientras que alma se deslizaba por su espalda riendo, alma desde la última vez a crecido bastante tenían un cuerpo parecido al de su madre a excepción de que tenía tres líneas en el pelaje del abdomen.

La reyna de las lamias, medusa, se deslizaba hacia islam ondeando su cola en el suelo con su cuerpo en alto. Al estar a un lado de ella también apoya su espalda en la pared fría y rocosa, saca su lengua viperina para recolentar los químicos en el aire para luego ocultarla en su boca de nuevo con una leve sonrisa.

-Islam, ¿aquí a caído lluvia? -esa pregunta desconcertó a islam, la cual miro la cara sonriente de medusa.

-¿lluvia? -le pregunto un poco confundida- (hace meses que no llovía por la zona,¿por qué le pregunta algo como eso?)

-el olor a llovía se encontraba en el aire, también el olor parecido al de un humano... Tenía la esencia de uno almenos. -digo con una mano posada en su mentón de forma pensativa, tratando de descubrí que era la esencia humana, no olía como algo que reconociera pero a la ves si.. Su hilo de pensamiento fue interrumpido cuando islam suspiro com tristeza

-no a habido un humano en mucho tiempo medusa....-se queda en silencio pensando en las posibilidades, descartando finalmente la más obvia- No.. No creo que sea la esencia de un humano realmente - dijo un tanto decaída al recordar que Mark estaba perdido, solo podía sonreír de forma irónica debido a que su hija seguía sonriendo. confiando que volverá algún día..

la noche que la luna cayó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora