—Entonces déjame entender algo, ¿tú lo amabas tanto y por eso decidiste hacer lo que hiciste?— era la tercera vez que me hacían la misma pregunta en ese día.
—Sí— contesté simplemente.
—Es algo absurdo— contestó el oficial que me interrogaba.—¿Era tu novio, esposo o amante?
Lo dudé. Enserio que lo dudé.
Pero no lo dudé en la forma de no saber qué responder. Lo dudé en la forma de que ni yo misma estaba segura de qué habíamos sido realmente.¿Novios? Nunca hubo nada oficial.
¿Esposos? Si no fuimos novios no hay manera de ser esposos.
¿Amantes? Él no estaba casado y no estaba en una relación, a menos de que yo no supiera y... al diablo.—Era mi amante.— contesté no muy segura de su reacción.—Mi sexy y despreciable amante.
El oficial simplemente bufó en molestia e irritación. Puso sus codos sobre la mesa que estaba entre nosotros y colocó su rostro entre sus manos.
Por un momento pensé que ya estaba cansado de mis respuestas tal vez absurdas para un caso tan serio, pero realmente no podía pensar nada coherente después de todo lo que había pasado.El oficial me miró con el ceño fruncido en una cara de disgusto y se puso de pie.
—Muy bien, Destiny, haremos lo siguiente.— sacó una pequeña libreta de su pantalón y comenzó a escribir algo.
Yo solo quería irme de ahí. Estaba tan cansada física y emocionalmente que lo único que deseaba en ese momento era irme lejos de todo y de todos. Quería perderme en el mundo y ser sólo yo. Ya no quería tener preocupaciones, ya no quería tener que lidiar con problemas ajenos, no quería estar más tiempo en Inglaterra.
El oficial terminó de hacer sus anotaciones, arrancó la pequeña hoja y me la tendió. La tomé y lo que estaba escrito era un nombre y una dirección.
Isabella Simpson/ psiquiatra.—¿Me está diciendo loca?.— no podía creer que me estuviera dando la dirección de una psiquiatra. Digo, sí, a veces pareciera que me hace falta un tornillo pero no creo que esté tan mal como para ir a terapia.
—Destiny, en este interrogatorio que apenas lleva una duración de 10 minutos, me he dado cuenta de que lo que viviste con Alejandro te ha dejado afectada.— cerré los ojos en cuanto escuché su nombre.
Sé que lo que viví con... él no fue lo mejor del mundo, lo tengo muy claro, el punto es que no quería olvidarlo. Sí, ya sé que dije que quisiera irme de Inglaterra y olvidar todo, pero no a él. Aún quiero tenerlo aunque sea en mi memoria.
—No te estoy diciendo loca ni nada por el estilo si es lo que piensas.— continuó.— Lo único que quiero es que estés completamente bien para decirme porqué hiciste eso.
Lo pensé por un momento.
—Está bien.— dije en un suspiro.—¿Si digo que iré ya me puedo ir?
—No es sólo decirlo, tienes que hacerlo, no hay otra opción.— volvió a sentarse en la silla quedando nuevamente frente a mí.—Si haces lo que te pedimos saldrás de esto más rápido, Destiny.
—Ya dije que si iré, puede enviar una patrulla a vigilarme si quiere.—me acomodé en la silla ya que realmente mi espalda dolía después de todo lo qué pasó.
El oficial rió levemente.
—No es necesario, confío en ti.
¿Confiar en mí? Creo que eso es algo que ya todos deberían de descartar. Nadie debe confiar en mí, ni siquiera tú.
Mi mirada vagaba sobre las letras escritas en el papel, pero mi mente no estaba ahí.
—Creo que eso es todo por hoy.— espetó el oficial al no obtener más respuestas de mi parte.—Hablaré con la señorita Isabella para agendar una cita y me comunico contigo para darte la fecha y hora.
El oficial se levantó de la silla y yo lo imité. Me tendió la mano y se la estreché.
—Nos veremos pronto por aquí, Destiny, ya puedes retirarte.— se despidió con una sonrisa sincera.
Solo asentí con la cabeza y salí del pequeño cuarto en donde nos encontrábamos.
Guardé la pequeña hoja que me había dado en el bolsillo trasero de mi pantalón y caminé hacia la salida.
Tenía que resignarme. Si quería olvidar por completo todo lo que había vivido, y lo que Alejandro me hizo vivir tenía que ir a terapia, tendría que ver la vida de otra manera y darme cuenta de las cosas.
Pero había un problema con eso. No quería olvidarlo._________________
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ALEJANDRO | natasha salinas
Teen Fiction¿Se puede amar y odiar a la vez? ¿Puedes amar tanto a una persona como para dar tu vida por ella, pero al mismo tiempo, eres capaz de quitarle la vida tú mismo? Eso es justo lo que siento por Alejandro. No puedo describirlo tan fácilmente, es un se...