Caminaba camino a casa después de mi jornada de trabajo, mis pies dolían y mi ojos pesaban cada vez más.
Sólo quería llegar a mi dulce cama y dormir lo que no había dormido la noche anterior.Taylor me había invitado a su casa a cenar pizza que ella misma había echo con sus mágicas manos (como ella dice), y aunque la idea sonaba de lo más tentadora no tenía ganas de desperdiciar más horas de sueño.
Recibí reclamos de su parte por haberme ido antes de su fiesta, dice que estuvo de lo más salvaje pasando las dos de la mañana. Desearía haberme quedado más tiempo pero tenía que llegar a casa a ver que mi madre siguiera mejor.
Mi madre.
Una preocupación que rondaba por mi cabeza una y otra vez.
Después de lo que pasó con Trazy ya nada era igual.
Todo se fue al caño: la estabilidad mental de mi madre, mi relación con mi padre y el alcoholismo de este.
Creo que nada podría ser a como era antes.Mi teléfono comenzó a sonar abruptamente alejando mis pensamientos.
Ray.
—Hola, Ray, ¿olvidé algo?
Raymond casi nunca llamaba por teléfono a menos que fuera algo importante o se me olvidara algo en el restaurante, así que paré un momento mi caminata y revisé mentalmente si había olvidado algo.
Todo estaba conmigo.—Hola, en realidad no has olvidado nada, umm... Un chico está aquí preguntando por ti.
¿Un chico? ¿Quién además de Taylor iría a buscarme a mi trabajo?.
—Umm...¿Y como se llama ese chico?.
Tal vez podría ser Roberto ya que es el único que sabe en donde trabajo los fines de semana, pero después de lo que pasó en la fiesta dudo mucho que quiera seguir buscándome o siquiera dirigirme la palabra.
Escuché murmullos del otro lado de la línea y después la voz de Raymond.
—Dice que se llama Fernando Martínez.
(...)
Mis pies me encaminaban de nuevo hacia el KFC totalmente extrañada de que Fernando estuviera esperándome ahí. Es decir, él y yo jamás habíamos cruzado tantas palabras hasta la fiesta de Taylor, así que el hecho de que ahora fuera a buscarme al lugar donde trabajo es algo completamente extraño.
Es más, ¿cómo rayos supo dónde trabajo?Una vez cerca del restaurante mis ojos viajaron por todo el lugar buscando al dichoso galán que me esperaba, aunque ni siquiera sabía si me buscaba para algo bueno.
Lo divisé en el estacionamiento a lado de un coche color negro que se miraba bastante lujoso a decir verdad.
Jamás lo había visto con ese auto, no es por ser chismosa pero en la universidad siempre se traslada en una motocicleta que se mira antigua.—¿Me buscabas?. — fue lo primero que salió de mi boca una vez que me encontraba frente a él.
Fernando me miraba de una forma un tanto extraña.
No era una mirada de malicia ni de desprecio, era más bien una mirada de curiosidad e interés.Vestía unos jeans negros, con unas botas negras y una simple sudadera negra. Algo me decía que le gustaba el color negro.
—En realidad, si.
Sacó un cigarrillo de su bolsillo izquierdo y lo prendió con un encendedor que yacía en su mano.
—¿Y puedo saber para qué?, no lo tomes a mal pero nosotros jamás hemos tenido ningún tipo de relación, así que el que estés aquí ahora me resulta bastante extraño y preocupante la verdad.
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ALEJANDRO | natasha salinas
Fiksi Remaja¿Se puede amar y odiar a la vez? ¿Puedes amar tanto a una persona como para dar tu vida por ella, pero al mismo tiempo, eres capaz de quitarle la vida tú mismo? Eso es justo lo que siento por Alejandro. No puedo describirlo tan fácilmente, es un se...