TanZen Week 2020

Libre

Hanahaki Disease AU!

Tanjiro estaba a punto de ir a su respectiva misión pero antes de eso desvió su camino hasta las camas de enfermería, necesitaba despedirse de una persona y saber que estaría bien en su ausencia a pesar de que Shinobu le haya dicho que no tenía por qué preocuparse, solo habían sido unas heridas superficiales de su anterior batalla y un pequeño desmayo, claro que para Tanjiro eso ya era muy alarmante.

Abrió el shōji y una amistosa sonrisa de parte de Zenitsu lo recibió, se acercó al muchacho acostado y los rayos de sol bañaban su cuerpo marcando mucho más la atractivas facciones de su rostro pero evitó que eso lo distraiga de su principal prioridad, acarició su cabello revuelto y pensó que quizas no tenía mucho que se había levantado.

Zenitsu nunca le decía nada cuando se portaba muy atento con él, tal vez, lo consideraba normal.

– Oh, antes de que se me olvide. Toma, ¿se la podrías dar a Nezuko? Se que le gustan las rosas blancas – hubo una sonrisa diferente y el brillo en sus ojos se intensificó, estaba lleno de un afecto que se deslindaba de lo amistoso y los ánimos del pelirrojo decayeron un poco

– Esta muy linda, no dudes en que se la daré. Bueno, ya me tengo que ir, nos vemos pronto Zen – el sabor metálico que se instaló en su garganta le advirtió que debía salir rápidamente de la vista de su amigo, otra vez esa sensación de tristeza se apoderó de él

– Adiós Tanjiro, procura no lastimarte tanto, cabezota – dijo divertido

– Claro lo tendré en cuenta.

Salió casi corriendo de allí, se sintió asfixiado de su propia pesadumbre y en su mano se encontraba la razón. Ese gesto es de su enamoramiento hacía la preciosa muchacha, Nezuko, su hermana menor estaba rodeada de un sentimiento que ni siquiera era capaz de percibir y eso solo aumentaba el dolor del de cicatriz.
Pero su muñeca fue apresada por alguien, impidiendo que diera un paso más y ambos se quedaron en medio del pasillo.

En ese momento ya no quiso ni siquiera ir a su siguiente batalla, no en esas condiciones.

– Tanjiro, ¿qué pasa? – la voz quebrada de Zenitsu fue lo único que le hizo sentir como un niño indefenso, a punto de romper en llanto

– Zenitsu...

Y sin poder evitarlo, se arrodilló lanzando muy lejos el detalle floral mostrando ese lado vulnerable que siempre se abstuvo a mostrar, tenía que ser fuerte por y para los demás, sin embargo, sus emociones explotaron en cuanto los brazos del blondo lo rodearon en un necesitado y doloroso abrazo.

– Perdóname, Zenitsu, por favor. Yo no quería sentirme así – empezó a toser, y con ello la sensación de estarse ahogando no pudo desaparecer ni con las suaves caricias en su espalda, le dolía.

Por que esos mimos no eran amorosos, eran de un amigo intranquilo por la estabilidad emocional del otro.

– Tranquilo, si pudieras decirme lo que pasa yo podría ayudarte. Te escuchaba tan decaído que vine en cuanto pude – la suavidad de sus palabras no quería que lo confundieran, no otra vez