En Japón, el amanecer de una nueva era se estaba acercando.
Un día, eres arrastrada misteriosamente al pasado junto con su amigo Kyo, concretamente 200 años antes. Allí conoce a dos hombres que te ayudan. Uno de ellos te consigue trabajo y un lugar...
Ante la sugerencia de Kondo, Yuki me acompaño fuera del cuartel del Shinsengumi. Mientras caminábamos por la ciudad, por el rabillo del ojo, vi como Yuki fruncia el ceño.
Yuki: El cuartel del Shinsengumi apesta a hombre, ¿no te parece?
Yuki olisqueo las mangas de su kimono y al momento, arrugo la nariz antes de suspirar.
Ayame: El Shinsengumi, ¿huh?
(Honestamente no recuerdo mucho de lo que leí sobre ellos, pero se que son realmente famosos.)
Yuki: Dime, Ayame... ¿te importa si hacemos una pequeña parada antes de regresar? ¿Tienes tiempo para un descanso?
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(¡Este sitio no es exactamente el lugar donde esperaba que fuéramos!)
Ayame: Yuki, ¿estás seguro de esto?
Yuki: ¡Oh chica! ¿No has visitado el Barrio Rojo antes?
La voz de Yuki sonaba despreocupada y yo vacile, no muy segura de como responder. La puerta corredera se abrió y una hermosa y sensual mujer, entro.
Yuki: ¡Kirisato! Cuanto tiempo.
Kirisato: Así es.
Su voz era casi un ronroneo suave y su misteriosa sonrisa, parecía realzar su belleza.
(¡Jamás he visto a nadie tan guapa antes!)
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Yuki: Esta es Kirisato. Es uno de los clientes más valiosos de la tienda de kimonos.
Kirisato se giro hacia mi y nuestras miradas se encontraron a través de la oscura habitación.
Kirisato: ¿Y tú quién eres?
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Animada por Yuki, le conté a Kirisato como había llegado hasta aquí y ella, suspiro con gracia cuando terminé.
Kirisato: Entiendo. Que historia tan extraña cuentas.