Aquel día, Derek no pudo dormir. Los sueños sobre un monstruoso león escupefuego, con una segunda cabeza de macho cabrío y cola de serpiente, lo acosaron durante toda la noche.
Una parte de él quería creer que Stiles estaba equivocado, que nadie en su sano juicio haría luchar a jóvenes que apenas habían alcanzado la mayoría de edad contra una criatura como aquella. Pero sabía que no era así, que en dos días tendría que enfrentarse a una quimera real, y que debería ser el primero en derrotarla para conseguir la máxima puntuación. Y aquella idea le revolvía el estómago. Se estaba esforzando en aparentar normalidad, valentía, sobretodo cuando fue a contarle a su tío lo que había descubierto. En la mirada del hombre, vio un atisbo de preocupación, pero apenas duró un instante antes de que empezara a divagar sobre lo importante que era que ganara el torneo. Y Derek no quería decepcionarle.
El viernes por la mañana, se obligó a ir a desayunar, antes de aislarse de nuevo en la biblioteca para recopilar toda la información que pudiera sobre las quimeras. Fue el último en llegar donde se encontraba el grupo de amigos de Hogwarts y Durmstrang. Danny, observó Derek, tenía unas ojeras tan marcadas que aún parecían preocupantes en su morena piel. Estaba seguro de que Stiles corrió a contarle lo que había averiguado en cuanto salió de la biblioteca la tarde anterior. El desayuno no estaba siendo tan animado como los otros días, el peso de lo que estaba por venir cayendo sobre ellos.
- Esto es realmente jodido.
Aiden fue el primero en romper el silencio que se había formado en medio del griterío del resto de alumnos.
- Ahora estaréis de acuerdo conmigo con que esta competición es absurda. ¡Es una locura! - Exclamó Stiles.
Ni siquiera Jackson y los gemelos, que parecían emocionados por ver el torneo, le llevaron la contraria.
- Bueno, al menos sabemos a qué nos enfrentamos. Gracias otra vez, Stiles.
Danny parecía realmente sincero mirando a su amigo. A Derek le habría gustado ser el único que supiera la respuesta, pero no podría haberle pedido eso al chico. Stiles no era su amigo, lo era de Danny.
- ¿Sabéis si Brigitte lo ha averiguado? - Preguntó Lydia.
- No la he visto últimamente, debe estar preparándose en su dormitorio o algo así.
- Deberíais aseguraros de que lo sabe. Es una prueba peligrosa.
Danny asintió, pero Derek frunció el ceño.
- No podemos darle la respuesta, va contra las normas. Además, si no lo sabe, tendremos ventaja sobre ella.
Los chicos de Hogwarts lo miraron como si acabara de decir una barbaridad. Stiles fue el primero en saltar.
- ¿Pero a ti qué te pasa? ¿Hablas en serio? A ver, está claro que eres un capullo, pero no pensé que podrías llegar a serlo a tan alto nivel. - Derek parpadeó varias veces, atónito, antes de que el chico continuara. - ¿De verdad dejarías que esa pobre chica se enfrentara sin ningún tipo de preparación a una prueba en la que puede arriesgar su vida, solo por ganar un estúpido juego?
- Ese "estúpido juego" es muy importante para mi escuela, ¿sabes? - Replicó, irritado.
- ¿¡Más que una vida humana!? ¿Qué mierda de prioridades son esas? - Stiles parecía furioso, con el ceño fruncido y la mandíbula tensa. - ¡Ni siquiera fuiste tú el que averiguó la respuesta!
- Derek, Stiles tiene razón... - Dijo Isaac tímidamente.
Y Derek lo miró completamente perplejo, y después buscó el apoyo de los gemelos, que rehuyeron su mirada. ¿Se estaban volviendo contra él? ¿Desde cuándo les importaba tanto la seguridad ajena? ¿De verdad era tan horrible lo que había dicho?
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Imprescindible
FanfictionHan pasado años desde que el último de los mortífagos fue encerrado, pero la comunidad mágica aún está intentando volver a la normalidad. Quizá una nueva edición de El Torneo de los Tres Magos sea lo que necesiten para cerrar por fin esa herida abie...