—¡Vamos, Azure! —exclamó mi madre en un tono algo elevado, para que la escuchara por encima del ruido del motor de nuestro Land Rover.
Era nuestro último día en la casa de la montaña puesto que nos mudábamos a Liverpool aquella misma mañana después de haber pasado mis once años de vida en la casa de la montaña, y mis padres cargaban cajas de ropa, objetos de decoración y demás artilugios del hogar que poco me importaban en aquel momento.
Ignorando los avisos de mi madre, seguí pedaleando sobre mi bicicleta rosa con purpurina a través del camino de gravilla y arena que subía bosque a través y se perdía dentro del mismo, rodeado de arbustos pinchantes, animales salvajes y algún que otro árbol frutal. En apenas unos segundos, llegué a la entrada del amplio y oscuro puente de madera que conectaba los dos extremos del río, el mismo que bajaba desde la cascada de unos metros adelante. El sonido de ésta era fuerte y aún estando sobre la construcción de madera, podrías notar como pequeñas gotitas de agua golpeaban tus piernas.
En el momento en que hinqué el pie en el pedal y avancé lo suficiente como para entrar por completo en el puente, un crujido proveniente de la estructura antigua se hizo eco mis oídos, y por un momento dudé acerca de hacer lo que iba a hacer, pero algo más fuerte dentro de mí me obligó a completar el trayecto y en un abrir y cerrar de ojos, me dí cuenta de que había dejado todo atrás y ya estaba de nuevo en el camino del final del puente.
Un ladrido me hizo regresar a la realidad y mis ojos recorrieron el lugar hasta dar con el joven pastor alemán de apenas un año; mi perro Baxter.
—Baxter, ven conmi... —fue lo único que alcancé a decir cuando bajé de la bicicleta para recibirle, porque cuando pasó por mi lado hizo caso omiso de mi presencia y corrió con la lengua fuera a través del camino.
Resoplando y llamándole a gritos, subí de nuevo a la bicicleta y pedaleé todo lo rápido que mis delgadas piernas me permitieron.
Tras lo que calculé como no más de diez minutos, hallé al rebelde perro en el porche de una casa abandonada. Mejor dicho, quemada.
La mitad del tejado era inexistente y gran parte del porche también parecía haber sido abrasado por lo que supuse, algún incendio forestal.
Prácticamente embobada, atraída por algo, dejé la bicicleta volcada en el suelo y avancé con cortos y temblorosos pasos hacia la casa que parecía haber sido destruida por un terrible fuego a juzgar por su aspecto.
En unos cuantos pasos, subí mi pie derecho al primer escalón de los tres que conectaban el suelo con la construcción de madera y un crujido como el que sonó cuando crucé el puente retumbó por mis oídos, causando que una ola de terror recorriera mi espina dorsal junto a un escalofrío. Oí un ladrido de Baxter que provenía del interior del edificio y sin pensarlo dos veces a pesar del miedo, me adentré por completo en el mismo para coger al pequeño animal.
—Baxter, hora de ir a casa —dije con voz algo temblorosa mientras empujaba la puerta que emitió un agudo chirrido.
Observé alrededor con detenimiento, pensando que seguramente aparecería uno de los monstruos de los cuentos que contaban en el colegio los niños. Había objetos completamente calcinados repartidos por estanterías y mesas, y a pesar de estar todo completamente arrasado, estaba cada cosa en su lugar. Parecía haber sido un fuego rápido y duro.
Cuando me quedaban pocos centímetros para coger un marco de fotos que parecía estar en mejor estado que los demás objetos, el cascabel que llevaba mi mascota atado al cuello llamó mi atención y dirigí mi mirada al animal, quien parecía querer captar mi atención.
Olvidándome completamente de mi madre, la mudanza y el peligro de morir aplastada, seguí al perro cruzando la puerta que dividía la entrada del salón-comedor e ignorando los estrepitosos crujidos que causaban mis pasos al hacer contacto con la dañada madera, llegué hasta lo que parecía ser el objeto de los avisos de Baxter.
Divisé un pequeño colgante brillante en el suelo y el pequeño cachorro me abrió paso. Me agaché y alargué el brazo con el ceño fruncido hasta agarrar la bonita joya siempre bajo la atenta mirada del animal. Mis ojos lo analizaron con detalle y la fría cadena del mismo colgaba entre mis dedos mientras yo sólo me centraba en el núcleo del collar. Dándole bastantes vueltas entre mis pequeñas manos, tal vez un minuto después, clavé mi dedo índice en un pequeño botoncito y al presionarlo, el objeto se abrió y en su interior se hallaba la imagen de una joven.
Me quedé maravillada ante la belleza de la chica y analicé la imagen con detenimiento.
Era preciosa, asombrosa, y tenía unos ojos azules a pesar de que la imagen estaba en blanco y negro. Parecía antigua, como si el colgante hubiera estado ahí por años.
—¿Azure? —dijo mi madre. La escuché vagamente, sin embargo, no fue hasta el tercer aviso cuando me digné a responder.
—Voy, mamá —exclamé. Me até el colgante al cuello, lo metí por dentro de la camiseta y agarré al perro en brazos.
Le lancé una última mirada a la casa, tratando de memorizar cada detalle. Algo en mi interior me decía que no sería la última vez que entraría allí.
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Hii ♡
Muchísimas gracias por el recibimiento que ha tenido asdgf. Sé que la sinopsis no está muy allá pero bueno, prometo que irá a mejor y se descubrirán cosas. Multimedia, Azure, interpretada por Liana Liberato. ¡Votad y comentad y no seais fantasmas! ¡Gracias por leer!
→ Dedicado a @stratfword por la magnífica portada. Si quieres dedicación, pídela en un comentario. ¡Gracias por leer!
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Medallion » h.s au
FanfictionUn medallón se encargó de guiarme a mi destino: Harry Styles, y junto a él, a todos los misterios y secretos de su maravillosa vida. [Harry Styles alternative universe 2015. Aclaración: El personaje de Elionor Broome es propiedad de @GeorgiaMoon...