Capítulo 4

2.3K 122 5
                                    

Meliodas

El viejo no había cambiado, habíamos llegado desde hace un par de horas y lo único que él hacía era hablar y hablar.

Ni siquiera escuché gran parte de lo que mencionó. Sólo sabía que mi coronación sería en unos cuántos días.

—Capi.. tan.. —Escuché detrás mío, seguramente se había cansado más que yo.

—Ban, estás exagerando. Sólo fueron unas horas. Hemos vivido cosas peores. —Recordé, realmente estaban actuando como si hubieran pasado años.

—El Rey Demonio aburre, demasiado! No volvamos a quedarnos a escucharle.. —se quejó, acostado de manera perezosa en su tesoro sagrado.

—King si te escuchara.. somos los únicos que nos estamos atreviendo a faltarle el respeto al dueño de éste Castillo—. Me encogí de hombros, ahora estábamos explorando, ni siquiera conocíamos la ubicación de nuestras habitaciones, así que no veía que podíamos hacer.

Sin embargo..

Inconscientemente buscaba a alguien, cierto pelinegro que aún se proyectaba en mi cabeza.

—Ustedes! Síganme, los guiaré a sus aposentos.

Esa voz se me hizo bastante familiar, pero la mujer que nos había llamado, no se dejó ver el rostro. Además de que tenía puesto un traje de soldado de alto rango.

No sabíamos ni a dónde íbamos, no lo pensamos demasiado, simplemente le hicimos caso.

—Oye.. ¿Quién eres?

Pareció dudar durante algunos segundos, pero en ningún momento dejó de caminar. —Príncipe Meliodas es normal que no me recuerde, aunque no esperaba que lo hiciera. Por ahora silencio, por favor.

Luego de eso no pregunté más. Mis compañeros se miraron entre sí, seguramente confundidos, pero tal vez yo lo estaba más.

¿Debería saber quién es?

Nos mostró las habitaciones. Había una para cada uno, había olvidado lo grande que era el castillo.

—Y ésta es su habitación, alguna queja o reclamo hablar con las sirvientas. Seguramente encontrarán una solución. —Se dirigió a mí, pero en ningún momento se había dejado ver el rostro. Tenía una especie de máscara, era extraño.

—Gracias.. Hm ¿Cómo te llamas?

Pensé que no lo diría, pero en su lugar soltó un suspiro. —Soy Mitsuke, comandante del ejército demoníaco. Preferiría que se refirieran a mí como el rango de mi cargo.

—Oh.. entiendo. Soy Diana, un placer—. Le sonrió, parecía una niña conociendo a una nueva amiga.

Hizo una reverencia ante mí y se alejó.

No podía dejarla así, tenía que hablar con ella, necesitaba hablar con ella.

—Hey Capi! ¿adónde vas?

—Volveré más tarde! —contesté, aún corriendo en dirección en la que se había ido, pasé algunos pasillos y pude verla caminar a lo lejos. —Mitsuke!

Ella se detuvo, pero no volteó.

—Príncipe, estoy retrasada para una reunión ¿Qué necesita?

—¿Podrías mirarme?

—No le veo necesidad. Regrese con sus compañeros. —Siguió caminando.

—Tú eres Mit ¿Verdad? Eres la hija de Vlad ¿no?

Era ella. No había duda, pero quería verla, realmente ha pasado tiempo si no he podido reconocerla.

—Soy Mitsuke y tiene usted razón. Puedo irme ya?

TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora