Para Alex morir de una forma tan simple fue algo humillante pero dado que ya estaba hecho no le quedó más remedio que aceptarlo. Regresando al mismo lugar donde empezó, vio a Pedro en la puerta esperando a los nuevos. El pensó que lo más probable es que le echaría en cara que no pasó más de 1 hora y ya se había muerto, de nuevo.
- ¡Hola señor Pedro!
- ¿Alejandro? Pensé que habías renacido en otro mundo junto a esa hermosa chica.
- Siii, no me lo recuerdes. Ahora estará a su suerte, aunque espero que no esté sola.
- ¡Que lastima! Bueno supongo que tendrás que pasar de todos modos. No fue tu culpa, sólo te confiaste demás.
A lo lejos al interior de las puertas se lograba ver a una persona caminando hacia está, con la intención se salir. Era el mismo señor de barba blanca que le ofreció renacer, se acercaba cada vez mas a los 2 hombres y su mirada no variaba de una completamente neutral.
- ¡Hola Alejandro! O tal vez ¿quieres que te llame con el nuevo nombre? ¿Alex?
Apartando la mirada de Pedro, miro fijamente al anciano sin poder evitar la vergüenza que sentía por lo que hizo.
- Está bien, dígame lo que quiera. Admito que fui muy torpe en mis actos y eso ocasionó ni retorno.
- No estoy aquí para molestarte por ello, hiciste lo que mejor posible. No estabas acostumbrado a ese entorno, era obvio que pasaría.
El anciano condujo al chico hacia dentro de las puertas y caminaron sin un rumbo fijo, mientras intercambiaban las palabras.
- Aún así me siento realmente mal por no haber durado más de 1 hora.
- Yo no esperaba que duraras ni 5 minutos.
- ¿What?
- El tiempo máximo que estimaba hasta tu regresó era de 30 minutos. Ni más, ni menos.
- Tratas de decir que ¿fue un logró que duraramos más que eso?
- Exacto, y ahora la pobre Karómi está sola ahí abajo ¿Que harás al respecto?
Alex sólo recordaba como en su capricho se llevó a un ángel inocente hacia un lugar al que ya había renunciado hace años. Era obvio que en algún momento se rendiria si no estaba el responsable de su "desgracia". Meditó por unos segundos la situación en la que ambos estaban y finalmente abrió los ojos.
- (Susurro) ¡Regresare!
- Lo sabía y me alegra oírlo, bien déjame decirte algo más antes de eso.
- ¿Qué sería?
- ¡Nunca te moriste! Sólo te desmayaste por la pérdida de sangre. Ahora mismo Karómi y esa elfa que ayudaron, te llevaron a un lugar más seguro y alejado de esos pecadores. Lo más probable es que la elfa haya sanado tu herida, después de todo es una sanadora.
- Entonces ¿me sentí mal por la rubia esa por nada?
- ¡Exacto!
- . . . . . . . Sólo déjame irme de una vez ¿si?
- ¡Buena suerte hijo mío!
Alex desapareció entre una brillante luz que sólo el anciano y Pedro lograban distinguir.
Unos minutos antes de los hechos narrados. . . . . .
Karómi asustada por el hecho que acababa de presenciar empezó a pensar en su vida a partir de ahora. Era claro que el suicidio no era una opción por ser pecado, pero se negaba a imaginarse como vagabunda o algo peor.
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ESTO NO ES UNA AVENTURA DE FANTASÍA
AventuraDe todo lo que puedes tener en tu próxima vida eliges molestar a otros.