Matthew y Marilla Cuthbert piden un niño del orfanato y eso es lo que reciben, un joven apuesto, trabajador, huérfano pero con un gran corazón. Gilbert Blyte llega a Green Gables a ser el nuevo ayudante de los Cuthbert, sin embargo, ciertos aconteci...
Nota rápida: Lo lamento mucho. Olvide que los martes publicaba capítulos. Mi disculpa se encontrará al final del capítulo.
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—¡Que no me llames zanahoria!— y estrelló su pequeña pizarra en la cabeza de Gilbert.
Existen muchas maneras de describir a Roy Evans; guapo, inteligente, caballeroso, gracioso, respetuoso, aventurero, perfecto; era poco común tener el placer... o más bien, la desgracia de encontrarse con la faceta furiosa de Roy Evans, pues en el pequeño pueblo de Avonlea solo se le había observado así dos veces.
La primera vez ocurrió cuando Billy a los seis años empujó por accidente a la hermana mayor de Roy, provocando que rompiera parte de hielo donde estaban y así, asesinándola. Por su puesto que Roy y Billy tenían sus roces a los cortos seis años, pero la muerte de su hermana Michelle provocó la furia y el odio eterno de Roy hacia Billy.
La segunda, fue provocada por la mismísima Anne Shirley, que, en resumen, desobedeció el consejo de su amigo ante la llegada de un extraño a Avonlea, cuando ocurrió lo que debía ocurrir y la vida de Anne se encontraba a salvo, Roy no pudo evitar no regañarla frente a toda Avonlea.
Roy Evans se caracterizaba por ser un chico que no acentuaba una pelea o se metía en una, pero como cualquier humano, hay situaciones en las que no hay control absoluto de tus acciones. Avonlea y su nuevo habitante descubrirían y presenciarían la tercera vez que Roy perdería el control, causado por un malentendido.
...
El camino hacia la escuela era mágico, Roy, Anne y Diana siempre caminaban juntos, contando historias o cómo era costumbre, teniendo a Diana y Roy como espectadores ante los sueños e historias que Anne relataba. Aquel trío era inseparable, cosa que a nadie le molestaba o le extrañaba pues se conocían de toda su vida y estaban acostumbrados a ser solo ellos ante los problemas; pero esa mañana era distinta. Anne, Diana, Gilbert, Roy y Ruby caminaban rodeados por un silencio incómodo, que solo les permitía escuchar el sonido de sus pasos chocando rocas o tierra.
Aquella mañana Anne estaba mucho más callada que de costumbre, ella no solía callarse ante la presencia de extraños, mucho menos de gente que conoce, pues si bien ninguno de ellos había entablado una verdadera conversación con Gilbert, nadie del grupo podía excusarse de no conocerlo. Diana y Roy fueron los primeros en darse cuenta sobre el comportamiento de Anne; Diana se encontraba preocupada y Roy se imaginaba que Anne estaría muy cansada por la noche anterior, inhalar tanto humo pudo hacerle daño.
