Matthew y Marilla Cuthbert piden un niño del orfanato y eso es lo que reciben, un joven apuesto, trabajador, huérfano pero con un gran corazón. Gilbert Blyte llega a Green Gables a ser el nuevo ayudante de los Cuthbert, sin embargo, ciertos aconteci...
Capítulo dedicado a HereBoker que fue la única en adivinar la portada. Me tenían con el alma en un hilo porque nadie decía el fucking 6 🤣🤣🤣🤣🤣 Nota rápida: este capítulo se sentirá diferente, sin tantas palabras rimbombantes o coherencia. Es porque quien lo narra es Gilbert y a mi parecer, aún no desarrolla una capacidad para hablar con tanta propiedad como se esperaría.
Recordaba las flores, el otoño, las risas invaluables y un arco a mi lado. Sentía cada cosa, olía cada flor y olor en aquel gran prado, aún recordaba cómo se sentían aquellas hojas de maíz entre mis dedos, aún puedo recordar un incendio...
—¡Gilbert!— la voz de Diana me trajo de vuelta, solo cerré los ojos por un instante— No me sorprende que Anne aún no te dirija la palabra. Eres extraordinariamente irritante— su tono de voz precia irritado, no podía observar sus expresiones debido a que ella estaba del otro lado del árbol.
—Lo lamentó Diana, fue solo un momento— respondí tranquilo.— Es solo que, no me interesa mucho aquella fiesta.—
—Gilbert, han pasado semanas desde que tú y Anne no dirigen palabra, incluso el castigo terminó para ambos aquel día.— sonaba molesta y no podía culparla.
El día que jale la trenza de Anne a mitad de clase para demostrar algo sin sentido, me gane un nuevo apodo, muchos apodos de hecho, y como era de esperarse, tanto ella como la mayoría de la pequeña escuela dejo de interactuar conmigo, con el huerfano.
Por su puesto había excepciones, la dulce y amable Diana, ha sido mi compañía desde ese entonces, cada día después de clases nos encontramos en un viejo y gran árbol, lleno de vida, se nos hizo costumbre que ambos nos sentamos en extremos opuestos del árbol y platicamos un poco. Por su puesto que su compañía era grata, sin embargo, a veces me sentía mal por los juicios de las demás personas hacia ella por mi culpa.
—Lo lamentó Diana, pero si voy, estaré solo, no te obligaré a tomar una decisión entre Anne o yo, porque aunque se de antemano que la elegirás a ella, aquella situación te dejará impaciente e incómoda. No puedo arruinar otra cosa mas— dije con la voz más calmada que pude, aunque no mentiré qué tal vez sonó melancólica.
—Se que Anne y tú tienen problemas, por lo que te lleva a tener problemas con Roy y en todo caso que no ocurrió, te hubiera llevado a tener problemas conmigo...— llevaba semanas conociendo a Diana, tal vez tan bien como Anne la conocía, así que me había acostumbrado a las pausas largas que ella daba al hablar. Siempre reprimiéndose a ella misma, siempre intentando buscar las palabras correctas. — ... pero te conozco, Gilbert Blythe, sé que eres una buena persona y es hora de que limpies tu reputación con el pueblo.—
—Marilla está muy decepcionada de mi...—
—No lo está. De que así fuera creo que ya te hubieran regresado al orfanato.—
Desde que llegué a Avonlea tuve problemas, escapé de casa, Anne y yo casi morimos en un tren al ir al orfanato, Anne casi me mata con una escopeta, una casa se incendio y rompí mi amistad con la primera persona que conocí. Me sentía apartado y dueño de todos los problemas que me rodeaban, quería ser un buen hijo, un chico que ayudara en tejas verdes y un gran estudiante con amigos, pero solo una cosa de ellas se volvió realidad. No entendía, ¿Por qué si quería escapar tanto de un lugar, ahora busco una aprobación de todo?
Rebusque entre mis cosas, saqué un pequeño collar, la única "reliquia" que podía considerar mía. Aquel collar, y, según la dueña del orfanato, siempre estuvo conmigo desde que llegue ahí. Iba con una nota, que perdieron en una tormenta, pero el collar siempre se mantuvo conmigo. A veces lo revisaba, imaginando para que estaba destinado ese collar, ¿Acaso era para mi? Pero era muy angosto para mi actual cuello ¿Acaso era de mi madre? Tal vez lo dejo como alguna pista, pero no tiene marcado algún nombre o dirección. ¿Acaso...?
Miles de preguntas me surgían cuando veía aquel collar, pequeño, de oro y con fragmentos de diamantes tan pequeños que apenas se notaban, pero que lo hacían brillar ante la luz. Sin embargo, en momentos difíciles, ese collar me traía calma en momentos turbulentos. Me llevaba a un lugar lleno de paz y amor del cual me imagino fui concebido y que gracias a ello me dejaron aquella reliquia en mis manos para algún día volver a encontrarnos. Era como mi amuleto de la suerte.
—Ve conmigo...— escuche
—¿Disculpa?— pregunté algo confundido.
—Roy, Anne y yo siempre estamos juntos, los quiero mucho, en especial a Anne, ella es mi alma gemela, mi hermana perdida... sé que Roy me quiere como una hermana, pero muchas veces, al estar los tres juntos, me siento un desplazada, fuera de su círculo. Se que Roy ve a Anne con otros ojos, se que dentro de ellos siempre existirá ese amor en el que yo no puedo entrar. —se detuvo por un momento. Escuche como sonaba el pasto al chocar con sus botas, seguía escuchando como el pasto chocaba con sus movimiento y de pronto la tenía frente a mi, se hincó lo suficiente para que quedáramos a la par y extendió su mano— Nunca tuve la oportunidad de ver que sería de mi sin Anne, quiero encontrar esa parte de mí que se siente tan sola. Así que, Gilbert ¿Me darías la oportunidad de saber quien soy en realidad?—
Quede sorprendido, no tenía idea si aquello solo lo decía para que fuera a aquel baile, pero lo que sí sabía es que todo parecía una llamada de auxilio. Podía sentir su incertidumbre y su pena, podía sentir la desesperación y la calma en sus palabras. Sabía que si aceptaba su llamado, me llevaría a enfrentarme con Anne y mis errores, que me llevaría tal vez a un odio colectivo al que no estaba preparado; también sabía que si no lo aceptaba, podría ser la última vez que vería a Diana y me quedaría sin amigos.
Sin mucho conocimiento del futuro que me esperaba. Estreché la mano de Diana. —Hagamos esto— pronuncie .
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