~Nohemi~
Caminaba en completa soledad de regreso a casa. Hoy había sido un día difícil y realmente regresaba con el ánimo por los suelos y unas inmensas ganas de llorar de impotencia.
Hacia dos semanas que habiamos llegado a Italia, aunque por supuesto, había sido sin mi consentimiento. Después de años cambiando constantemente de residencia, al fin había encontrado un lugar en el que me sentí yo misma, en el que hice amigos, en el que creí que íbamos a quedarnos. Amaba la vida que estaba viviendo en Barcelona, sin embargo papá de nuevo no pudo evitar meterse en problemas y tuvimos que salir de España como prófugos y acentarnos en un lugar nuevo y ¿Por qué no? Papá decidió que regresar a Italia era lo mejor, algo con lo que no estuve de acuerdo, pero que al final termine por aceptar, pues no era capaz de dejar a mi padre solo.
Estas dos semanas por supuesto fueron un completo caos. Entre instalarnos en el apartamento que papá compro, y agendar una cita en la universidad, me habían llevado a doler la cabeza más de una vez.
Sin embargo trataba de ser optimista, mi cita con el director de la facultad de contabilidad había sido agendada para hoy, por supuesto me emocioné por ello pues no quería perder el semestre pues este ya había comenzado. Había puesto mi mejor outfit y había ido con mi mejor cara esperando me aceptara casi a mitad del semestre, llevaba todos mis documentos además de incluir mis trabajos y exámenes de excelencia de mi anterior universidad, esa en la que puse todo mi esfuerzo y dedicación de meses de estudio para poder ser aceptada y en la que era de promedio de excelencia, pero eso realmente no me sirvió de nada. Ni mi optimismo ni mis antecedentes habían logrado que tuviera éxito.
El director fue firme al decirme un fuerte y claro NO, y tenía razón, tendría que comunicarse con la universidad de España y entre todo el papeleo perdería al menos una semana más y eso ya era demasiado, sin embargo tenía muchas ganas de poder entrar y evitar atrasarme al perder todo el semestre. No era el fin del mundo, tal y como él lo dijo, pues podría entrar con total normalidad el año próximo, pero le verdad es que eso significaba que tendría que buscar algo que hacer pues mi padre no me dejaría trabajar. Lo conocía y como tantas veces lo hizo, se negaría.
El cielo sobre mi cabeza comenzaba a oscurecer, a la par que las lámparas iban prendiendose. Mire a mi alrededor y me tranquilice al ver que parecía ser está una ciudad bastante tranquila, las personas concurrían bastante por las calles y eso me permitía sentirme cómoda caminando hasta el apartamento.
.....
Al llegar al edificio saludé al hombre que vigilaba la entrada, era bastante mayor pero era muy amable. Me caía bien.
Subí al ascensor y marque mi piso mientras pensaba en como decirle a papá que no me habían aceptado en la universidad y que ahora tendría que encontrar un pasatiempo porque simplemente no pudo quedarse quieto y evitar atrasarme en mi carrera. Sonaba injusto de mi parte culparlo pero esa había sido la historia de mi vida.
Nunca habíamos estado en un lugar más de dos años, y Barcelona era el récord pues recordaba como a mis catorce años solo estuvimos un mes en Almería antes de cambiar de nuevo a Porto, Portugal. Amaba demasiado a mi padre pero no comprendía por qué siempre se metía en problemas.
Las puertas del ascensor se abrieron frente a mi, haciéndome regresar a la realidad y dejándome paso para ir a mi nuevo hogar.
Al entrar, todo estaba oscuro, señal clara de que mi padre aún no llegaba de su empleo.
Lo admiraba a decir verdad, tenía una cuenta millonaria en el banco y aún así siempre lograba conseguir un empleo a cada lugar al que íbamos, había visto sus documentos muchas veces y tenía un título universitario en administración de empresas, pero lo había visto dedicarse a muchas otras cosas más y completamente alejadas de ello. Me había rendido hacia mucho tiempo en preguntarle por qué lo hacía, pues siempre reía y me decía que me amaba, pero nunca contesto, despues de años solo deje de preguntar.
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Atrapada en la mafia
General Fiction•EN PAUSA POR TIEMPO INDEFINIDO• Nohemí Ripetti tenía una vida que consideraba normal a lado de un padre que solía meterse en problemas, pero al que sin importar qué, quería demasiado, sin embargo, nunca pensó que él sería capaz de entregarla con en...