Bienvenidos sean a disfrutar de pequeños relatos de terror.
¿Te emociona el terror? ¿Te gusta leer terror por las noches?
¡Entonces que esperas, entra y leé!
Siendo apenas una niña entrando a la adolescencia, era difícil que yo me separara de mis muñecas. No tenía hermanos, era hija única y mis muñecas eran mis compañeras en especial una de ellas; ella tenía cabello rojizo, sus labios eran rojos pasión, sus ojos eran verdes oscuro. Era tan bonita que no podía resistir traerla dondequiera.
Un día por la noche, la dejé a un lado de mi cama en el pequeño buró. Eran alrededor de las doce y yo tenía un tremendo sueño, asi que me tiré a la cama y hale una de las cobijas y la coloque sobre mi. Apague la lámpara al lado de mi cama justo en el buró.
Dormí tranquilamente por unas horas, hasta que se dieron alrededor de las tres de la mañana. Pues un ruido brusco me despertó. Yo estaba acostada de espaldas a mi buró, pero pude notar que la lámpara detrás de mí estaba encendida. Con un poco de miedo, me gire. La muñeca seguía en su posición.
Apague la lámpara y me volví a acostar del lado del que estaba. Sin embargo, la lámpara se volvió a prender y un crujido de madera se hizo presente por segunda vez.
Fuera lo que fuera, no quise girar nuevamente, sin embargo por segunda vez lo hice, me di la vuelta y apague rápidamente la lámpara. Ni siquiera alcance a acostarme, por qué la lámpara nuevamente se encendió. Mire con atención y la muñeca ya no estába en el buró. Rápidamente tome mi teléfono y encendí la linterna.
Ilumine desde mi cama, hasta la puerta, de regreso y a las cuatro esquinas de mi habitación. Pero no había nada. Me levanté apresuradamente y corrí hasta el apagador y encendí el foco de mi habitación.
Lo que vi, cuando las luces se encendieron, fue a mi muñeca en la cama sentada. Viendo al frente, pero pronto giro la cabeza en mi dirección. Sin pensarlo salí de la habitación y cerré la puerta con llave, ya que el miedo de que saliera de la habitación me inundó.
Me quedé las próximas horas hasta el amanecer en el sofá de la sala de estar. Mis padres se levantaron para ir al trabajo. Antes de que se fueran, les dije lo ocurrido, pero me tomaron por loca.
Mi prima Lexa que había estado en mi casa desde que salimos de vacaciones, me escucho y se aproximó a mi.
—¿Dijiste que tú muñeca se movió?
Yo solo asentí con la cabeza.
—¡Tenemos que tirarla! ¡O mejor hay que quemarla!
Volví a asentir. No creí que mi prima me fuera a creer.
Abri la puerta de mi habitación y observé a dónde se había quedado la muñeca, pero está ya no estaba en la cama. Ambas entramos a la habitación. La buscamos desesperadamente, hasta que unos de sus mechones se hizo presente debajo de la cama. Con miedo, mi prima bajo hasta el suelo, miró y rápidamente halo del mechón a la muñeca.
La sacamos de la habitación y rápidamente la metimos en una bolsa. La metimos dentro del bote de basura y lanzamos un fósforo encendido dentro del contenedor. La basura se quemó junto con la muñeca.
—¿Por qué tu si me creíste?
—El domingo por la noche, salí al baño y tu muñeca estaba en el sofá. Pensé que la habías dejado tu ahí. Sin embargo, cuando salí del baño, tu muñeca estaba en mi habitación. La saqué de ahí y la lleve hasta tu habitación. Estabas muy dormida que ni te diste cuenta de que entre. Ahí fue donde se volvió raro todo, pero no le tome importancia.
—¿Así que fue eso? ¡No me lo esperaba!
Después de haber sido quemada la muñeca no volvíeron a suceder cosas extrañas. Por el miedo me deshise de mis otras muñecas, las regalé a una mujer que vendía cosas de segunda mano.
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¡Espero les haya gustado la historia!
Esta historia fue contada por un amiga, la cuál no se encuentra en la plataforma de Wattpad.