Bienvenidos sean a disfrutar de pequeños relatos de terror.
¿Te emociona el terror? ¿Te gusta leer terror por las noches?
¡Entonces que esperas, entra y leé!
Eran cerca de las 23:00 horas. Los párpados de Rossie no aguantaron mucho, pronto cayó en un profundo sueño.
Su descanso iba bien. Hasta el momento en el que se despertó de golpe. Varios movimientos y ruidos se escuchaban en su propia habitación.
Encendió la lámpara, a un lado de ella. No pudo visualizar absolutamente nada. Cómo aún, no estaba despierta del todo. Consiguió dormir nuevamente.
—¡Ross! ¡Rossie!
Unos gritos aterradores resonaron en las cuatro paredes de la habitación. Una vez más, Rossie despertó.
—¡Rayos! —grito furiosa.
Se levantó de la cama y salió de su habitación, pensando que aquellos gritos provenian de afuera. Antes de que bajará por completo las escaleras. Un golpe se escuchó. La puerta de su habitación se había cerrado.
Ahora con temor. Tomo lo primero que se le cruzó en su camino, una espada de sus armaduras, pues era fanática del siglo medieval.
Lo pensó dos veces, ¿Salía de casa y llamaba a la policía o iba hasta la habitación a enfrentar aquello? Optó por la segunda opción. Poco a poco subió aquellos interminables escalones. Antes de llegar, la puerta de su habitación se abrió.
Su cuerpo se paralizó, evitando que está saliera corriendo, al ver cómo un hombre con capucha negra salía de su habitación. El hombre se acercó poco a poco a ella y la espada en su mano cayó al piso.
Rossie no se podía mover y aunque grito, fue inútil, su grito solo emitió silencio.
El llegó hasta ella y la tomo de la barbilla.
—Te advertí que te haría daño si me dejabas. En ese momento se dio cuenta quien era el hombre bajo la capucha.
El tomo su cabello acariciándola y ella retrocedió hasta que topo con pared. La simple caricia, se torno en un dolor horrible. Sus oídos dolían, sus ojos veían borrosos, su cuerpo temblaba y su corazón cada vez se aceleraba. El dolor era inevitable.
—Tu...
El interrumpió sus palabras besándola. Rossie, intento separarse de él, pero el encajó sus enormes colmillos en sus labios. El dolor se incrementaba, gemía, era horrible, sentía sus labios separarse de las encías. Pronto se dio cuenta de que sus ojos eran solo dos huecos negros.
Aquel hombre paso sus manos por el trasero de la chica y comenzó dando caricias. La sangre de la boca de Rossie, brotaba. Trato de hablar, sin embargo el no solo había arrancado sus labios, sino también su lengua. Continuo gimiendo, pero todo era inútil. El ya había clavado sus enormes uñas en sus glúteos haciéndola sangrar. La levanto sobre la pared y la penetro, el dolor era horrible. Solo quería morir de una vez por todas. El término, pero ella estaba bañada en sangre y su corazón ya no latía.
—Es momento de que seamos la pareja perfecta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Espero que les haya gustado, es un poco corto pero no quería dejarlos sin relato.