~DIVORCIO~

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Ya había pasado varios meses desde que Yuta supo que un nuevo bebé venía en camino, y las cosas solo podían ir mejorando para todos a excepción del chino.

Los primeros días pensó que el era una de esas personas que no sufrían de los tan odiados síntomas del embarazo.

Con Chanle y Renjun apenas sentía malestares pequeños, pero con Yuqi fue muy diferente, además de ser inexperto, todo el tiempo sentía dolores por todo su cuerpo y ni hablar de las ganas de ir al baño que le daban cada dos minutos.

Esta vez, sintió los mareos, náuseas, antojos y todos los síntomas que nunca había tenido con sus anteriores embarazos.
Pero por suerte tenía a Yuta, su querido esposo japonés no se despegaba ni un segundo de su lado, y para ser honesto tampoco le desagradaba, al contrario, sentía que podía estar abrazado a él todo el día en la comodidad de su cama, aspirando el aroma varonil que el mayor desprendía.
Eso le ayudaba de sobremanera.

Sus pequeños eran igual o incluso peor que su marido, desde que los dos niños supieron que tendrían un hermanito o hermanita empezaron a comportarse muy cariñosos con si "mami". Chenle era el más emocionado, incluso solía subirse a la cama de sus padres por las noches y levantar la camisa de Sicheng para poder hablarle a su hermanita, porque el pequeño quería con todas sus fuerzas que ese bebé sea niña, según el para cuidarla.

Renjun y Yuqi se la pasaban preguntando si el bebe se movía

Luego de ir al doctor para que controlaran el crecimiento de la bebé y confirmarán que se trataba de una bella Benita decidieron visitar al amigo chino de Win.

A pesar de que ese chico era el mejor amigo de su esposo, a Yuta no le agradaba el acercamiento que ambos tenían, incluso intentó convencer al menor de ir por helado para llevárselo a sus hijos que estaban en casa de Jaehyun. Pero de nada sirvió ya que solo logró hacer que las ganas de SiCheng de ver a su amigo aumentaran.

Una vez que llegaron el chino fue el primero en bajar del auto y correr hacia la puerta que a los pocos segundos fue abierta por Kun quien estaba más que feliz de recibirlo en su casa. Luego de saludar al más joven con un beso en la mejilla y al japonés solo con un simple hola, se hizo a un lado invitando a la pareja a que entraran.

Nakamoto se quedó sentado en un sofá individual mientras observaba a ambos de nacionalidad china conversar animadamente en su lengua natal.

No había forma de apartar la vista de ambos, Yuta sabía que la amistad de esos dos era muy fuerte pero a veces le molestaba que cuando SU esposo estaba con Kun se olvidaba de su existencia y al no entender de que estaban hablando solo se sentía más molesto.

Después de unas tres horas en casa del mejor amigo de Winwin ambos decidieron pasar a buscar a sus pequeños. En mitad de camino el menor sintió un suave movimiento en su vientre abultado, apenas pudo sentirlo pero sabia que era lo que sucedía ese pequeño roce fue su bebé.

-Amor- llamó a su esposo que mantenía la vista fija en el camino mientras conducía -Amor, la bebé-

-Si, ya sabemos que es una bebé, es una princesa- contestó Yuta sin desviar la vista-¿Qué sucede con ella?-

-S.se movió -dijo en un susurro que solo el pudo escuchar

-¿Qué amor?- tomó con suavidad su mentón e hizo que lo mirara acariciando su mejilla con el dedo pulgar.

SiCheng en ningún momento había notado que el mayor había apagado el motor del auto y se había estacionado.

Y volvió a sentirlo, esta vez con mucha más fuerza su pequeña hija se hacia notar, lo que provocó que se le cristalizaran los ojos y preocupara al japonés.

Sin decir nada agarró la mano de su esposo que aún acariciaba su mejilla y la colocó en su vientre de tres meses para que el también pudiera sentir a la nena que ambos habían creado con tanto amor.

- S.se m.movió- el de cabellos largos a penas podía hablar del asombro que sentía- Bebé, la bebé- ahora solo podía sonreír y sentir las lagrimas bajar por sus palizas mejillas.

-Te amo- dijo SiCheng con toda la sinceridad del mundo mirando a su esposo, el amor de su vida a los ojos- Te amo demasiado-

Acercándose al más pequeño, rozando sus labios sin apartar sus ojos de los contrarios -Yo te amo con toda mi vida, a ti y a los cuatro ángeles que me diste- y finalmente unió sus bocas en un beso cargado de amor y felicidad.

Porque a pesar de los malos entendidos y las peleas, incluso olvidando el hecho de que cuando eran amigos Winko a penas podía soportar un abrazo del mayor, el no se arrepentia, ninguno de los dos lo hacia.
Ellos estaban más que enamorados y sus vidas ya estaban completas con su familia que poco a poco fueron formando. Los años pasaban y ellos seguían armándose ciegamente.
Ninguno de los dos jamás podría siquiera pensar en un posible divorcio.






















FIN

~ Divorcio ~ YUWIN [MPreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora