Introducción: Veneno vil

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Me caga Timbiriche

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Me caga Timbiriche.

Los pendejos de Tom y Emilio lo saben bien y, aun así, ninguno pareció entender que yo quería que sintonizaran la radio en cualquier lado que no tuviera a los pendejos de Paulina Rubio y Erick Rubín interpretando ridiculeces. Como nadie cambió de estación, tuve que subir mis tenis llenos de lodo a los asientos de piel de la camioneta de Emilio. De ahí, estirar la mano, pasar por encima del pendejo de Tom —quien me ganó el asiento del copiloto—, y manosear el estéreo en busca del botón que pondría fin a mi tormento auditivo.

Me dolía la cabeza y todo parecía dar vueltas, pero creí que era una reacción involuntaria de mi anatomía para manifestar mi mal humor. Siempre me sucede, un coraje me causaba fiebre y una de esas temporadas en las que todo parecía un sin sentido me dejaba sin apetito. En una ocasión, casi me mata una migraña por el estrés de no tener para pagarle a «mi dealer».

Emilio me gritó algo, una cosa de la que no entendí una mierda. Me dolían los oídos y sentía que no tardarían en derramar un chorro de sangre imparable que acabaría por inundar por completo la camioneta en la que estábamos. Para responder a su evidente reclamo, y como medio de fuga a mi estrés, le arrojé la botella vacía de mi caguama. Él fue capaz de esquivarla, haciendo que esta impactara con el cristal de la ventana y acabara por romperse en enormes fracciones de material punzocortante.

Tom intervino diciendo algo que tampoco comprendí. De todos modos, nunca me importó escucharle. Desde que éramos un par de niños que escapaban bajo la lluvia de sus padres abusivos y se refugiaban a las orillas del río, inferí lo necesario. Lo suficiente como para que sus palabras y deseos fueran balbuceos, similares a los del sordomudo con el que vivíamos.

Comencé a abochornarme y salí de la camioneta sin decirles nada más. Empujé con violencia la puerta del vehículo. Afuera hacía un calor de la chingada, por lo que caminé con urgencia a donde el río para refrescarme. La corriente violenta hacía un sonido que sí era capaz de percibir y que, como siempre, aliviaba mis malestares auditivos al someterme a un estímulo perenne, incluso, soy capaz de afirmar que posee un ritmo viviente.

Tomé una gran bocanada de aire, sentía que me costaba sostenerme en pie. El pasto y la tierra se hallaban tan húmedos que pensé que en cualquier momento terminaría siendo devorado por ese lodo movedizo y llevado a las profundidades del infierno. Tallé mis ojos, pues lo que tenía enfrente no era la visión del enorme cuerpo de agua que recorría mi asqueroso remedo de ciudad, sino la de un paisaje borroso. Como la de la televisión de mi casa cuando la antena fallaba.

Sentí unos pasos nerviosos andando por el lodo movedizo, volteé al instante, esperando encontrarme con un Tom que me ofrecería abandonar a la sanguijuela de Emilio e ir a un bar de mala muerte. Sin embargo, lo único que me recibió después de voltear, fue el poderoso impacto de la madera contra mi rostro.

Aún recuerdo el sabor de mi propia sangre, el aturdimiento seco del siguiente golpe y ese ruido amargo que hizo mi anatomía al caer al lodo. Esto, junto a mi vista nublada y sensación de asfixia, me recordaron a esos momentos en los que las manos de mi padre se posaban alrededor de mi cuello de infante, mientras este me decía: Pendejo, pendejo, ¿por qué estás aquí y no bajo tierra?

Era una mierda; lo último que vi antes de morir fue ese recuerdo traumático, mientras las voces de Erick Rubín y Paulina Rubio se convertían en la banda sonora del epílogo de mi vida.

Era una mierda; lo último que vi antes de morir fue ese recuerdo traumático, mientras las voces de Erick Rubín y Paulina Rubio se convertían en la banda sonora del epílogo de mi vida

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¡Hola, conspiranoicos!

Al fin se me hizo comenzar con esta historia, lamento el haber dejado comentarios sin responder y estar posponiendo fechas. En fin, la actualización de este pequeño será cada diez días por la mañana.

Glosario

Timbiriche: Es un grupo musical compuesto por jóvenes, muy popular en los años 80. Tiene como miembros a Erick Rubín, Paulina Rubio y también tenía a Thalía.

Caguama: Es una botella de cerveza de a litro

Dealer: Es para vendedor de drogas

La fosa a la orilla del río | DISPONIBLE EN FÍSICO| ✅ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora