Caminos Cruzados

Capitulo 10

Capítulo 10

Sarah

Bueno, voy a ser abuela por segunda vez, Cristina estuvo unas semanas en descanso y luego volvió a trabajar. Elena y Tomas están más que emocionados, bueno todos estamos emocionados. Termino de hacer mi te de manzanilla, la realidad está en mil lugares a la misma vez, pero uno de ellos, Horacio. La propuesta de vivir juntos, hay tantas cosas que pensar.

-Nena, no tenemos que hacer esto hoy. – lo siento detrás de mí, besa mi hombro. – Han sido unas semanas fuertes para todos, lo hablaremos otro día.

-No, quiero que ellos tengan conocimiento y nos digan su opinión sobre vivir todos juntos.

- De acuerdo, solo tenemos que hablarlo con calma. – vuelve a besarme. – Aunque admito que muero de nervios.

- No estas ayudando a los míos Horacio.

-Todo saldrá bien mi amor.

Cuando vamos a la sala ya están todos allí sentados. Gustavo, Benjamín, Cristina, Carlos, Tomas y la pequeña Elena está dibujando en el suelo. Ellos saben que vamos a hablar con ellos y por alguna razón, siento la misma emoción que sentí el día que le dije a mis padres que estaba embarazada de Cristina.

-Bueno ya estamos todos. – Dice Cristina.

-Queríamos tener una conversación con ustedes. – Dice Horacio.

-Habíamos pensado en la posibilidad de ... vivir juntos. – les digo y en cámara lenta veo como todos se paralizan, Gus tiene los ojos bien abiertos, Benja dejo a medio camino de su boca su mano lleno de popcorn, incluso Elena se queda observándonos.

- ¿Cómo familia? – dice Tomas

-Si cariño – digo mirándolo, no puedo evitar que mis ojos se agüen, Horacio lo nota y sé que tomara la situación en sus manos.

-Llevamos unos meses pensándolo, pero queríamos, obviamente, que fueran parte de la toma de la decisión.

-Seria que tú y yo no viniéramos a vivir aquí. – Dice Gustavo.

-Básicamente. – digo. – Lo que es mi oficina, era la habitación de Cristina, sería la tuya Gustavo, todo un espacio para ti.

-Bromeas, puedo dormir en el sofá, con tal de estar aquí. – dice Gus sonriendo.

- ¿Cris tu qué opinas? – pregunto, ya que ella está algo catatónica.

-Si él te hace feliz mami, yo lo seré. – dice sonriendo, Carlos toma su mano y asiente. – Nosotros también tenemos que decirles algo.

-Ya sabemos del bebé Cris – le dice Benjamín.

-No seas tonto Benja. – le dice Cris golpeándolo en la pierna. – La realidad es que antes de saber del bebé, decidimos que empezaríamos un proceso.

-Nosotros... -Carlos toma un respiro. – Compramos una casa.

- ¡Oh Dios! – digo sorprendida.

-Queríamos que fuera una sorpresa. – Cris está llorando, la realidad yo también.

- Buscamos y encontramos una lista, solo necesita una limpieza y retoques de pintura. – dice Carlos, luego se voltea a observarme. – Sarah nos has dado tanto y sé que ha sido fuerte para ti los últimos años, has sacrificado mucho por nosotros y nosotros no somos capaces de irnos lejos. La realidad yo personalmente no soy capaz de irme lejos de la mujer que también considero mi madre.

-Cariño. – digo y noto que ya no es ese chico nervioso que llego a mi casa a buscar a mi hija adolecente para su primera cita, ya es todo un hombre, un gran padre y una buena pareja. – Estoy muy orgullosa de ti niño.

-La realidad es que no nos iremos muy lejos, nuestra casa está al final de esta misma calle. – dice Cristina sonriendo.

-Mi amor. – mi hija está en mis brazos y sé que he hecho un buen trabajo – Estoy tan orgullosa de ustedes chicos.

-Horacio, solo te pido una cosa. – dice Cristina moviéndose para quedar arrodillada frente a Horacio. – Por favor, nunca la hagas llorar.

-Solo de felicidad niña bonita, lo prometo. – Horacio la abraza y le susurra algo a su oído, haciendo que mi hija lo abrace y llore en sus brazos.

- ¿Eso significa que oficialmente puedo traer mis cosas mañana? – dice Gustavo haciéndonos reír.

-Con calma chico. – dice Horacio

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