Capitulo 7

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Quise traer un poco de la historia de Horacio y Gustavo... 

Espero les guste 

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Capítulo 7

Horacio

El resto del mundo creo que estoy loco, pero yo me siento perfecto a cómo va todo. Siempre quise tener más hijos además de Gustavo. Carmen, la madre de Gus y mi exesposa, fue una mujer buena cuando la conocí, buena de tratar, pero mostro su rostro real cuando mis padres murieron. Fue de repente y no esperado en absoluto, yo estaba a mediados de mis estudios. Mi padre sabia cómo manejar el dinero y siendo su único hijo al nacer, luego de que mi madre tuviera varios abortos, decidió hacer una cuenta a mi nombre casi al momento en que nací.

Nunca toque ese dinero, sabia de él, pero nunca lo toque y el nunca dejo de depositar dinero aun cuando empecé a estudiar. Cuando murieron adicional a esa cuenta, papá dejo acciones a mi nombre en una compañía de software que me dejaría una ganancia, allí fue cuando acabo todo se fue la buena chica y simplemente se perdió y apareció la ambiciosa.

El que quedara embarazada no fue deseado, yo no había terminado todo lo que quería hacer antes de tener una familia, quería establecerme, ya había cometido la locura de casarme con ella. En cuanto tuve a Gustavo en mis manos toda mi vida cambio, mi hijo se convirtió en lo principal.

Intente, realmente intente llevar las cosas con Carmen, no discutir cuando decía que gastaba dinero en Gustavo, y lo utilizaba en porquerías ara ella. Terminamos divorciándonos cuando Gus tenía seis años, ella se quedó con la casa, el auto, no me importaba, mi hijo viviría allí, no le faltaría nada.

Unos cuatro meses después la llame para decirle que buscaría a mi hijo antes de la hora que habíamos acordado, pero no contesto. Cuando llegue a la casa había muchos carros afuera, yo aún tenía la llave de la entrada. Era dia de semana así que se supone que ella estaría en el trabajo y Gustavo estaría con su niñera, un que no estaría con la música súper alta como estaba al momento en que entre por la puerta.

Al entrar busco a la niñera y no la veo por ningún lado, pero si encuentro una pareja teniendo sexo, si antes estaba alertado, ahora estoy aterrado ¿Dónde demonios esta mi hijo? Salgo hasta el área de la piscina y encuentro a Carmen, estaba drogada hasta la medula, sentada en la falda de un sujeto.

- ¿Dónde está Gustavo? – le grito, ella intenta levantarse, pero no puede mantenerse en pie.

-Hora...

- ¿Dónde está? – entro a la casa y corro escaleras arriba hasta la habitación de mi hijo, está trabada, e incluso por encima de la música, puedo escuchar a mi hijo llorar. No sé cómo, pero golpeo la puerta hasta que esta se abre y veo a mi niño en una esquina llorando, agarrando su estómago. – Gustavo.

-Papi. –grita cuando me ve.

Eso fue todo, Gustavo y yo no nos volvimos a separar nunca. Hasta que llego Sarah y sus hijos, no había vuelto a ver a una mujer en plan de pareja, hasta Sarah.

Había escuchado hablar a mi hijo de ellos por anos, la realidad es que había conocido a Benja hace mucho tiempo, royos esos chicos no se separaban ni para ir al baño, pero nunca había tenido la oportunidad de conocerlos a todos. Pero, aunque no los conocía, sabía que mi hijo estaba bien.

Su sexualidad, bueno su orientación sexual, digamos que lo intuía, veía sus diferentes comportamientos o preferencias en ciertas cosas, pero nunca lo dijo abiertamente. No me interesa si es con un hombre, una mujer, después que lo ame, lo respete y haga feliz a mi hijo, seré un padre feliz.

La realidad de todo esto, es que he ganado una hija, dos hijos, un yerno y una hermosa nieta, y me siento bien con eso, se siente correcto, para mi edad tampoco es irse por las ramas, me descubrí deseando que estos chicos me llamaran, verlos, comer con ellos. Disfrutaba sentarme con Elena cuando sus padres trabajaban hasta tarde y hacer la tarea con ella, salir al patio con Tomas y jugar a la pelota, poder ir a corres con Benja y Gustavo en las mañanas, intercambiar mensajes con Cristina y su humor burlón. Disfrutaba coda vez que podía hablar con Sarah, poder ir a comer con ella, sostener su mano cuando caminábamos

Me encanta el sonrojo cuando beso su cuello o sus hombros, algo que personalmente me gusta, sostener su mano cuando vamos caminando, me gusta los momentos a solas en la cocina, cuando todos se van a la cama y ella prepara algún te o chocolate caliente, tenerla para mi solito, justo como en este momento. Está calentando la leche para el chocolate, lleva una camisa de tiras pegada a su cuerpo y pantalones sueltos, y descalza.

Me acerco a ella, pego mi cuerpo a su espalda y beso ese espacio entre su cuello y hombro que ya aprendí que es un buen punto, la siento suspirar y relajarse pegándose más a mí. Sus manos están en la encimera y las mías en sus caderas mientras sigo repartiendo besos en su cuello.

-Horacio. – dice casi rogando.

- Pronto, ya no aguanto más – dije con sinceridad. – Escapémonos

- ¿Qué? – dice volteando su cuerpo aun pegado al mío.

-Un fin de semana, solos tu y yo, que Cris y Benja cuiden a Tomas, tomamos una mochila, con algo de ropa para dos días. – Dije besándola. – Quiero que sea especial.

-Horacio, no soy una virgen en su primera vez. No tienes que tomarte tantas molestias. - dice por lo bajo.

-Sé que no lo eres, yo tampoco, pero quiero que sea especial para los dos, que sea real, tranquilos, solos, quiero que sea nuestra primera vez.

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BESOS DESDE PUERTO RICO 

BE SAFE 

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