Ruta Gwaine (Capítulo 4)

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Durante el jueves no hubo mucha más plática entre Gwaine y Merlín, podría decirse que ambos se evitaban mutuamente. No es que no quisieran verse, si no que se sentían un poco incómodos con la presencia del otro al tener sus sentimientos tan cerca de ser revelados.

Ya era viernes, la mañana previa a la gran fiesta que celebraría el joven Pendragon a la cual Merlín debería asistir a menos que quisiera tener consecuencias posteriormente. Aunque no era eso lo que le preocupaba al joven.

—¿Qué sucede, Merlín? —le preguntó Gwen a Merlín y logró hacerlo salir de sus pensamientos —. Has estado muy callado, la mirada perdida... ¿No me digas que realmente....?

—¿Que realmente qué? —le preguntó Merlín a Gwen, quien se encontraba atontado aún por recordar el abdomen desnudo de su mejor amigo.

—¡Eso mismo! Es el receso y no has dicho nada, ni siquiera te has dado cuenta de que la clase terminó hace cinco minutos. Todo lo que haces es quedarte ahí pensando. Dime, ¿qué es lo que te preocupa?

Merlín tragó saliva y miró a Gwen mientras la tomaba del brazo —Sígueme —le ordenó mientras ambos caminaban hacia fuera del aula, buscando un lugar de la escuela que sea un poco más privado porque, si bien Merlín quería serle sincero a su mejor amiga, este no quería que nadie más se enterara de su confesión.

Los dos se detuvieron junto a unos casilleros que ya no se usaban, junto ahí había una pequeña escalera de incendios la cual irónicamente los estudiantes usaban para fumar en secreto. En ese momento se encontraba vacía así que los dos compañeros aprovecharon para sentarse, no sin antes verificar Merlín que no haya nadie cerca.

—Oye, ¿qué es tan secreto como para que me hayas traído al otro lado de la escuela? —preguntó Gwen impaciente.

—Descuida, no es nada malo... O eso supongo —respondió Merlín y luego se quedó callado un momento.

Gwen tomó a Merlín de las manos y dijo unas palabras para intentar tranquilizarlo, ya que, se percató de que las piernas de su amigo estaban temblando —Esta bien, confía en mí —le dijo y terminó con una sonrisa reconfortante.

Merlín se tranquilizó y cuando se sintió seguro soltó sus palabras —Me gusta Gwaine —soltó sin más.

—¡¿Qué?! —Las palabras de Merlín la tomaron por sorpresa, es decir, no es que no lo supiera simplemente que no imaginaba que Merlín fuera a admitirlo tan pronto —. Bueno, ya lo sabía pero... Solo me dejé llevar.

Merlín revisó por si acaso alguien había escuchado el grito de Gwen —Es que, cuando se quedó a mi casa... Dormí con él y no podía dejar de pensar en él.

Gwen se sorprendió por la última frase —Espera, espera, ¿Acaso ustedes dos lo...?

—¡No, no, no! —Merlín negó con la cabeza —. Me refiero a que la cama extra Gaiuss la llevó a desparacitar, así que tuvimos que compartir la cama.

El aliento de Gwen volvió a su cuerpo —Oh, eso suena más lógico. En fin, ¿cuándo vas a decírselo a Gwaine?

Merlín miró a su amiga extraño —¿Qué? ¿De qué hablas? Te lo dije a ti porque quería decírselo a alguien pero no quiero que Gwaine se entere.

—Pero, si no se lo dices, ¿cómo quieres que tu querido Gwaine te bese y te abrace como te gustaría?

Merlín se sonrojó ante la idea de que su "querido Gwaine" lo abrazara y besara mientras veían una película —Momento, yo no dije que quería hacer eso...

Gwen se dio cuenta enseguida de que su amigo le estaba mintiendo, y peor, que se estaba mintiendo así mismo, así que lo fulminó con una mirada de indiferencia —¿Y qué piensas que hacen los novios? Se besan, se abrazan, hacen el a...

Merlín (Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora