Ruta Gwaine (Capítulo 1)

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Merlín se despertó temprano. Tanto pensar la noche anterior lo había hecho dormirse. Esa mañana se vistió, tomó una caja de su cajón y salió de su casa antes de que Gaiuss se despertase.

Cuando pasó frente a la casa Pendragon cruzó los dedos para que Arturo no lo viera aún. Para su fortuna, Arturo no era de los que se levantaban temprano así que pudo tomar su camino sin más conflictos. Sin embargo, no tomó el camino de siempre. Esta vez se dirigió hacia un negocio antes de ir a la escuela.

—Espero que esto alcance —dijo para sí mismo en las afueras de una antigua joyería, mientras sacaba la caja de su mochila.

Merlín abrió la puerta y se escuchó una campana. Segundos más tarde un anciano de barba larga apareció sobre el mostrador —¿En qué puedo ayudarte, hijo? —preguntó el señor que atendía aquel destartalado lugar.

Merlín observó como el lugar estaba bastante viejo, sucio y destruido —eh… Quería empeñar esto —colocó sobre el mostrador de vidrio una caja azul y la abro. El hombre observa detalladamente un medallón de plata dentro de esta y lo saca para pesarlo.

—Esto tiene un gran valor sentimental, niño —dice el anciano —. Me gustaría saber ¿por qué quieres empeñarlo? —el hombre observa las letras labradas y lee el mensaje en voz alta —. Para mi querido hijo Merlín, espero que puedas llevar contigo este recuerdo pese a que yo no esté físicamente contigo. Te ama, tu padre.

Merlín empezó a lagrimear un poco pero rápidamente se secó esas gotas —Es solo que necesito el dinero —el hombre se quedó pensando y empezó a examinar el medallón detenidamente con un pequeño lente especial —No tiene mucho valor. Lo siento pero harías mejor en conservarlo.

Merlín hizo pucheros involuntariamente y sus ojos se iluminaron —Pero… Señor, por favor, necesito ese dinero . Juro que le devolveré hasta el último centavo la próxima semana.

El anciano sintió un poco de lástima por el joven —¿Cómo te llamas, hijo? —le preguntó

Merlín dudó en responder pero finalmente dijo —Merlín, señor.

El vendedor recapacitó unos segundos —¿eres el joven que vive con Gaiuss?

El adolescentes asintió, Gaiuss era un hombre muy reconocido en el barrio, por lo que a menudo a él lo asociaban como su discípulo. Eso le daba bastante fama en la ciudad, eso y su buena actitud todos los días.

—Así es señor —respondió mientras agitaba su cabeza —. Dígame, ¿podría hacer una excepción?

El anciano observó detenidamente el objeto y luego miró a Merlín a los ojos —Sería un desagradecido si no lo hiciera —el hombre empezó a escribir en un papel la transacción —. Merlín, Gaiuss me ha salvado en tantas ocasiones que no hay monto en el mundo que pueda pagarle —el hombre mira hacia el interior de la joyería —. Bueno, creo que tal vez irá siendo hora de que me retiré —agrega —. Toma, 100 libras deberán ser suficientes —sacó un billete de la caja registradora.

Merlín sintió un poco de pena por haberle pedido semejante favor a un hombre cuyo negocio estaba por fundir pero se grabó en la cabeza que la próxima semana se lo devolvería a como dé lugar, así que aceptó el cambio —la próxima semana lo pagaré, se lo juro —dijo este y luego se despidió del anciano.

—Mandale saludos a Gaiuss de mi parte —fue lo último que dijo el señor antes de que Merlín se fuera.

Merlín suspiró al salir del negocio. Ahora tendría el dinero suficiente pero se encontraba algo nervioso, así que aprovechó para ir a una dulcería y a la vez conseguir cambio porque el hombre no le había dado nada de cambio.

Merlín (Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora