Una Lucrecia de 11 años se escabullía en la madrugada luego de una terrible pesadilla recurrente que no dejaba de atormentarla, no solía tener pesadillas, pero a partir de ese año su madre comenzó a distanciarse aun mas y abandonarla por completo al cuidado de sirvientas que poco o nada se interesaban en ella.
Ademas que había sido formada por sus padres para no rodearse con la servidumbre, lo que solo acrescento su soledad.
Iba de mal en peor con el tiempo, una niña solitaria que lloraba por las noches y tenia que usar una mascara durante el día, cuanto estaba en época escolar solía refugiarse en sus amigos, pero no era suficiente y mas aun en las vacaciones que tenia la casa vacía.
Todo cambio cuando su padre le presento a su medio hermano, la idea de un hermano no agrado tanto a la mexicana pues en su inocente naturaleza egoísta veía en el chileno a un rival.
Una vez que se dio cuenta de que su papa no estaba interesado en su medio hermano abandono la posición hostil que mantenida contra el pelinegro a quien se dedico a conocer mejor.
-Hola-Val acercándose a la piscina donde se bañaba su medio hermana
-¿Que quieres?-Lu
-Compañía-Val
-Esta bien-Lu saliendo de la piscina para sentarse al lado del recién llegado
-Hablame de ti, ¿Que te gusta? ¿Como te sientes?-Val lo mas natural posible.
-¿Por que tendría que responder?-Lu sorprendida por ir al grano, pero le agrado, por fin una persona que no era hipócrita en el mundo.
Continuaron hablando toda la tarde, al día siguiente y el siguiente y así por dos años hasta cumplir 11, edad en la que comenzó a escabullirse en el cuarto de Valerio a causa de las pesadillas, solo eran dos niños inocentes haciéndose compañía, ¿Quien no ha dormido con su hermano de pequeño?
Los dos se sentían demasiado cómodos en la presencia del otro, y poco a poco sin darse cuenta dentro de ellos surgió un sentimiento de amor, al principio fraternal pero que evoluciono al que todos conocemos.
-Val ¿puedo dormir contigo?-Lu con los ojos llorosos
-¿Otra pesadilla?-Val refugiandola en sus brazos mientras apoyaba su mentón en la cabeza de la mexicana.
-¿Vemos una película?-Val buscando distraerla
-Si-Lu
Encendieron la televisión y estaba dando "Diario de una pasión"
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Los pequeños, como niños inocentes que eran, se saltaron todas las escenas fuertes, y para cuando terminaron la cinta ambos estaban llorando abrazados. La película les enseño a apreciar el tiempo entre dos personas que se aman y por tan solo un segundo, ambos querían poder estar en los lugares de los protagonistas, viviendo un amor al limite hasta el final.
Despertó en los brazos de Valerio, se sentía segura, y sin siquiera notarlo se inclino a un Valerio dormido hasta estar cerca a sus labios cuando el despertó.
Se miraron brevemente, fue solo un impulso, un impulso y ella cello sus labios con los de el en un tierno e inocente beso, que mas bien pareció un pico, ninguno sabia lo que significaba, así que se abrazaron sin tomar conciencia de lo que hacían.
Pues dentro de su pureza, solo era un gesto de afecto entre personas que se amaban, lo que ellos no sabían era que no era bien visto por la sociedad cuando se trataba de parientes.
Y allí se fue el primer beso de esos dos pequeños inocentes pequeños que se convertirían en el yanqui drogadicto y la puta ama de las Encinas respectivamente. La vida los llevaría por caminos que no se imaginarían, pero los llevaría juntos, siendo la única compañía y apoyo verdadero del otro.
Perdón por la demora, no estaba segura de publicar este borrador....
