Para la tarde Valerio ya estaba de regreso con la caja de pruebas, no intercambiaron palabras, pero cada uno era capaz de leer perfectamente la mente del otro, aunque era innecesario sus caras gritaban los aterrados que estaban, la mexicana entro al baño y para hacerse la pruebas mientras el chileno se quedo quieto en la puerta de la habitación en la que posiblemente habían engendrado una vida.
Pasaron por su cabeza muchas ideas que disiparon su tormento, la idea de formar una familia con Lucrecia no le desagradaba, el problema no era una falta de voluntad sino mas bien el aspecto económico, social y sobretodo familiar. Pero tomo una decisión, que en el fondo ya había tomado hacia ya mucho tiempo atrás desde la primera vez que beso a la mexicana, pasaría el resto de sus días junto a la mujer de su vida.
La mexicana saliendo del baño con lagrimas en los ojos rápidamente captaron su atención.
-¿Que salio?-Val suavemente a lo que la mexicana le entrego la prueba
-Estamos cagados Valerio-Lu sollozando, se había roto
-Shhhh...-Val rodeándola con sus brazos.
-Me he tomado cuatro pruebas, todas salieron igual-Lu escondiendo su cara en el cuello del chileno cayendo ambos a la cama para consolarse mejor.
-Podemos con esto, pero haremos lo que tu decidas-Val acariciando su cabello mientras la abrazaba contra si.
-No lo se Val, no soy de las mejores personas, pero no podría quitarle la vida a nadie-Lu aferrándose a su pecho
-Menos a nuestro hijo-Lu sollozando
-Voy a estar ahí, bonita, no nos va a faltar nada-Val besando su coronilla
-Papa nos matara, ¿Mis estudios? ¿Los tuyos?-Lu lamentándose
-Veremos la forma sabes que lo resolveremos-Val
-Val-Lu mirándolo a los ojos directamente
-Dime amor-Val mirándola tiernamente
-Te amo-Lu derramando una lagrima por su mejilla
-Mi bonita-Val limpiándole la cara con su mano suavemente
-Siempre te amare-Val acariciándola
-Y yo a ti-Lu besándolo
Fue un beso tierno en realidad, completamente de amor, pausado y tranquilo pero consolador.
-¿Que esta pasando aquí?-Sra. Hendrich sumamente desorbitada a lo que los medio hermanos se separaron inmediatamente avergonzados y sorprendidos.
-Mama...-Lu espantada
-¿Que es eso Lucrecia?-Sr. Hendrich señalando a la prueba que había caído al suelo
-Mama yo...-Lu mientras la señora Herndrich recogía y revisaba las pruebas con una cara mas de decepción que de reproche
-Déjame explicártelo-Lu sollozando nuevamente
-Los dos a mi oficina-Sra. Hendrich
Y así fue, los medio hermanos calladitos obedecieron y caminaron hasta la biblioteca de la casa que servia de despacho, sentándose juntos mientras la madre se sentaba en frente con una trago en la mano
Continuara...
