C h a p t e r T w o

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—¿Y esta camisa me hace ver guapo? — preguntó Edward, un hombre de cabello castaño y ojos miel, mientras su hija Elsa, guardaba algunas albóndigas en una fuente pequeña

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—¿Y esta camisa me hace ver guapo? — preguntó Edward, un hombre de cabello castaño y ojos miel, mientras su hija Elsa, guardaba algunas albóndigas en una fuente pequeña.

—No te pongas nervioso, papá. Te ves perfecto —respondió Elsa con una sonrisa.

—Me alegra que aceptes a Sara. Tienen mucho en común, como la jardinería —comentó Edward, provocando una risa tierna en su hija— Perdón, solo espero que se conozcan bien.

—Papá, adoro a Emma. Hemos pasado tres años juntos, y dar este paso para que le pidas matrimonio es perfecto. Ustedes se aman, y eso es suficiente para mí. —dijo Elsa, abrazando a su padre con ternura— Trataré de llevarme bien con Jack, lo prometo.

—Y así será —aseguró Edward con una sonrisa sincera.

Mientras tanto, al lado de la casa, una mujer se arreglaba con ropa no tan formal, mientras su hija la ayudaba a preparar la mesa para el almuerzo. Jack observaba por la ventana cómo algunos policías estaban frente a su casa, buscando a una desaparecida: su Sheccid.

Después de unos minutos, los policías se acercaron a la puerta de su casa.

—Disculpe joven, buenos días. Queremos saber si vio a esta joven por aquí ayer —dijo el policía, mostrando una foto de la morena sonriente, lo que provocó varias emociones en Jack, recordando dónde había ocultado el cuerpo.

—No la vi. ¿Sucedió algo? —preguntó Jack.

—Su padre la esperó fuera de casa anoche, pero la señorita jamás llegó. La vieron salir sola de la cafetería que está muy cerca de aquí. Por favor, si sabe algo, avísenos —dijo el policía. Jack asintió con la cabeza y se despidió del policía.

Se sentía mal por no volver a encontrarse con su Sheccid. Era muy difícil olvidarse de ella. Sin embargo, lo único que importaba era Emma, la única persona en la que podía confiar.

—¿Quién era, cariño? —preguntó su madre bajando las escaleras.

—Un policía, preguntaba por una chica desaparecida —respondió Jack.

—No puede ser. Últimamente, hay muchas personas desaparecidas en este pueblo. Es por eso que deben cuidarse —señaló su madre a Emma y Jack.

—¿Al menos podemos salir al parque? —preguntó Emma.

—Solo por las tardes —respondió su madre.

Era una pena para Jack no salir por las noches. Tenía tantos planes en ese bosque que ya no podían cumplirse.

Luego de algunos minutos, el señor Arendelle llegó a casa con su hija. Todos los recibieron cordialmente, aunque Jack se mostraba distante de Elsa.

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⏰ Última actualización: Apr 23 ⏰

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