Fin de la guerra

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– No puede ser.- dijo Fugaku una vez hubo reunido valor – Naraku nos dijo que era la reencarnación de una simple sacerdotisa que no fue capaz de proteger la joya de las cuatro almas ni de ella misma.

– ¿Acaso dudas de mí? – preguntó Madara mandando escalofríos a todos los presentes después de escucharle, haciendo que Fugaku se quedara sin palabras. – A partir de ahora yo me haré cargo de ella, ya que de ella depende que mi plan tenga éxito o no.

Después de decir eso Madara dio por terminada la reunión saliendo de la sala y dejando a todo su clan paralizados por el temor después de ver esa mirada que prometía dolor a cualquiera que intentase desobedecerle o hacer algo que complicara sus planes.

-.-.- Mientras, en el campamento de la alianza…

– Shisui… - susurró aún en estado de shock Itachi – Shisui está vivo, no puede ser

– Itachi – le llamó Naruto con aspecto más serio de lo habitual – necesitaríamos que nos explicaras todo lo que sabes de Shisui. Sabemos que estabais muy unidos, pero ahora mismo lo debemos considerar nuestro enemigo ya que no sabemos del lado de quien está y lo mismo pasa con Kagome. – dijo esperando un ataque de ira tal y como lo habían tenido Sasuke y Kakashi al decir eso de la Uchiha.

– ¡Ellos no son nuestros enemigos! – exclamó con el sharingan activado y a punto de perder los papeles – Shisui tenía como objetivo acabar con los planes de nuestro clan al igual que yo, y Kagome… Tú ya viste los recuerdos de Kagome, ella nunca estaría de buena gana con alguien como Madara, alguien quien tenga los mismos deseos que el clan que la utilizó.

– Yo tampoco creo que Kagome fuera capaz de hacerlo por voluntad propia, pero eso no quita el hecho de que esté siendo manipulad con amenazas o algo así. – explicó el rubio intentando que al menos él entrara en razón. – Te necesitamos antes de que sea demasiado tarde, no sabemos con quién trabajan Shisui y Kagome ahora mismo, solo sabemos que ella aún no está libre.

-.-.- Con Kagome

– ¿Qué quieres? – Preguntó dirigiendo su mirada vacía hacia la puerta donde Madara se encontraba descansando en contra - ¿No tienes nada mejor que hacer?

– He venido a visitarte, esta vez de verdad y la verdad no creo que haya nada mejor que verte. Incluso con esa cara de póker que pones estás hermosa, aun cuando en tus ojos se ve que estás rota, los encuentro hermosos – dijo acompañado de una cruel risa.

– Pues la verdad es que yo tengo mejor cosas que hacer, así que será mejor que te vayas. – le respondió de forma desafiante.

– Hahaha, eres muy divertida, ¿lo sabias? ¿Qué cosas tienes que hacer dentro de esta diminuta y fría habitación? – preguntó mientras poco a poco se le acercaba y se sentaba a su lado en esa incomoda cama. – Aquí no hay nada que hacer, pero no te preocupes. Pronto estarás muy ocupada, tan ocupada que no podrás ni pensar en nada que no sea yo. – Dijo finalizándolo con un brusco y apasionado beso al cual la joven no respondió.

Al separarse, sin apartar el brazo que anteriormente había pasado por la cintura de la joven. Se le quedó mirando fijamente para ver así que reacción obtenía. Antes de que cualquiera de los dos hablara, alguien entró en la habitación.

– Te he traído la comida – escucharon como Shisui decía mientras entraba sin darse cuenta de la situación en la que se encontraban.

– Gracias – le agradeció la ojiazul aprovechando la oportunidad por levantarse y salir de los brazos de Madara.

A partir de ese día, Madara se presentaba cada vez que tenía la ocasión, siempre intentándola convencer de que fuera con él, de que fuera suya para así ser al fin feliz. Eso hasta que al fin llegó el día tan deseado por Madara y sus seguidores, llegó el día de poner en marcha el plan ojo de luna.

¡Hermana!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora