Maestro

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Era temprano por la mañana Bell se había despedido de Riveria y había salido de la mansión Crepúsculo rumbo al calabozo, siguió el mismo camino que usualmente tomaba esta mañana Bell se dirigió directamente al calabozo y no fue al gremio a notificar su avance en el calabozo, el albino se sorprendió al ver el paisaje de la ciudad laberinto muy temprano en la mañana y compararla con la hora pico de la ciudad.

En unos minutos Bell se encontraba en la torre Babel pero inmediatamente sintió la mirada de alguien que lo observaba la mirada era muy intensa, Bell sentia la mirada desde que salió de la mansión del Crepúsculo, lo veía mientras el caminaba hacía el calabozo y ahora que estaba en la entrada de él, la mirada se había hecho más intensa.

-¿Qué extraño siento que alguien me mira?

Bell susurro esas palabras para el mismo pero no había nadie a su alrededor, entonces Bell fijó su mirada a la imagen de la imponente Torre de Babel.

-|Me preguntó cuánto se demoraron en construir esta torre|

Bell salió de sus pensamientos y comenzó a descender por el calabozo su rumbo continuo sin problemas bajo hasta el primer piso y lo pasó sin problemas y así mismo fueron el piso dos, tres, cuatro y cinco.

Bell caminaba por el piso 5 se sorprendió que desde hace unos instantes no se topaba con ningún monstruo, siguió caminando hasta que llegó a una gran sala, Bell empezó a recorrer con su mirada toda la sala hasta que en medio de ella encontró a alguien parado ahí, a simple vista era un hombre, no, mejor sería decir un guerrero que había entrenado su cuerpo durante mucho tiempo.

Bell al verlo dedujo que era un aventurero de primera clase, el aire a su alrededor daba la impresión de ser poderoso como los líderes de su familia, Bell decidió dar media vuelta e irse por otro camino para no tener ningún problema con el guerrero boaz pero contrario a sus expectativas el guerrero lo llamó.

-¿A dónde vas?

La voz que escucho de este misterioso hombre hizo estremecer el cuerpo del pequeño albino.

-E-Eto y-yo quería ir al p-piso 6.
D-Discúlpeme si acaso interrumpo algo.

Bell estaba temblando de miedo, el guerrero boaz era fuerte, no sólo su porte era imponente, también era su apariencia, su rostro era estoico no mostraba ninguna clase de emoción.

-No interrumpes nada.
De hecho te estaba esperando Bell Cranel.

Bell se sorprendió que esta persona conociera su nombre ya que no había hecho nada importante para que otras personas conocieran su nombre o su apariencia.

-¿A mí?
Si hice algo que lo molesto discúlpeme.

Bell empezó a disculparse con el guerrero boaz ya que temía por su vida, el sabía que el guerrero lo mataría de un solo golpe pero contrario a sus expectativas el guerrero habló.

-Hace dos noches atrás el hombre lobo te humilló enfrente de todos.
Acaso no sientes odio por sus palabras.

Bell al escuchar las palabras del guerrero el solo bajo su mirada hasta estar mirando al piso y recordó las risas de sus compañeros de familia además de las palabras del hombre lobo llamado Bete.

-No puedo sentir odio cuando se que todo lo que dijo era verdad.
Soy patético y lamentable solo siento odio hacia mi débil ser que no pudo contradecir ninguna de esas palabras o burlas de mis compañeros de familia.

-Ya veo.

Entonces el guerrero soltó una especie de mochila que cargaba en su espalda, cuando llegó al piso se escucho como innumerables espadas de todo tamaño y forma estaban ahí.

Danmachi: El Último miembro del Clan Demoníaco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora