Perfecto

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Nunca había sido una persona que presumirá de lo que tenía en la vida, pero sabía de antemano que tenía una vida privilegiada, desde que nació tuvo la ventaja de ser hijo único de una de las familias más ricas del reino sin nombre, crecí siendo educado por los maestros privados más aptos en las materias que ejercían, su mejor amigo de la misma posición económica que el en verdad lo quería como un hermano y no solo por dinero.

Incluso tenía una prometida hermosa, tenía todo lo que una perdona podría desear, y el lo sabía y estaba feliz por eso, sin embargo, un día el rey decidió que ningún reino aparte del suyo podía seguir de pie, la abaticia de controlar toda la región se apoderó de su cabeza, y bajo la amenaza de muerte a quienes decidieran desafiarlo hicieron nacer el miedo.

Al saber eso el rey ordenó que todas las ejecuciones se realizarán en público, para que todos vieran que el era una persona a la cual deberían de respetar, y no tuvo piedad alguna, todos pensaron que detuviera la ejecución de una familia donde se encontraba una niña, una embarazada y un bebé...

Pero ellos fueron los primeros en estar en la fosa, eso causó que todos se pusieran bajo sus órdenes para poder cuidar a sus seres queridos, aunque esto significará tener que arrebatar la vida de otros para mantener la suya.

Willy fue enviado a su primera misión, no era sencilla debido a que el poblado era algo grande pero al estar la tropa liderada por su mejor amigo Vegetta obviamente ganaron, aunque no estaba seguro de sí ubiera sido mejor morir en guerra a cargar la vida de varias personas en su espada, pero decidió ignorar la culpa engañando se de que era lo correcto para seguir con vida, y así fueron las siguientes 2 batallas hasta que ocurrió algo que nunca va a olvidar.

En su última misión el fue asignado a atacar un lugar que estaba cerca de un orfanato, el solo había matado personas en defensa propia, y nunca atacaba a niños sin embargo ese día cometió el error de alzar su espada contra un pequeño niño y esos últimos gritos y esa imagen siempre quedarán grabados en su mente.

-Muévete niño. - Alzó su espada en forma de amenaza al pequeño niño que había tratado de detenerlo cuando vio que estaba a punto de quemar el orfanato.

-Señor por favor no quemes el orfanato, ese es mi único hogar, el mio y el de mi familia. - El pequeño sollozaba mientras abrazaba la pierna del mayor.

-Si no hago esto yo seré el que pueda a mi familia y no estoy dispuesto a hacerlo. - Con la mano que no sostenía la espada y con la ira segando sus sentidos busco que su espada atravesará al infante.

- ¡Ramón!. - Escucho el grito de una mujer demasiado cerca, se oía desesperada

-¡Lanita!. - Un segundo grito se escucho esta vez de un chico, pero después de eso ya no pudo escuchar otra cosa que no fuera su espada atravesando piel y músculos.

Cuando al fin fue consciente de lo que hizo pudo ver como una chica rubia cubría el cuerpo del niño, aunque eso no evitó que este igual fuera atravesado por su espada, el niño había muerto al instante, pero la chica aún luchaba un poco por su vida y se aferraba al cuerpo del niño.

Cuando saque la espada de ellos pude ver a un chico de cabello castaño correr hacia ellos y llorar como si no hubiese un mañana, Willy solo quería arrepentirse de lo que hizo y pedirle de rodillas al chico frente de él que lo perdonará por tal atrocidad, aun si el mismo no se podía perdonar, tuvo suerte de que el casco de la armadura no dejara ver su rostro o si no alguien hubiera podido ver sus ojos cristalizados.

Pero aún tenía una misión que cumplir así que aprobecho la distracción del chico para caminar a la entrada principal del orfanato y cerrar la puerta, para después encenter el camino de gasolina que había puesto antes, los gritos de los niños desesperados por salir de esa casa de madera vieja era otra cosa que jamás olvidaría junto a eso ojos cafés que lo miraban con tanto miedo a la vez que desesperación y tristeza mientras otros guerreros lo llevaban a la fuerza lejos de esa escena.

Después de eso tuvo varios días de descanso por orden de su mejor amigo que entendía que el estuviera traumado por todo lo que le pasó, después de unas semanas volvió a sus labores de ayudar a su rey, pero esta vez Vegetta y el decidieron solo vigilar a los presos de guerra, aunque fueron designados a distintas áreas. Su primer turno fue en la noche así que decidió dar una vuelta a las celdas, una pudo apreciar que estaba un chico de cabello café con un gorro de oso, al parecer era un preso nuevo debido a que sus ropas se veian aún limpias menos por algunas manchas de sangre y polvo.

Sin embargo su corazón casi se para al ver la celda de la persona que se encontraba enfrente de ese chico, pues dentro pudo ver a tres niños que estaban acurrucado sobre el cuerpo de un chico de aproximadamente 16 años con el cabello castaño, y cuando este abrió los ojos pudo reconocerlo como el chico que lo había mirado con tanto odio en su última misión.

-Que ni se te ocurra hacerle algo a mis niños. - El chico apesar de que le hablo de una forma calmada en su mirada se podía notar el odio que tenía hacia el guardia.

-Tranquilo no les haré nada. - el mismo se sorprendió de que su voz no temblara.

-Todos los guardias dicen eso, y siempre tratan de alejarlos de mi. - El chico desvío su mirada al suelo.

- Yo seré diferente, dejame cuidarlos, por favor. - No iba a mentir Willy sentía que si los ayudaba era la única forma en la que el podría llegar a encontrar su perdón ante todo lo que hizo en su pasado no tan lejano.

-No confio en ti. - La pequeña charla terminó con ese dialgo debido a que los ojos del más pequeño se cerraron para volver a dormir con sus niños.

-Por favor, solo déjame remediar lo que te hice pasar. - Hablo en voz baja Willy mientras una lagrima salía de uno de sus ojos.

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Gracias por el amor que le están dando a esta historia 😭 no pensé llegar a ta to, espero que hayan disfrutado la lectura 💚

Hate me- Rubirex AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora