Estaba agotada, había despertado en medio de la noche. Era extraño, despertar y por la ventana ver oscuridad y no la luz, no escuchar el canto de los pájaros.
A su lado, estaba una pacíficamente dormida Seungwan. Casi había olvidado lo que pasó hace unas horas, pero todavía sentía la mirada vulnerable de la rubia bajo de su cuerpo. Su pelo suave caia sobre su cara y sus mejillas estaban sonrojadas, tenía la cara un poco hinchada. Seulgi no pudo evitar pensar que se veía tierna, pero rápidamente alejó esos pensamientos.
Suspiró, estaba agotada, pero aún así se levantó y tomó su camisa para volver a vestirse. Detrás de ella, escuchó como se movían las mantas que cubrían la cama.
— Lo siento. No quise despertarte. — Seulgi volteó al pronunciar las palabras, viendo a Seungwan.
— No hay problema. — Sonrió, Seulgi no pudo evitar sonrojarse. Cuando terminó de vestirse, se levantó de la cama. — Te parece bien si preparo algo para comer?
— Claro. — La castaña se sorprendió un poco, Seungwan estaba en su casa y aún así se ofrecía a cocinar.
La cocina pronto se llenó de un aroma agradable. Seungwan estaba preparando un omelette, cuando sintió unas manos colocarse sobre su cintura.
— ¿Que piensas sobre Seola? — Era Seulgi, quien apoyó su cuerpo sobre el suyo y descansó su cabeza sobre su hombro.
— Es mi compañera de cuarto. Es realmente amable. — Seungwan hablaba honestamente, Seola era alguien agradable con quien convivir.
— ¿No recuerdas esa vez que invitó a varios amigos y hicieron un desastre? Se marcharon sin ordenarlo, y como Seola estaba con resaca, lo limpiate tú, ¿Crees que ella haría lo mismo por tí?
— Si. — Lo dijo con seguridad, o tal vez, esperanza. Esperanza de que las personas sean tan buenas como ella. ¿Como sabía Seulgi eso? Rápidamente sintió el miedo apoderar su cuerpo, presenciaba el poder de la castaña, pero debía resistirlo.
— ¿En serio? — Seulgi la tomó por los hombros y la hizo voltearse. Los inocentes y perdidos ojos de Seungwan encontraron los suyos rápidamente.
Su mirada.
— No. — La menor pronunció, y Seulgi sonrió. Estaba funcionando.
Wendy sirvió el omelette para cada una y se sentaron en la mesa. La textura era suave, y el jamón le daba un sabor salado.
— ¿Y qué piensas sobre el consumo de Seola? — Las palabras de Seulgi la atravesaron como una bala. Seungwan la quería, pero no sabía realmente que pensar sobre eso.
— ¿Q-qué consumo? — La menor intentaba de apartar el tema, pero la castaña no lo permitiría.
— Sabes de que te estoy hablando, Seungwan. — Sus temerosos ojos celestes cruzaron los de Seulgi. — Cocaína.
— N-no lo sé. Tal vez lo usa con sus amigos muy de vez en cuando. — Wendy apartó su mirada a la comida, claramente incómoda sobre el tema.
— Que incrédula, inocente Seungwan. — Su voz la hacía sentir tan indefensa. — Yo creo que todas las personas que consuman deberían morir, son un estorbo para la sociedad.
— ¿Por qué dices eso, Seulgi? — La pequeña valentía que le tomó decir esas palabra se esfumó al volver a ver sus ojos. Tan profundos.
— Siento que no deberían vivir la vida si ni siquiera pueden disfrutarla sin consumir algo. Y luego caen en adicciones, y desordenan el orden de la sociedad. ¿Me entiendes, Seungwan?
— Si. — Las palabras no se sentían suyas. No podía parar de observar sus ojos. De ese color tan oscuro, tan profundo. Perdida en el castaño de su mirada, contestó sin pensarlo. — Te entiendo.
— ¿No te gustaría tomar venganza de todas las cosas que te han arruinado, Seungwan? ¿De todas las personas que te usaron, y que te lastimaron? ¿De todas las personas que te hicieron ser la persona débil e insegura que eres ahora?
Elige tu destino.
Finales alternativos.
Próximamente.
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sinful | wenseulrene (terminada)
Fanfiction"devil only stares at her best demons" ® moonxeption angst | gore devil!irene demon!seulgi human!wendy