'' No puedo creer esto''
Íbamos camino a la cafetería, siempre se convertía en un caos, caminar por esos pasillos llenos de estudiantes locos corriendo directo a la cafetería, muchos se quedaban sentados en el piso de los pasillos, otros se quedaban en distintos salones, y otros caminaban hacia la tortura hecha sitio, incluyéndome... en realidad era muy estresante estar en aquel lugar, era un pabellón amplio, dividido por cantidades de mesas con aproximadamente 6 sillas, eran mesas grupales, cada quien tenia su grupo, por un lado estaban los deportistas, por otro lado estaban los nuevos, en un extremo se encontraban los estudiantes de ultimo año como Ana y yo, y al fondo casi alejados de todo el mundo, se encontraban los mentores y estudiantes universitarios, como JP, a los cuales todos observaban con envidia. De hecho, podría decirse, que eran las únicas personas normales en todo el pabellón, me extraña muchísimo que JP nunca quiso sentarse con ellos, porque creo que de toda esta gente son las únicas personas que soportaría.
Era un ruido tremendo, solo había venido 4 veces y 5 con esta, y recuerdo que la primera vez que vine, todos se nos quedaron mirando como buscando información que definitivamente no lograrían encontrar, yo llevaba mis libros, y literalmente sentía como los ojos de todos los que estaban sentados allí caían sobre mi, era desconcertante, no podía dejar caer una botella que ya todos volteaban, Ana estaba totalmente a gusto con este lugar, yo en cambio deseaba irme y esconderme, así que un día mientras caminaba hacia este lugar, y Ana se había retrasado, descubrí la biblioteca. Fue gratificante desde la primera vez que entre, la señora Juseph era muy amable conmigo y yo era muy vergonzosa, pero ella me comprendía perfectamente, ella misma me ayudaba en todo mi camino literario, yo era la única persona que pasaba mi receso con ella, mientras todos estaban acabando la cafetería, yo trataba de refugiarme y esconderme en los libros y en la comida, porque si.... La señora Juseph me dejaba comer. Era la única a quien se lo permitía, con reglas, pero tenia el permiso. Así que cuando se lo conté a Ana esta explotó furiosa, pero mas adelante fue acostumbrándose a la idea. Y hoy estoy aquí de vuelta al calvario, donde en lo único que puedo pensar es en una estrategia para desaparecer sin que estos dos no se den cuenta e irme directamente a mi lugar feliz.
Mientras avanzábamos, JP y Ana conversaban, aveces de acecho sentía sus ojos sobre mi, asegurándose que yo no me había devuelto, ellos iban delante de mi. JP era muy hermoso, tenia una espalda muy bonita, y ademas las camisas le quedaban muy bien, aun no puedo creer que este aquí con nosotras, ese insoportable que se burló de mí aquel día que lo conocí, y mucho menos que esa persona me haría pensar tanto en la espiritualidad, porque desde que se de eso, no he parado de hacerme preguntas, solo me gustaría que no se entere, porque si se entera sera terrible. Ana no aguanta un segundo mas sin contarle todo, yo creo que hasta estaría dispuesta a volverse creyente también por amor a el, sin dudarlo, afirmativo, lo creo todo de ella.....
Cuando llegamos a la cafetería, y los chicos notaron la presencia de JP todo el mundo hizo silencio, ¿Por que razón hacen eso? —Tranquila Gi, no te asustes, siempre hacen eso cada vez que entramos, sabes que JP es mentor de historia aquí le tienen mucho respeto. —Me dijo Ana en cuanto me vio asombrada y totalmente ruborizada, debido a la atención que recibíamos, que no estaba acostumbrada a recibir. —Lo que no entiendo es ¿Por qué hacen eso si JP es un estudiante tanto como ellos?—Hablé mientras juntaba mis cejas en señal de confusión. JP se rió cerca de mi.
—Gi, tranquila , todos me conocen. Ademas no creo que la ''atención'' se deba solamente a que yo este aquí—Mencionó mientras me miraba a los ojos con una sonrisa. Yo desvié la mirada incómoda. —Hasta yo estaría así si un ángel entra por esta puerta. —Susurró con voz ronca. Yo rodé los ojos mientras trataba de esconderme de la mirada de todos.

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G.I And J.P
RandomRefugiada en la literatura y en los libros, intentando alejarse de todo lo que la rodea, Gi esconde sus secretos, sus dudas y sus miedos. No creía en la esperanza, no creía en la salvación, era fría, temerosa e incrédula. Gina es esa clase de chica...