Todos tenemos días grises.

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¿Alguna vez se han enamorado y les han roto el corazón?

A mi si , por eso les quiero compartir las cartas que escribí para esa persona y que nunca envié. Para todas esas personas que tal vez quisieron gritar muchas cosas y al final no dijeron ni una sola.

Carta I

Fue tonto de mi parte peguntar como te encontrabas. Es cierto que en algunos casos, se considera necesario preguntar, antes que vivir en suposiciones. Pero en tu caso , es algo que está allí a la luz de todos, al abrir una flor, está allí en la superficie del océano , puedo observar cómo eres feliz, como ya no extrañas casa, como no llevas equipaje, al contrario, te has encargado de llenar la maleta con esa nueva mujer que forma parte de tu vida. Las paredes me hablan solo para retumbar sonidos que me penetran en el tímpano y me dejan ensordecida, te confieso que en más de una oportunidad quise escribir o llamarte, y no creas que ha sido por orgullo que me he detenido, al contrario es solo que no soy tan egoísta para intentar retomar un pasado que tu muy bien supiste desechar, dejándome atrapada en él, con cada página del libro que escribimos y cada minuto de la película que juntos en algún momento actuamos.

No digas nada por favor, déjame continuar, no es necesario que me interrumpas, para que busques explicaciones o excusas porque ambos sabemos que no existen, se te hizo fácil desprenderte de mí, mientras yo esperaba cada noche una llamada, donde tu voz cálida que en los últimos días había sido fría, volviera a ser la misma, y detrás de ella, unas palabras que me reconfortaran para seguir luchando por este sentimiento que siempre me ha consumido y forma parte de mi ser y mis entrañas.

Ahora veo por las ventanas de los autos, pensando en cada segundo a tu lado, cada momento en el que nuestras manos se entrelazaban, admito que el dolor me hace desear por instantes, poder cambiar algunas cosas, algunos momentos donde mi voz se ahogaba entre llantos por haber pensado que no podría continuar sin ti. Te debo muchas cosas, y debería agradecerte por ellas, pero sé que lo tomarías simplemente como una excusa de mi parte para intentar entrar nuevamente en tu vida.

Realmente no, aunque te siga amando y hasta deseando, aunque por las noches te siga pensando, no creo que sea necesario estar de nuevo en tu vida. ¿Para qué más daño?, ¿para qué más dolor? ¿Para qué destrozarnos el alma? Cuando puede haber otras personas que las hagan brillar.

Es cierto, contigo aprendí que es amor, que es ser prisionera de un sentimiento, pero a la vez comprendí que la libertad es muy importante. Ahora simplemente puedo prometerte que te miro y deseo con la mayorr honestidad del mundo que si no alcanzas la felicidad plena, al menos te acerques a ella.

Y si preguntas por mí, puedo decirte que de alguna manera estaré bien, que por ahora me estoy prometiendo a mí misma superarte, recordarte sin que me duelas y disfrutar de esa experiencia.

Sé que te extraño, soy perfectamente consciente de ello, sé que no te he olvidado, pero es que tampoco pretendo hacerlo, sé que te pienso, te añoro y deseo, también sé que posiblemente no sea lo correcto. He visto transcurrir el tiempo, no ha estado quieto un solo momento, he visto correr los días como las liebres, he sentido la noche sobre mis hombros como un gran manto que cubre y me asfixia opacando mi alma dejándome sin sonrisa, no ha sido sencillo verte partir, he perdido la cordura aferrándome a ti, a tu recuerdo, a lo que fuimos, a lo que construimos con tanto esmero, pero que se desmoronó en un parpadeo, dejándonos desolados.

No son los recuerdos los que hacen daño, somos nosotros quienes nos dañamos aferrándonos a ellos porque es lo único que no cambia, es nuestro único consuelo, para encarar el ritmo de la vida que tan acelerado está, no es un problema el olvido, simplemente esta clavado en nuestra memoria, porque no puedes borrar lo que en algún determinado momento te hizo reír y llorar simultáneamente, no son las personas que te "dañaron" eres tú que les permitiste hacerlo , no es la tristeza ni el sufrimiento porque aunque la primera es inevitable , el segundo es opcional. No son los prejuicios ni los estereotipos, tampoco la interminable lista de cosas que debes realizar en la vida para complacer a otros, una vez más eres tú, permitiendo que terceros te digan que hacer, como hablar, como comportarte y hasta que direcciones tomar. El problema no son otros, el problema no es la vida, el problema eres tú que aún no te das la tarea de vivir plenamente la misma.


***

Carta II

Pensarte me duele.
Vaya manera de comenzar un texto en una madrugada donde mi único café es tu recuerdo.
He pensado que es patética la manera tan afanada en la que se me parece todo a tus características, el hecho de confundir la fragancia de otras personas con la tuya y de pensar que todos se parecen a ti cuando nadie jamás podrá tener una semejanza contigo por tu belleza extrema.

Estoy sumergida en un juego, del cual no tengo conocimiento pues las reglas están impuestas a tu modo y simplemente estoy cumpliendo la función de un peón, que defiende a la reina por la admiración que siente sin miedo a ser devorado por un león con tal de al menos verla sonreír.
No puedo evitar preguntarle a otros como has estado, que si has sonreído o si te has enojado, no puedo ser indiferente y dejarte a un lado cuando tantas veces fuiste quien caminaba tomando mi mano, admito que me creí capaz de aceptar que no era el motivo principal de tu felicidad, pero ahora que no estas siento como la agonía por abrazarte me carcome y no me deja respirar.
¿Será justo acaso que te sueñe tanto?, que te dedique tantos insomnios cuando tu jamás por mi has preguntado.

Mi habitación se convirtió en una máquina del tiempo donde por mi mente todas las madrugadas pasan los innumerables momentos desde que nos conocimos y hasta la primera vez que por ti una lagrima derrame ,fue una sentencia de muerte porque desde aquel día supe que te amaba como a nadie más. La vida nos va mostrando que nadie es de nadie y que el verdadero acto de amor se trata de estar enamorados siendo libres pero honestamente a mí no me hubiese molestado estar bajo cadena si se trataba de ti. Ver el mar me recuerda tanto a ti que lastima porque en mi ventana lo que hago es contemplar su magnitud, me refiero a esto como algo lastimoso porque es una condena que estoy pagando y realmente desconozco la razón por la cual estoy sentenciada a decir que te amé, te amo y te amaré.

Porque fue tan fácil hacerte el amor con la mirada, fue tan fácil imaginar tantas historias, fue tan fácil pensarte en mi cama, pero fue aún más fácil y doloroso darme cuenta que esas cosas no me pasaban y que mi cárcel siempre sería entregar todo sin esperar nada.
Eres una estrella mientras más lejos más hermosa. Pero sabes perfectamente que es un deseo tenerla algún día cerca, tienes una pequeña esperanza aunque las leyes de la naturaleza te la pisoteen y te recuerden que simplemente hay cosas en la vida que no son para ti.

A pesar de los días grises, de los sentimientos de cólera, a pesar de que el mundo que nos rodea parezca derrumbarse, a pesar de que sentimos que el alma se nos quema y que el sol no brillará jamás, a pesar de tantas cosas los días grises acaban, pero eso también depende de ti.

Todos tocamos fondo, pero debemos pensar en que esa circunstancia es solo para tomar impulso y volver a inhalar aire y no para morir ahogados.

Cuando pude admitir que era lo que me dañaba, cuando escribí sobre mis sentimientos y no me guardé nada, cuando reconocí que habían cosas que ya no quería en mi vida, comenzó el cambio, comencé a buscar soluciones, pero antes de eso debemos reconocer que necesitamos ayuda, necesitamos buscarla pero sobre todo debemos ayudarnos nosotros mismos para poder salir adelante, debemos aferrarnos a lo que hacemos bien porque por mas defectos que tengamos siempre hay algo bueno en cada uno de nosotros.








Soy Daniela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora