Yibo esperaba pacientemente al mayor afuera de la ducha. Llevaba alrededor de hora y media duchándose, tanto que Wang se preguntó si ya había hecho un mar dentro de la casa.
La puerta se abrió, dejando ver al pelinegro —junto a su torso desnudo—, llevaba únicamente una toalla en la cintura, y al parecer no encontró una toalla adecuada para él, pues está le quedaba pequeña pareciendose a la de los spa, donde esta quedaba arriba de las rodillas.
— Bebé— habló Wang en un tono meloso, rodeando a su pareja con sus brazos alrededor de su cintura — había pensado que tal vez hoy pudiéramos comer afuera.
Utilizo ese tono lleno de inocencia y seducción al que Xiao no podía resistirse, sabía que tenía un si asegurado.
— No puedo. Salgo con Yu Bin.
— ¿Yu Bin?— soltó al contrario con el ceño fruncido, bufó — ¿Quién es ese?
Xiao entró hasta la habitación, sonrió apoyándose en el marco, tomando una pequeña rosa que se encontraba en un florero cercano, camino hasta Yibo para dejarla entre las manos de este.
— Al menos tú sabes con quién estaré.
Se dió la vuelta para entrar a su habitación, dejando a el menor con un nudo en la garganta.
Me gustaría saber cómo piensan que terminara la historia.
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𝙧 𝙤 𝙨 𝙖 𝙨
Fanfictionadaptación. ©-bxlygon ❝Donde Yibo le regalaba una rosa a Xiao por cada vez que le era infiel❞.