Yibo apoyo su cabeza contra la pared, llevaba cerca de tres horas en la misma posición en la habitación que alguna vez compartió con Xiao Zhan. Miraba de un lado a otro, quizás hasta en el vacío encontraba un recuerdo del chico.
«— Yi, soy feliz contigo».
— Yo también lo era, pero no lo supe apreciar — murmuró ante los recuerdos que llegaban a su mente.
«— Yi, ¿Tú me amas no?».
— Te amo. De verdad lo hago— cubrió su cara con sus manos, lágrimas salían una y otra vez — soy un idiota, un estúpido...
— Quiero sentir tus labios una vez más, pero no puedo hacerlo ya— se dejó caer sobre el frío piso abrazándose a sí mismo.
«— Eres falso Yibo».
Quiso decir algo, quiso contestar aquella memoria. Pero las palabras no salieron de su boca, había destruido a la persona que más le amaba, quizás el amor de Xiao era de los más puros que existían.
Pero nunca supo cómo valorarlo.
Tampoco creía merecerlo.
Pero no quería perderle, prefería que le arrancarán la piel a pedazos antes de perder a la persona que amaba para siempre.
Sintió alguien entrar a él apartamento, no le importaba realmente de quién se trataba, podía ser un asesino, un ladrón, quien sea que fuera, era algo que poco le importaba saber.
— Wang— la voz de ZhuoCheng llegó hasta sus oídos. Levantó su vista levemente para divisar al mencionado mirarlo con una expresión seria y fría.
— Puedes golpearme, si es lo que deseas.
Negó.
— Xiao Zhan se va.
(...)
Sus piernas se sentían invisibles, de hecho no sabía cómo es que siquiera seguía corriendo camino hacia el aeropuerto. Quería impedirlo, podía soportar no estar con Xiao, incluso verlo a lado de alguien más, pero nunca, podría dejar de vivir si no lo veía de nuevo.
Necesitaba disculparse al menos para dejarlo ir, necesitaba escuchar al menos aquellas palabras salir de la boca de su ex pareja.
Solo un poco más.
Entró al aeropuerto, la multitud no le ayudaba a avanzar como era debido. De hecho, sentía que no lograba pasar de la misma sección en la que se encontraba.
Miraba en diferentes direcciones en busca del mayor, pero nadie se parecía. En algún momento la desesperación lo había hecho llorar, aunque no están seguro de cuándo sucedió eso.
De repente, sus pasos se detuvieron.
El avión frente a sus ojos le indico que el no se encontraba más a su alcance, se había marchado.
Cayó de rodillas, sabiendo hasta ese instante que lo había perdido todo.
Fin.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Les agradezco por todo el apoyo que le han dado a la historia.
Este fic cuenta con una segunda parte que aún está en proceso, me gustaría saber si desean que lo adapte.
