CAPITULO 3/1

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NARUTO UN PEQUEÑO PILAR: RECUERDOS CAPÍTULO 3 PARTE 1.
..
Las nubes blancas se movían libremente por el cielo azul, las brisas que soplaban el pasto. Y en medio de esta imagen había un adolescente de cabello rubio.
Kuroka miro la espalda de aquel adolescente rubio. Su cuerpo estaba lleno de heridas, se veía tan cansado, tan desgarrado pero a pesar de eso no dejo de caminar. Cada paso que daba el pasto verde se tornaba tierra seca y destruida.
Su cuerpo estaba llenó de heridas, sus ojos estaban tan vacíos, tan llenos de tristeza. Se paró sobre una enorme montaña que tenía tatuado cinco rostros de piedra.
Los cuatro primeros eran los rostros de hombres pero el último era el de una mujer. Los que una vez fueron llamados las sombras del fuego.
Kuroka siguió mirando la espalda del joven de cabello rubio y no 'pudo evitar sentirse triste.
El pueblo que había debajo era tan bello rodeado de árboles. Mientras que el rubio estaba parado sobre tierra seca, tierra infértil.
Kuroka miro el camino que había recorrido el adolescente de cabello rubio. Todo lo que pudo ver fue una inmensa cantidad de kunais, Katanas, Chocutos, todos y cada uno de ellos clavados en la tierra árida.
Me hubiera gustado ver este lugar, una última vez ,- Kuroka escucho el susurro cansado del adolescente.
¿Esto acaso era justo? Alguien que amo más que cualquier otro, alguien que hizo tan feliz a otros. Este era acaso su recompensa por haber sido un alma tan noble.
No, por supuesto que no era justo. Si el adolescente que tenía delante de ella hizo tan feliz a otros, entonces se merecía una dicha y felicidad que no pierdan ante ninguna otra.
Entonces porque estaba parado ahí. Porque no bajaba ahí abajo si tanto quería regresar.
Ella sabía la respuesta pero simplemente no quería decirlo, ella lo sabía. Pero admitirlo sería poner más peso en su corazón felino.
Y eso era porque en vida el joven delante de ella no pudo volver, no pudo regresar al lugar que deseaba tanto ver.
Kuroka sin darse cuenta apretó los dientes al ver tal injusticia. Mientras más mantenía la mirada sobre la espalda del adolecente rubio su imagen más parpadeaba y por leves momentos aquel adolescente se convertía en un niño de cabello negro.
Los ojos almendras de una niña de pelo negro se abrieron repentinamente. Lentamente la joven alejo su cuerpo desnudo del niño cinco años menor que ella.
El día de ayer el niño los avía protegido pero a consecuencia de ayudarlos, el cuerpo del azabache había recibido un gran daño sobre todo su pequeño cuerpo. La fatiga muscular que recibió tras haber forzado a su pequeño cuerpo a moverse a tal velocidad había dañado su cuerpo severamente. La magia que había utilizado había forzado a su cuerpo a superar sus propias limitaciones.
Era casi como si hubiera cargado 20 kilos, cuando su cuerpo apenas podía soportar 5 kilos. Soportar el dolor y seguir luchando con el cansancio... realmente quien era este niño.
Kuroka se levantó y se vistió con su vieja ropa de trapos. El niño aun descansaba en su cama totalmente agotado pero por lo menos su cuerpo ya no tenía heridas ni moretones.
Su pequeña hermana Shirone dormía en la suave alfombra del cuarto del joven de pelo negro, comparado con los otros lugares donde ellas abecés dormían era como dormir sobre una suave nube de lana. Kuroka miro la lenta respiración de Naruto.
Suspiro, - Kuroka realmente no sabía cómo lidiar con todo esto. La idea de lo que pasaría después de esta noche se mantenía en su mente. Si bien el niño dijo que lo hacía de corazón, para ella eso no era fácil de aceptar. Tantos años de haber vivido en las calles cuidando de ella y su hermana la habían llenado de desconfianza.
Que debía pensar ella si tan solo era una niña. Pero él también era un niño, uno más joven que ella. Tal vez, solo tal vez, ellas podrían comenzar una nueva vida.
Kuroka se recostó a un lado de su hermana Shirone le sonrió y se quedó profundamente dormida.
Naruto frunció el ceño al sentir los rayos del sol sobre su rostro y al parecer no era el único.
Naruto sonrió al ver como Shirone le gruñía al sol. Su rostro alegre rápidamente se frunció al ver donde habían pasado la noche las dos Nekomatas que había traído.
Buenos días Shirone - Naruto saludo a la niña de cabello blanco.
Oh, buenos días Naru-nyan - su amiga de cabello blanco le maulló.
Kuroka bostezo y cuando finalmente la niña de cabello negro se había sentado saludo a las dos personas en la habitación.
Buenos días Nee-chan y tú también Naruto - la peli negra saludo a los dos niños.
Buenos días One-chan - Shirone saludo a su hermana somnolienta.
Buenos días Kuroka - Naruto le devolvió el saludo a la Nekosou de cabello negro.
Estirando sus brazos hacia arriba Kuroka pregunto - y ¿cómo te sientes Naruto? ¿Sientes algún malestar?
Naruto negó con la cabeza - gracias por tratar mis heridas,- Naruto le agradeció a la otra peli negra.
No tienes por qué - Kuroka le respondió.
Por cierto alguna de ustedes sabe qué hora es.
Creo que las siete y media ¿por?
Todavía tengo algo de tiempo, Será mejor que me valla alistando - el peli negro pensó.
Naruto se paró lentamente, todavía bostezando saco un uniforme nuevo de uno de sus cajones debido a que el que uso ayer avía que dado hecho pedazos.
Ambas hermanas vieron como su nuevo "amigo" por decirlo de una manera entro al cuarto del baño y salió vestido con un uniforme similar al de ayer. El cual había quedado hecho pedazos.
Naruto les sonrió a las dos Nekomatas.
¿Esto? Kuroka-san.
Kuroka alzo una delgada ceja negra ante el honorifico "san "en su nombre,- ¿sí? -ella contesto en tono de pregunta.
Dime ¿ustedes tienen alguna habilidad que las pueda hacer pasar de incógnita? Si te soy sincero me sentiría inseguro si las dejo aquí.
Naruto rápidamente agito la mano nerviosamente en negación al ver la mirada que Kuroka le mandaba. - no es qué crea que vallan a robar algo es solo que....
¿Es solo que? dijo Kuroka aun con la mirada dura.
Es solo que me preocupa que mis padres las vean.
Relajando la mirada Kuroka pregunto - ¿y eso porque?
Suspiro; digamos que mis padres son muy estrictos en especial conmigo. Si se llegaran a enterar de que las traje sin su permiso las echarían.
Entonces porque simplemente no nos presentas a tus padres.
Naruto tomo los hombros de Kuroka y la miro con toda la seriedad que pudo reunir.
Kuroka escúchame si ustedes se muestran a ellos, - tragando saliva,- las obligaran a convertirse en la nobleza de mi hermana o en la mía.
Pero eso no sería acaso bueno para ti y para tu hermana. entonces ¿Por qué?
Porque significaría quitarles su libertad a las dos. Justo como lo quería ese demonio de la casa Naberius.
Así que.... prométanme que no dejaran que mis padres las vean. Por favor.
Kuroka le sonrió al niño y le dio un pequeño cabezazo.
¿Por qué fue eso?- Naruto pregunto mientras se sostenía la frente con las dos manos.
Kuroka solo mostro una sonrisa ante el puchero del peli negro. Parándose, Kuroka empezó acariciar la cabeza del niño más bajo que ella.
Tranquilo,- Kuroka le dijo con una voz tranquila,- nada malo nos va a suceder. Pero sinceramente gracias.
¿Por qué? - pregunto Naruto.
Porque eres el primero que muestra tal preocupación por nosotras.
Naruto sonrió,- eso es normal para mi después de todo me convertiré en un héroe que traiga sonrisas a todos.
Cambiando de tema.
Pueden ¿sí o no?
Ambas hermanas se miraron y bajaron sus hombros. Un segundo después ambas Nekomatas avían desaparecido y en su lugar quedaron dos gatitos uno más grande que el otro.
La gatita negra se lamio el reverso de su pata y luego lo paso por una de sus orejitas mientras maullaba encantadoramente. Por otro lado Shirone en la forma de un pequeño de gatito blanco miro a Naruto juguetonamente.
Corriendo hacia el peli negro Shirone salto y trepo con toda la agilidad que un gatito de su tamaño podría tener. Shirone arrullo y presiono su suave, pequeña pero peluda mejilla con la mejilla de Naruto.
Naruto sonrió felizmente por el cariño mostrado por parte del pequeño Shirone.
Bueno... supongo que ya es hora de irnos.
¿A dónde? Pregunto Kuroka aun en su forma de gato.
Pero antes de que Naruto pudiera responder a la pregunta de Kuroka alguien llamo desde afuera del cuarto.
¡¿Joven amo?! - la voz joven de una de las sirvientas llamo.-Sus padres lord Sitri y su madre Leidi Sitri lo esperan en el comedor. Quieren desayunar con usted antes de que se valla al colegio.
El rostro de Naruto decayó levemente pero rápidamente se recompuso y regreso a su imagen tranquila. Vamos Kuroka, Shirone - Naruto le dijo a los dos gatitos con una pequeña sonrisa mientras habría el cierre más grande de su mochila para que ambas entraran.
Tanto Kuroka como Shirone entendieron lo que el Sitri quería, ambas se metieron rápidamente y se acomodaron para disfrutar del viaje. Con un maullido de aprobación Naruto cerró su mochila y con un pequeño suspiro salió de su cuarto al encuentro con sus padres.
Lord Sitri y Leidi Sitri estaban en el comedor sentados disfrutando de una taza de café ambos con una mirada seria en sus rostros algo que era muy común de ver. Delante de ellos se encontraba su segunda hija Sona la cual tenía una cara imperturbable.
Los tres Sitris esperaban la llegada de su hijo / hermano. Ambos padres tenían que hablar seriamente con su hijo sobre cómo debía comportarse en el salón de su hermana. Después de todo su hijo apenas ayer se encontraba en tercero de primaria. Los años de estudio eran muy diferentes.
Naruto bajo tranquilamente por la escalera tratando de no llamar mucho la atención. Desafortunadamente para él ya había captado la mirada de sus padres y una mirada intrigada de su hermana mayor Sona.
Naruto vio a sus padres sentado frente a él. Así que sin saber que debería decirles Naruto simplemente tomo su desayuno tranquilamente.
Naruto sintió la mirada de su hermana pero decidió ignorarla para no aumentar más la tensión en el ambiente.
El solo comió y comió sin decir nada. El extrañamente sintió miedo, miedo por este momento que rara vez ocurrió. Naruto realmente no sabía que hacer más que comer tratando de no hacerlo tan rápido para no mostrar sus ganas de irse.
El realmente no paso mucho tiempo con sus padres y cuando rara vez lo asían lo asían para criticar su desempeño. Muchas veces le dijeron que debía hacer, como debía ser.
Naruto suspiro de alivio internamente al ver su tasa vacía. Naruto se puso de pie agradeció a sus padres y se retiró.
Desconocido para Naruto había dejado la mesa en un pequeño estado de pesadez. Leidi Sitri se paró con sus ojos ensombrecidos por su cabello se retiró con la misma elegancia y seriedad que la caracterizaba. Pero nadie vio la pequeña gota que se deslizo por su mejilla.
Por otro lado Sona solo suspiro y se levantó despidiéndose de su padre.
Lord Sitri solo cruzo sus dedos delante de sus ojos mientras lentamente soltaba un suspiro acompañado mientras una mirada fatigada cansada caía sobre sus ojos.
Naruto había logrado suprimir sus emociones al nivel en el que un humano pensaría que él era un joven reservado y que no le gustaba hablar o no sabía que decir. Eso hubiera estado bien si sus padres fueran humanos y eso lastimosamente no era así.
Serafall se lo había advertido pero el en su arrogancia no le hizo caso y ahora solo le quedaba esperar como se desarrollaba la cosa.
Ambos eran demonios que aprendieron a dominar sus emociones junto con la capacidad de leer a la perfección las emociones de los demás. En cada momento desde que su hijo bajo ellos pudieron sentir sus ganas de retirarse y sobre todo la felicidad de no estar cerca de ellos.
Naruto camino asía la puerta lentamente pero una vez la abrió salió corriendo y se fue volando lo más rápido que pudo.
En el camino nunca sintió la mirada imperturbable de cierta dragona del infinito.
Naruto voló libremente por el cielo del inframundo estar tan cerca de él lo hacía realmente feliz, mirarlo lo tranquilizaba. Pero volar sin duda era lo mejor.
Sentir el viento golpeando su rostro. Sin darse cuenta como ciertas dos gatitas deslizaban sus cabezas para sentir el viento.
En un lugar lejano al norte de Japón en una ciudad elegante una mujer de cabello rubio que tenía tres marcas de bigotes en cada mejilla sonrió.
La peli rubia abrió sus ojos, un par de orbes rojos como la sangre con las pupilas rasgadas saludaron al mundo. Lentamente ambos pares de orbes rojizos se convirtieron en dos orbes de color azul.
La mujer miro el cielo al igual que cierto Sitri y susurro,- muy pronto te volveré a ver y esta vez sé que podremos estar juntos.
Ophis mantuvo su sonrisa, - muy pronta la brigada del caos llegaría para intentar llevarla de regreso y en ese momento ella podría observar los límites del joven demonio Sitri.
Salto de tiempo.
Llegando a la escuela a Naruto se le indico en la entrada a que salón debería ir.
Después de dejar a Shirone y Kuroka en la azotea con comida que compro en la cafetería para que desayunen Naruto se dirigió tranquilamente al aula de sexto para iniciar sus nuevas enseñanzas avanzadas.
Inmediatamente al abrir la puerta cada par de ojos fue dirigido a su dirección. Todos lo miraron con curiosidad preguntándose qué hacía un niño pequeño en la puerta de su salón.
Naruto avanzo sin que su rostro tranquilo callera. Miro por todos lados tratando de encontrar un sitio vacío. Al ver un espacio Naruto se dirigió tranquilamente sin mostrar algún tipo de interés en las miradas de sus nuevos compañeros/ compañeras.
Y ahí se mantuvo sentado mientras era observado curiosamente por cada alumno. Apoyando su mejilla sobre su palma abierta Naruto decidió observar las nubes que para el resultaban mucho más interesantes que las ocurrencias de sus nuevos compañeros.
¿Disculpa? - un joven demonio de cabello naranja llamo.
Separando la mirada de las nubes Naruto miro al demonio preguntándose qué quería.
Te perdiste porsiacaso,- el demonio de cabellera naranja le dijo en un tono amable al pequeño Sitri.
Naruto negó con la cabeza,- esta es mi clase,- le dijo monótonamente como si esa simple respuesta solucionara todo.
Antes de que pudiera seguir la conversación entre ambos demonios la puerta se abrió y una mujer de piel pálida y cabellera verde entro.
Al instante todos se pararon y se dirigieron a su respectivo lugar. Suponiendo que esta era la maestra Naruto siguió la corriente del salón y saludo con formalidad al maestro.
La maestra sonrió al saludo de sus alumnos y mirando fijamente se dio cuenta que había una cabeza más baja en la parte de al fondo.
La maestra les agradeció y pidió que se sentara. Caminando la profesor de cabellera ver de le sonrió alegremente al pequeñín de pelo negro que estaba sentado firmemente como si estuviera esperando que dijera algo.
Disculpa jovencito creo que te confundiste de salón.
Naruto negó con la cabeza - este es mi nuevo salón. El director me dijo que asistiera a este grado a partir de ahora.
La maestra abrió los ojos al recordar el reporte que le había llegado ayer por la noche del director.
¿Eres Naruto Sitri? La maestra le pregunto.
Naruto la miro y asintió afirmativamente a su pregunta moviendo su cabeza.
La maestra le sonrió y dijo - si te sientes atrasado o no entiendes algo dímelo de acuerdo.
La maestra sintió las miradas curiosas de sus alumnos.
Déjenme presentarle a su nuevo compañero. Por mandato del director él nos acompañara en los posteriores años hasta que acaben sus estudios
Naruto se paró - mucho gusto en conocerlos espero que podamos llevarnos bien.
Desconocido para el cierta peli roja lo miro con una mirada alegre y una sonrisa emocionada.
Al mismo tiempo en otro lugar a lo lejos un grupo de demonios y ángeles caídos se preparaban para ir y traer a su líder devuelta con ellos.
En otro lugar una figura que vestía un quimono naranja con su cabello rubio y tres bigotes en sus mejillas avanzaba rumbo al inframundo.
La mujer avanzó con una caminata delicada, un orbe azul giratorio en sus manos. En frente de ella un demonio tembloroso se arrastraba. Tomando al demonio del cabello la mujer peli rubia la acerco a su cara y la miro directo a los ojos.
El pobre demonio solo pudo mirar esos orbes rojos con la pupila rasgada.
Espero que por lo menos tu coperes y me digas como puedo llegar a este tal inframundo.
El demonio entre lágrimas asintió.
La mujer rubia mostro una sonrisa zorruna y maliciosa.
Asu espalda desenas de demonios estaban recostados sobre el suelo completamente muertos.
¿Quien demonios eres?
¿Yo? Yo soy.
Naruto sentado en su escritorio volteo su cabeza para observar las nubes y sonrió tranquilamente sin saber lo que estaba por venir.
La mujer peli rubia sonrio al ver el cuerpo del demonio muerto.
Yo soy kyuby- la mujer le respondio al cadaver - y un ser como tu no es digno de escuchar mi verdadero nombre.
La mujer se rio - solo hay una persona que es digna de eso.
Ella se empeso acariciar ambas mejillas y exclamo - solo Naruto es digno de decir mi nombre.
Y en un torbellino de ojas la mujer desaparecio.

Fin del capítulo.

Naruto un pequeño pilarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora