Steve Rogers siempre se ha caracterizado por ser un hombre muy romántico, pero los sentimientos cambian con el tiempo. Aún cuando amas a alguien, puede ser que el destino se encargue de llevarte nuevos amores.
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201?: Tony Stark…
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Pero justo cuando Steve Rogers se disponía a leer esa última carta, el destinatario de la misma apareció por la puerta, recargándose en esta.
—Hey Cap, ¿Si recuerdas como era empacar cosas, verdad? —preguntó a modo de broma.
—Me entretuve leyendo cartas —suspiró—, cartas de amor que solía escribir.
—No es de sorpresa que el capitán américa sea un anciano romántico —dijo de manera divertida y el otro sonrió.
—Ya me conoces muy bien.
Dicho esto de paro de su cama dirigiéndose a donde estaba el millonario, abrazo su cintura y le beso con intensidad, el otro correspondió de manera rápida subiendo sus manos hasta su cabello y dejando unas caricias en el, sabiendo que a su amado le encantaba. Los labios de los amantes encajaban a la perfección, tanto así que parecía que se fundian en aquel beso lleno de amor y pasión. Después de unos minutos se separaron pero las manos del rubio seguían donde estaban y el castaño puso las suyas en los hombros del contrario.
—¿Alguna de esas cartas era para mí? —cuestionó subiendo un poco sus cejas.
—Estaba apuntó de leer la tuya —confesó, y al cabo de momento agregó—pero no necesito hacerlo, todo lo que siento por ti está justo ahora en mi corazón —sonrió— ¿Me dejarías decírtelo?
—Sabes que si —le dio un pequeño beso—, mi capipaleta.
—Tony Stark, no creí que enamorarme de ti fuera posible, porque…admito que al principio no me caías muy bien que digamos —el mencionado rodó los ojos—, si lo sé, fue tonto de mi parte juzgarte sin conocerte bien y me arrepiento mucho de eso, porque cuando te adentraste en aquel agujero de gusano para sacrificar tu vida por todos, me di cuenta que había mucho más en ti que me falta conocer y que merecía la pena hacerlo —el castaño acarició su brazo haciéndole entender que seguía el hilo de sus palabras—, pasamos muchas cosas: gente mala con la que teníamos que luchar, peleas entre nosotros, en fin…muchas cosas —suspiró y se detuvo un momento para prepararse y poder transmitir todo lo que quería—pero lo que más recuerdo son los buenos momentos que me hiciste pasar, bueno, a todo el mundo, fuiste un gran apoyo para devolverme la alegría que creía había perdido por seguir aferrado a mi pasado; me mostraste que tenía la posibilidad de construir una nueva vida, poco a poco fuiste ocupando un lugar en mi corazón, aunque yo mismo trate de negármelo. Cuando sucedió lo de los acuerdos fue cuando todo empezó a cambiar, o mejor dicho, cobró sentido —el capitán cerró los ojos con fuerza, ese no era un tema fácil de tocar para ninguno de los dos pero era necesario—, sabes que mi intención nunca fue lastimarte, hasta ahora, ocultarte la verdad fue una de las cosas de las que más me arrepiento en toda mi vida, yo…—Tony acarició la mejilla de su amado y este colocó su mano encima de esta—cuando estábamos peleando y estuve apuntó de clavar mi escudo en tu pecho, mire tus ojos y sucedió algo increíble…Fue como una revelación, sentí como si mi alma se enlazara a la tuya, fue una sensación que no había experimentado jamás, una explosión de emociones en mi interior me mostraba que había encontrado a mi alma gemela. Antes había estado enamorado pero nada se compara a lo que siento por ti, mi corazón dice que tú eres el indicado para pasar el resto de mi vida y más allá…Tony Stark, yo te amó.
Lágrimas que caían y sonrisa sincera llena de amor adornaron el rostro de Stark, pocas veces se le veía sonreír sin la típica arrogancia o sarcasmo característicos de su personalidad, y es que Steve había tocado fibras sensibles de su ser, siempre le decía palabras hermosas y versos únicos; pero en esta ocasión hubo algo distinto que no sabría explicar.
El rubio limpio las lágrimas que derramaba su amado y este le di un beso, fue solo presión de labios pero era todo lo que necesitaban en ese momento.
—Es fue hermoso Steve —dijo mientras separaban sus labios pero mantenían sus frentes juntas—yo también te amo con todo mi corazón, a veces me gustaría hablar tan bonito como tú, así podría decirte todo lo que siento —sonrió—no le digas al equipo que te dije eso —le advirtió y ambos rieron.
—Así como eres, eres perfecto.
Volvieron a besar, esta vez de forma breve y se separaron completamente. —Muy bien capipaleta, tienes que apurarte, en cuanto Peter vuelva de la universidad nos iremos a nuestro nuevo hogar —el de ojos azules asintió con la cabeza y el castaño se fue de la habitación de ambos para terminar algunos pendientes.
Si, para algunos tener que mudarse era tedioso, pero para nuestro querido Capitán América, no era más que el inicio de una nueva historia.
