¿No irás a los sueños de alguien más? ¿No irás a la cabeza de alguien más? ¿No haz tomado lo suficiente de mi? ¿No torturarás el sueño de alguien más?
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"Oye Kakyoin." Llamó la atención del menor, quienes estaban a un lado de la fogata en el desierto. "No soy mucho de videojuegos, pero me gustaría que fuéramos a un arcade cuando regresemos a Japón, ¿Qué dices?"
"¿De verdad?" Los ojos de Kakyoin brillaron mientras sonreía. "Me encantaría."
"Es una promesa." Dijo Jotaro para después quedar en silencio.
Y sin darse cuenta Kakyoin se había enamorado de Jotaro, odiaba ese sentimiento ya que sentía que no era el momento para pensar en algo como ello. Los dos estaban enamorados pero ninguno lo admitía.
No era justo, que lo mirara con esos encantadores ojos azules que él tenía y no poder decirle 'te amo', se sentía cobarde y cada vez que iba a hacerlo se arrepentía. Siempre siendo torturado con Jotaro en sus pensamientos, pero estaba seguro que terminando el viaje se lo diría.
O eso creía.
Ahora el estaba ahí, sin poder moverse y con un gran hoyo en su estómago sintiendo como perdía cada vez más y más sangre, oyendo a lo lejos los gritos del señor Joestar que lo llamaban. Pensando en Jotaro, pensando en la última vez que se vieron.
Era su fin y lo sabía muy bien, no era posible ser salvado. Ahora Jotaro nunca sabrá lo que hay debajo de su piel, nunca sabrá lo que está pensando, lo que hay detrás de su cráneo, el amor que tenía en sus venas se esfumaría junto con él. No pudo decirle un último adios, no pudo decirle 'te amo.' Lo último que se dijeron fue un 'suerte' y se sonrieron pensando en que volverían a verse.
Había roto su promesa.
'Que tonto pensar en algo como esto, estando apunto de morir.' Pensó.
A pesar de que le quedaban solo algunos minutos de vida pensaba en Jotaro, se maldecía a sí mismo ¿No podía irse a la a la cabeza de alguien más? ¿No podía torturar los sueños de alguien más?
Porqué tuvo que enamorarse de él, quería que Jotaro se fuera a los sueños de alguien más. No quería que sufriera por él. No sabía que hacer.
Quería tener miedo, pero se sentía como si estuviera cayendo en el agua y bajaba cada vez más y su corazón cada vez latía más lento. Una parte de él se había dado por vencida, pero otra parte quería ser libre, quería ser útil aunque no tuviera fuerza alguna.
Seguía analizando la situación, en como en un abrir y cerrar de ojos había terminado así, era imposible. Era como si hubieran detenido el tiempo.
Exacto.
El stand de Dio detenía el tiempo. No sabía como pero estaba seguro de eso, tenía que hacérselo saber a los demás, incluso si significaba tener que morir haciendo un último esfuerzo.
Tenía que hallar una forma de comunicarse, tenía que dar todas las fuerzas que le quedaban. Daría su último esfuerzo para que Jotaro y los demás ganaran.
Se armó de valor y empezó a preparar su ataque, lo iba a disparar hacia el gran reloj que se encontraba ahí. Era complicado de entender, pero esperaba que lo entendieran.
Me hubiera gustado pasar más tiempo contigo, nunca me había sentido más vivo que en estos cincuenta días. Ahora estoy solo de nuevo, pero no me arrepiento de nada.
Me siento tan mal por haber roto nuestra promesa, espero que puedas perdonarme y olvidarte de mí.
Ya haz tomado lo suficiente de mí, ¿no prefieres torturar los sueños de alguien más? Sal de mi cabeza. No deberías sufrir por mi cuando veas que he muerto.
Me gustaría poder volver a verte alguna vez. Nunca había amado a alguien hasta que llegaste, cambiaste mi percepción de las cosas. Antes me sentía solo, hiciste que olvidara todo mi dolor. Me hiciste tan feliz. Te amo, Jotaro.
Espero entiendan mi mensaje.
Sabía que nadie lo escuchaba, mucho menos lo escucharía Jotaro, pero no se sentiría en paz si no decía esas palabras. Aunque muy en el fondo deseaba que lo escuchara de alguna forma.
Junto toda la fuerza que le quedaba y lanzó su último ataque al reloj. Su último emerald splash.
Con eso sentía como la vida abandonaba su cuerpo, dejándolo descansar finalmente.
Cuando Jotaro se reunió nuevamente con Joseph y se enterara de la habilidad de Dio y la muerte de Kakyoin estaba dispuesto a acabar con Dio. Sabía que eso no le regresaría a Kakyoin, pero necesitaba vengarlo a él y a su familia. Se encargaría de Dio por el amor que le tenía a Kakyoin. Las cosas no se quedarían así.
Y cuando regresará a Japón iría al arcade, justo como había prometido.
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¿No irás a los sueños de alguien más? ¿No irás a la cabeza de alguien más? ¿No has tomado lo suficiente de mi? ¿No torturarás el sueño de alguien más?
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Me he puesto a practicar dibujos en digital. No esta muy bien, pero espero seguir mejorando ♡
Espero les haya gustado el one-shot de hoy. La canción que elegí es de mis favoritas, me pone muy emocional jajaj
