¿Quién soy yo?

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"La decepción es para un alma noble lo que el agua fría es para el metal ardiente; refuerza, intensifica, pero nunca destruye." - Eliza Tabor

Samantha Klein

¿Mis pensamientos estaban revueltos o era mi vida hecha un asco?

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¿Mis pensamientos estaban revueltos o era mi vida hecha un asco?

Al sentarme en la cama toque mi cabeza con la idea que desaparecieran esas imágenes engorrosas, abrí mis ojos contemplando mi habitación color durazno, la mayoría de los muebles eran de madera veteada de color rojizo oscuro los cuales estaban ubicados de forma estratégica para que la habitación se viera más amplia de lo normal en una esquina junto a la ventana se hallaba mi escritorio con mi laptop, mi equipo de sonido y libros favoritos de genero juvenil romántico, junto a la cama del lado izquierdo había una mesa de noche con su respectiva lampara, al otro lado de la habitación estaba la puerta y a unos centímetros el closet, al frente mío un mueble con ocho gavetas exactas para mi ropa de entre casa.

Mis pies tocaron la alfombra de lana color crema, estire mi cuerpo y bostece para quitarme el cansancio camine hasta mi armario encontrándome una variedad colorida de vestidos, pantalones de vestir, camisa, suéteres, faldas, en el suelo tenia de igual manera una gran cantidad de zapatos para cualquier ocasión. Me decidí por unos jeans, una camisa cruzada con encaje de color verde pastel y unas ballerinas del mismo color.

Sali de la habitación para prepararme una buena taza de té de limón mientras se preparaba eso decidí lavarme la cara, cepillarme los dientes y desenredar mi cabello rojizo. Aun en pijamas me dirijo a la puerta principal al escuchar unos toques impetuosos, al abrirla algún ápice de felicidad o buenas vibras se esfumaron rápidamente.

- Hola hermanita -su sonrisa de alegría maliciosa se hizo presente, respire y coloque una sonrisa falsa en mi rostro.

- Hola Grayson -abrí más la puerta y lo invité a pasar, aunque no quisiera él entrara - ¿A qué se debe tu visita?

- Estoy muy bien Kalexi - utilizo mi segundo nombre, no era nada bueno - Papá solo quería que te informara personalmente que no faltaras hoy - retrocedí, se acercó a mi tomando mi antebrazo izquierdo.

- ¿De qué se trata esta vez? - quería ser fuerte, mi voz sonó firme tan solo por un segundo.

- Solo un trabajo muy sencillo - con su otra mano deslizo el tirante del pijama por mi hombro derecho.

- Iré - mi voz sonó débil - por favor - poso sus labios fríos sobre mi hombro y rio sonoramente al separarse.

- Tranquila hermanita- me abraza y pasa su mano izquierda por mi cabello dando unas palmaditas -hermanito te cuida - susurra en mi oreja derecha, se aleja y sonríe - espero que vengas, no quisiera castigarte - suelta su agarre y me guiña un ojo para después salir de mi departamento.

El aroma a limón consumiéndose se hizo presente en todo mi piso, corrí a la cocina y apagué la estufa. ¿Por qué no me aleje de él? Me preguntaba cada vez que hacia sus insinuaciones hacia mí, mis sollozos se hicieron presente y por ese momento me permití llorar para sacar toda mi frustración.

Melodía Celestial - Hartley RathawayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora