CAPÍTULO 5: Encuentro en la penumbra.

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25 de julio del 2143

Todos parecían extremadamente nerviosos y respiraban profundamente una y otra vez para calmarse, con la obvia excepción de Sebastian quien se limitaba a mirar el edificio que tenían en frente fijamente. A diferencia de los días anteriores, el cielo estaba completamente despejado y la luz de la luna iluminaba los alrededores más de lo que lo había hecho desde hacía varios días, algo que no les ayudaba mucho cuando lo que más deseaban en esos momentos era pasar desapercibidos. En cierto modo, era como si incluso la naturaleza los estuviera poniendo a prueba.

El grupo de los "Psico-amigos" en pleno estaba presente en el parque frente al almacén que el día anterior habían estado vigilando Sebastian y Sophie. Luego de los extraños sucesos que habían ocurrido ahí, habían decidido ir todos a investigar el lugar, con la esperanza de que los responsables se presentaran también esa noche y así poder obtener información sobre quién estaba detrás de los homicidios o, si no, al menos lo usarían para "reconocer el terreno" y ver si encontraban alguna pista. Por ello, Emily había inventado y dicho a las sirvientas de la mansión la excusa de que irían al karaoke y luego se quedarían en la casa de Andy debido a lo tarde que saldrían y a que el lugar se encontraba más cerca. Dicho eso, todos habían salido y llegado en dos taxis distintos a un lugar cercano a la plaza y caminado hasta allí.

Helena mantenía los ojos cerrados, aunque movía las manos continuamente, muy inquieta. Gracias al entrenamiento que habían realizado, el radio de detección de su habilidad había aumentado considerablemente, y aunque le era casi imposible determinar formas detalladas de objetos a un radio mayor de seis metros de distancia, si era capaz de percibir si alguien o algo entraba o se movía dentro de un radio mucho más amplio. Por el momento, la morena esperaba el momento en que no hubiera nadie más moviéndose por el lugar, además de ellos, para que pudieran comenzar con la "operación".

Sophie y Mary parecían ser las más nerviosas del grupo, caminando de un lado para otro, especialmente la rubia, quien hablaba consigo misma en voz baja a momentos. Andy estaba sentado en una de las bancas del parque, con el corazón a mil, junto a Elizabeth, la cual estaba profundamente dormida con la cabeza sobre su regazo, a pesar de lo frío del ambiente. Su hermana nunca había sido buena para mantenerse despierta por mucho tiempo durante la noche (muchas veces le costaba hacerlo incluso durante el día) y el chico prefería que durmiera y descansara un poco ahora para que se mantuviera más despierta durante el tiempo que estuvieran dentro del edificio. Por ello, Elizabeth había aprovechado de dormir durante el trayecto al lugar y también los poco más de veinte minutos que llevaban ahí en el parque. Al lado del de ojos celestes, también sentada y mirando el cielo, estaba Emily, con una expresión muy seria y tensa, y con una mochila negra a la espalda. La joven parecía muy pensativa y concentrada, aunque daba un suspiro de vez en cuando.

Sebastian por su lado parecía completamente tranquilo y expectante. Mantenía los brazos cruzados y no sacaba los ojos del almacén en ningún momento. Cris estaba a su lado, respirando agitadamente y alternando entre el estar de pie y en cuclillas, con el único fin de no quedarse quieto. Para todos ellos, el estar ahí, esperando por el momento preciso, era una tortura debido a la cantidad de preguntas que se les pasaban por la mente: ¿Quiénes serían esos sujetos? ¿Podrían rescatar a sus víctimas? ¿Tendrían que pelear con ellos? ¿Si realmente tenían poderes, que pasaría si ellos eran más fuertes o manejaban mejor sus habilidades?... Si perdían, ¿los capturarían?... ¿O algo peor?

Cuando el reloj marcó las 00:14 horas, Helena tomó mucho aire, abrió los ojos y dijo lo que todos estaban esperando.

-¡Listo, ya no siento a nadie por los alrededores! ¡Deprisa!

Andy, al cual repentinamente le había comenzado a doler el estómago por el estrés de la situación, despertó a Elizabeth y la apresuró para que comenzaran a moverse.

Los Ojos de la Verdad I - El alba del PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora