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Era el último día de clases, después de aquel día nada sería igual.
Oikawa se encontraba jugando por última vez con el equipo de Aoba Johsai, era su forma de celebrar el terminar la preparatoria finalmente.
Después de aquella práctica la campana sonó anunciando el final del día, todos se quedaron callados por un momento, nadie estaba listo para ese momento pero ya estaba ahí.
— Chicos... Gracias por estos tres años – dijo Oikawa rompiendo aquel silencio.
Todos se abrazaron despidiéndose de los cuatro miembros de tercer año y un "nos vemos luego" a los que se quedaban.
Tooru tomó la última oportunidad de llevar a Iwaizumi a su casa, estaba más cerca de la escuela que la suya y sabía perfectamente que debía decirle la verdad antes de irse.
— Iwa-chan, debo decirte algo – dijo Oikawa con toda la naturalidad con la que siempre le hablaba.
— ¿Que pasó, Shittykawa? – contestó él como de costumbre.
— Ven, vamos a sentarnos un rato en el parque. No tardaré mucho –
Iwaizumi notó algo raro, era el tono de voz de su amigo. Rara vez decía las cosas tan seriamente.
Se dirigieron a un parque cerca de la casa de Iwa-chan y se sentaron en el pasto.
Oikawa suspiró.
— Hajime... Todos estos años no te lo he dicho ni una sola vez porque no sabía cómo reaccionarías. Pero muy pronto tal vez nos dejaremos de ver por un buen tiempo, así que dejaré a un lado mis inseguridades – comenzó a explicar el chico de cabello castaño y sin dejar que Iwaizumi replicara algo continuó — Iwaizumi Hajime, he estado enamorado de tí desde el día en el que te conocí –
Iwaizumi le dió la misma mirada fría de siempre, no parecía sorprendido de escuchar eso pero tampoco parecía que había sido algo que cambiaría su vida. Su reacción era neutra.
— Lo sé... Siempre lo supe, Tooru. Pero, yo... Yo no... No te veo de la misma forma – afirmó su amigo.
Oikawa sonrió con ojos llenos de lágrimas.
— Lo sé... Sólo, no me odies por favor – pidió intentando no llorar.
— ¿Qué cosas dices, Trashykawa? Eres mi mejor amigo, no podría odiarte –
— Aunque no nos veamos por mucho tiempo, seguiremos así ¿cierto? –
— Claro, de todas formas nos falta la ceremonia de graduación –
— No iré... Necesitaba los papeles para esta semana y he ido por ellos hoy. – explicó Oikawa mientras frotaba sus ojos para deshacerse de las lágrimas que se habían formado en ellos.
— Oh... Bueno, supongo que aún así no tardaremos en vernos. No te preocupes por eso – insistió Iwaizumi mientras le sonreía.
Se quedaron otro instante platicando de cosas al azar para que ambos supieran que no había pasado algo malo entre ellos.
Oikawa regresó a su casa con un poco de pesadumbre, aquello había salido mejor de lo que había pensado pero aún así escuchar aquellas palabras venir directo de la boca de Hajime había dolido.
También estaba el hecho de que le había escondido algo importante: al día siguiente se iría a Brasil.
No era como si hubiera querido esconderlo, pero sabía que si le decía su amigo querría ir a dejarlo al aeropuerto y no iba a ser capaz de irse.
Checó su maleta por última vez, no le faltaba nada. Todo estaba listo para su partida.
Se tiró en su cama y finalmente dejó salir aquel sentimiento de dolor, lloró la mayor parte de la noche hasta quedarse dormido.
Su alarma lo había hecho despertar de un susto, era hora.
Agarró su maleta y la metió al carro, había aceptado que aquel hombre lo llevara al aeropuerto y ya se estaba arrepintiendo.
Se subió al asiento del copiloto y chasqueó la lengua, justo el día de hoy aquella persona quería hacer de buen padre.
— ¿Estás listo, Tooru? – preguntó su padre
— Sí, ya vámonos. No quiero que se me haga tarde –
Llegaron al aeropuerto de Narita después de una hora, una vez estacionado el auto Oikawa salió del carro y tomó su maleta, sin hacer caso a aquel hombre comenzó a avanzar para hacer su check-in.
Sin embargo, no pudo deshacerse de su padre fácilmente y tuvo que despedirse de él, aunque solo fue un simple "Adiós" con la mano y una ligera reverencia.
Se había hecho cargo de él mismo desde hacía mucho tiempo, que estuviera en otro país no iba a cambiar eso.
Esperó hasta que finalmente subió al avión.
Suspiró, iba a ser un nuevo comienzo.
Tal vez así podría olvidar a Iwa-chan de una vez por todas y conseguir alguien que lo quisiera de vuelta.
Volteó a ver a la ventanilla mientras la ciudad se iba alejando.
Le mandaría un mensaje a Iwaizumi cuando se asentara en Brasil, esperaba que comprendiera el porqué no le había dicho antes sobre su viaje y no se enojara mucho con él.
¿Qué tan patético tenía que ser para seguir pensando en él cuando ya se había propuesto olvidarlo un segundo antes?
Volvió a suspirar, sería mejor que durmiera era un viaje demasiado largo con un par de escalas y quería dar una buena impresión a su compañero de cuarto cuando llegara.

No me odies ~Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora