Idiota

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Habían pasado quince días desde que Oikawa le había confesado su amor a Iwaizumi y ahora era el día de la graduación.
Hajime había odiado tener que decirle esas palabras a su amigo pero tampoco podía mentirle, solo esperaba que no hubiera lastimado tanto sus sentimientos.
La ceremonia había comenzado temprano a las 10 de la mañana, como siempre todos los alumnos fueron pasando uno por uno por sus papeles.
Al final de las 3 horas de vida desperdiciadas de esta manera el director comenzó con su despedida y sus agradecimientos a los estudiantes más destacados.
— Estoy muy orgulloso de todos ustedes y de anunciar también que el alumno Oikawa Tooru no pudo acompañarnos el día de hoy debido a que ha sido aceptado en un programa extranjero y será parte del equipo de voleibol de una universidad reconocida de Brasil – dijo el director.
Iwaizumi no supo que sentir en ese momento, no podía creer que Oikawa no le hubiera dicho nada. Pero claro, tenía sentido después de haberlo rechazado.
Una vez terminada la ceremonia decidió hablarle a Oikawa.
El teléfono sonó un par de veces y nadie contestó. Volvió a llamar, sonó otro par de veces y nada. Decidió insistir, aquello le estaba molestando bastante. Sonó el teléfono por tercera vez y por fin Oikawa contestó.
— ¡Oy, Shittykawa! – dijo muy molesto.
— Oh... Iwa-chan... – contestó somñoliento
— ¿Estabas durmiendo? –
— Es la una de la mañana... –
Hajime bufó un poco.
— ¡¿ Ya estás en Brasil?! – gritó aún más molesto.
Oikawa terminó de despertarse con aquel grito, había olvidado marcarle a Iwaizumi para contarle.
— Oh... Iwa-chan, vamos no estés molesto. Puedo explicarlo... – comenzó a decirle Oikawa apenado.
— ¿Por qué no me lo contaste? Hubiera ido a dejarte en el aeropuerto... Me hubiera despedido bien de tí... Ahora ya entiendo a qué te referías con que no nos veríamos en mucho tiempo... – comenzó a quejarse Iwaizumi
— Si hubieras ido no hubiera sido capaz de irme, Iwa-chan y hubiera sido muy difícil despedirme. No quería que me vieras llorar, con una vez basta. – explicó
— Eres un idiota, Trashykawa... Vuelve a llamarme cuando te despiertes bien, pero enserio o realmente me molestaré – dijo mientras colgaba.
Estaba realmente molesto, se sintió traicionado de cierta manera.
Aparte, el pensar en no volver a ver a Oikawa en mucho tiempo dolía mucho, más de lo que había imaginado.
Aquel día debía ser el mejor de su vida, por fin iba a pasar a la universidad y lo había conseguido en aquella que él quería pero tenía un tinte de tristeza ahora.
Era una tontería ¿Cómo podía extrañar al molesto idiota de Tooru? Ni siquiera había pasado tanto tiempo de la última vez que lo había visto, realmente era una tontería.
Intento despejarse y esperar a que aquel chico lo llamara.
Fue al rededor de las 8 de la noche que recibió una video llamada de su amigo.
— ¡Iwa-chan! Espero estés más tranquilo ahora – dijo Oikawa mientras guiñaba un ojo.
— Un poco – admitió él.
— Insisto... No es que no quisiera decirte, es que no quería despedirme porque esto no es el final, Iwa-chan. Pienso molestarte un buen rato todavía y si hubieras ido yo no hubiera podido venir, me hubiera querido quedarme contigo –  confesó Tooru haciendo que Iwaizumi se sonrojara un poco.
— Supongo que entiendo... Pero te voy a extrañar más de lo que imaginé – contestó con honestidad.
— Iwa-chan, estoy a tan solo un mensaje o llamada de tí. Contestaré lo más pronto que me sea posible siempre, porque se trata de tí –
— Está bien, Shittykawa –
Platicaron solo unos minutos antes de que Oikawa riviera que irse.
— Te quiero, Hajime. Hablamos después – se despidió.
— Yo también te quiero, Tooru – contestó sonriendo un poco.
Oikawa colgó y nuevamente Iwaizumi se encontraba solo.
Comenzó a llorar.
Esto era patético, estaba llorando por Oikawa.
Supuso que era normal, había pasado la mayor parte de su vida al lado de ese idiota y ahora finalmente se apartaban.
— Jamás pensé que fuera a llegar el día en el que nos iríamos por diferentes rumbos – dijo en voz alta y suspiró.
Decidió acostarse en su cama hasta que el sueño se apoderara de él. Era inútil seguir llorando por algo que no podía cambiar y como decía Oikawa aquello aún no era el final.

No me odies ~Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora